#1 ƪ(•̃͡ε•̃͡)∫

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-"Yo no pienso quedarme en este mundo asqueroso sin ninguna forma divertida de vivir!!!"-dije mientras trataba de reprimir mis lágrima de furia.

-"Bien! Entonces si no te gusta te puedes ir...pero que te quedé claro niña...si vuelves, no serás aceptada!!"-dijo mi madre muy molesta. Nunca la había visto asi.

-"Y porque quisiera yo volver!?!? Este es un mundo de mierda! Tan monótono! Tan recto! Yo lo que quiero es una aventura!"-dije aún molesta. A lo que solo mi madre me dio una bofetada. Que mas que dolorosa, fue el asombro.

-"MUY BIEN! ME IRÉ! Y NO VOLVERÉ NUNCA!"-me fui corriendo a mi habitación y me encerre en esta.

Las horas se hacían eternas. Y mi pensar no cambiaba. Me iría de este lugar y viviría por mi misma.

La media noche se hizo presente y mis cosas listas para partir. Mi espada, mi mochila y mi guitarra.

Sali de mi habitación con todo en mano y todas las luces estaban apagadas y el silencio era ensordecedor. Me acerque a la puerta de la habitación de uno de mis hermanos menores, entre y lo vi durmiendo. Tenía unas lágrimas que salían de sus pequeños ojos y su rostro reflejaba angustia. Le besé la frente y le deje una pequeña nota en su mueble de noche.

Sali del lugar y me dirigí a la habitación de mi otro hermano mas pequeño. En cuanto entre lo vi tirado en el suelo rodeado por sus juguetes. Lo cargué y lo deje en su cama, le besé la frente y lo observé por unos segundos.

Sali del lugar y esta vez fui a ver a mis padres

Esas personas que me dieron la vida y aquéllas personas que no me comprendían.

Observé a mi madre durmiendo, se veía triste y angustiada. Ella sabía de lo que yo era capaz, siempre llevada por los impulsos.

Mi padre, ese hombre que era mi héroe, casi nunca discutía con el, lo amaba demasiado, hombres como el no habían, adoraba a su familia y daría todo por ella, a pesar de todas las dificultades.

Los observe unos segundos mas y cerré su puerta. Me dirigi al salón y vi en una de las paredes el arco y las flechas de mi padre. Sin dudarlo mucho las saqué de su lugar y las dejé junto a mi espada que también era un obsequio de mi padre.

Observé el lugar unos segundos mas y para evitar lágrimas o arrepentimientos salí del lugar al que llamaba "hogar". Ese lugar que ya no lo sería mas.

Las calles de la ciudad estaban vacías, las luces de las casas apagadas y solo la luna llena alumbrando mi camino.

Me dirigí al bosque que estaba cerca de la cuidad y empecé a atravesarlo.

No se cuanto tiempo caminé, no se a donde llegué, solo se que hace horas me alejé de la ciudad para no verla nunca mas.

El amanecer se hizo presente y con el mi cansancio. Me senté en una roca, tomé mi guitarra y me puse a cantar y tocar unas melodías que había compuesto con mi padre.

El dolor y angustia seguían en mi, pero ya no había vuelta atrás. Esto es lo que elegí y lo debo aceptar.

Sentí muchas pisadas rodeando el lugar en el que me encontraba pero no podía ver nada gracias a la alta hierba del bosque y los gruesos troncos de los árboles. Coloqué mi guitarra en mi espalda y tome mi espada lista para atacar.

La hierba se comenzaba a mover muy rápidamente, como si pequeñas cosas caminarán a travéz de esta, pero lamentablemente era tan alta que no dejaba ver nada de lo que caminaba por ahi.

Di un corte a través de esta y todo se detuvo. Muchos gruñidos inundaron mis oídos y unas pequeñas cosas moradas saltaron sobre mi atacandome, aunque intenté zafarme no lo logré y de repente vi todo negro.

Después de un rato sentí mi cuerpo relajado y siendo llevado por algunas personas.

Abri los ojos y volvi a ver esas cosas moradas llevándome hacía algo que parecía un portal de muchos colores. Mi cabeza dolía y mucho para ser cierto, mi cuerpo sin fuerzas y espere simplemente lo inevitable.


Humana intrusa (Marshalee Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora