Hoy era el día, no era un simulacro, hoy regresaba a casa.
Me mecía en mi asiento con impaciencia mirando a todos lados esperando que alguien me mandase a llamar, pero nadie aparecía.Hace más de un año que no había ido a casa y llegué a pensar que no existía ninguna remota posibilidad de regresar. Tras el accidente estaba varada en un universo distinto al que me había criado, mi mundo no era más como el tuyo, donde los fines de semana las chicas se pintan las uñas por simple diversión y los chicos te compran regalos porqué quieren que pienses en ellos cada vez que veas el obsequio que te dieron, aquí ni siquiera se leen páginas de cotilleos de las estrellas y no pelan sobre quien ganara los Gramis.
Aquí peleabas batallas cuerpo a cuerpo por ver quién era el mejor, te enfrentabas a personas cientos de años más viejas que tú y aún así te ganaban. Aquí no esperabas tener dieciocho años para tener la mayoría de edad y poder beber libremente, aquí esperabas tener tus dones para ganarle a tus enemigos, allá tenías que tener el mejor empleo para vivir lo mejor que pudieras, aquí tenías que sobrevivir.
Explicar la vida aquí es muy complicado, diría que el día en el cual desperté las cosas ya no se veían como antes, podía ver todo con claridad, el mundo en el que había crecido era distinto como recordaba, creaturas salidas de cuentos de hadas eran reales, ogros, hadas, ángeles, demonios, brujas, hombres lobo, árboles vivientes, ninfas, dioses. Todo era real y desafortunadamente me había convertido en parte de esta oscuridad. Un Valius. Comúnmente conocido como vampiro, en resumidas cuentas, sí, como la mayoría vio en ese libro de Crepúsculo o Aarón—ese estaba bueno— aunque solo encontré el primer tomo. Aquí había aprendido a defenderme de las artes oscuras, de otras creaturas, a pelear con los de mi misma especie, había recorrido la historia de cada creatura encantada, desde que Racknur se dividió en la luz y en la oscuridad, hasta que los duendes empezaron a darle problemas al mundo como una plaga.
Sí, creo que así se puede resumir el último año, estaba en mi penúltimo grado de preparatoria aunque bueno cuando saliese de aquí seria solo uno, y este creo que había sido el año más raro de mi vida, nunca antes me habían enseñado a pelear, ni a fabricar armas, ni a asesinar creaturas sobrenaturales, ni tampoco me habían enseñado la historia de los vampiros, ni las de las hadas, ni elfos, ni duendes, vamos no sabía que existía siquiera un mundo sobrenatural.
Creo que todo mi cuerpo estaba paralizandose cuando empecé a escuchar los primeros clics en la computadora del escritorio dentro de la oficina, a parte de ser de otra especie es que tus sentidos se agudizan de una forma inimaginable, según Reggie uno de mis mejores amigos dice que todo se debe parte de que todo el tiempo estamos en señales de alerta como si fuéramos a cazar todo el tiempo, pero en este segundo ese estado de alerta solo me estaba produciendo ansiedad y miedo de que Basil no me dejara salir de aquí nunca, él es cómo el encargado de esta institución más o menos sería cómo el rector de esta institución, o de esta localización de culto—porque no me importa cuantas veces me digan de que esto no es un culto, el código anticuado, los ritos y la educación que nos daban a mi me decía otra cosa— los del Ku Klux Klan se verían como niños pequeños ante estos peligrosos, viejos e insolentes vampiros. Las teclas por fin se detuvieron, el hombre había presionado por lo menos ciento cuarenta teclas diferentes y se había tardado demasiado para mi gusto, que fuera inmortal no le daba el derecho de quitarle el tiempo a los demás, ojalá este hombre nunca tenga una relación seria por que la pobre vampiresa se pasaría milenios esperándolo y digo vampiresa porque este hombre es tan estirado que no puedo imaginármelo con una alegre Elfa, o una arrasadora mujer lobo, creo que le quedaría mejor una milenaria y muy estirada inmortal que pueda esperarlo todo lo que necesite.
Escuché como se levanto y me acomode en mi lugar, con un poco de suerte ya me diría que me fuera de aquí viniendo con la transferencia completa y no va a sacar una mugrosa impresión como seguro haría para torturame más por querer irme de este lugar, no es que no me gustara el lugar, la localización era buena y por decir ubicación hablo de una montaña en tierra fría sin nadie que pudiese vernos a todos nosotros alimentandonos. Al fin escuche la perilla girarse y me levante de sope para ver que de la puerta negra había salio Basil con su cara de sicofanta marcada en el rostro, y una aterradora sonrisa, el generalmente solía tener una cara de pocos amigos por lo que su sonrisa sólo era un augurio de que trataba algo y no me gustaba la forma retorcida en la que los ancianos posiblemente pedófilos como él pensaban.
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Nunca
FantasyTras un accidente y un año en una escuela en el mundo sobrenatural Emma regresa a su ciudad natal a vivir con su padre para descubrir el mundo de una nueva manera llena de problemas, hadas, vampiros, cazadores que la llevaran a conocer al enigmático...