Capítulo 2

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Entraron a la casa entre trompicones. Sus labios demasiado hambrientos demandando al otro con ímpetu.

Harry los dirigió hasta su habitación en cuanto la puerta principal se cerró. No quería perder tiempo. No quería perder el privilegio de tener ese cuerpo para él. Porque el muchacho frente suyo era poseedor de una anatomía con curvas que te hacían perder la razón e imaginar las escenas más eróticas.

Llegaron hasta la habitación del rizado. Este tumbo a Louis en la cama con delicadeza. Por alguna razón deseaba ser suave con él, aunque sería una tarea bastante difícil de realizar.

Se colocó de rodillos frente al chico que respiraba agitadamente. Expectación bañando sus fanales desesperados. Se inclinó, volviendo a unir sus bocas. Paso sus manos por los muslos de su compañero acariciándolos y apretándolos. Louis enredo sus brazos alrededor de su cuello, atrayéndolo más hasta él, frotándose contra la erección del rizado, que se sentía tremendamente grande cubierta por los pantalones de mezclilla.

-Aaa.- gimió cuando sintió unas grandes manos apretar su trasero. Masajeándolo con experiencia.

La piel de su cuello era succionada, y rápidamente se alarmó, permitiendo que el raciocinio lo invadiera sólo por un momento.

-Marcas... No.- muy apenas logro articular con voz más aguda de lo normal y temblorosa en los bordes.

Harry se separó, mirándolo extrañado.

-¿Porque?

-No me gusta. Difíciles de quitar.- mintió vivamente.

No le tomo mucha importancia y procedió a seguir lamiendo sus clavículas. Dirigió sus manos hasta el cierre del pantalón de Louis y comenzó a desabrocharlo torpemente. El pequeño se movía debajo de el con desesperación. Solo quería sentirlo dentro ya.

Tomo el dobladillo de su camisa y la elevó, para deshacerse de ella y lanzarla lejos a algún lugar de la pieza. El ojiazul recorrió aquel torso desnudo con sus tórridas manos, provocando que el rizado soltara leves gruñidos de excitación.

-Te quiero dentro de mí. Ahora.- murmuro en su oído, aun acariciando ese delicioso abdomen. Y quizá eso fue suficiente para que Harry perdiera la cabeza de una vez por todas.

Todo sucedió como si fuera un borrón en cámara rápida. Los pantalones del menor fueron arrancados de su anatomía sin ni siquiera percibirlo. Rápidamente ambos cuerpos se encontraban semidesnudos únicamente con un bóxer de por medio.

Bajo su mano hasta el miembro del mayor y lo acarició de arriba hacia abajo, sin evadirse miradas. Se inclinó un poco y mordió su labio inferior, estirándolo y presionándolo. Los gruñidos por parte del rizado no se hicieron esperar.
Comenzó a bajar la prenda interior lentamente hasta dejar su miembro completamente libre. Louis se tragando al ver semejante trozo de carne. Era inmenso y por un momento temió de despertarse andando el día de mañana.

-¿Te gusta?- pregunto con socarronería el ojiverde. Una sonrisa juguetona pintada en sus deliciosos labios sandía.

-Me encanta.- pronunció con descaro.

Termino de quitarse la estorbosa prenda.

-Ahora. En cuatro.- ordeno.

Se alejó del cuerpo debajo suyo. Esperando que este acatara la orden. Louis rápidamente obedeció y se colocó como se le pidió, dejando su trasero enfrente de la cara de su compañero. No se resistió y le propino una fuerte nalgada.

-¡Aaa!- exclamo al sentir el golpe. Movió sus caderas. Rogando por tener algo dentro suyo.

-Tienes un cuerpo hermoso.- Louis gimió al escucharle.

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