Capitulo 3.

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El sacerdote llego a la casa de los Davis y enseguida se dio cuenta en donde estaba parado.
- oh señor Davis..Dijo el sacerdote preocupado y asustado mirando hacia todos lados.
- qué ocurre. Dijo Adam asustado mientras la madre tenía a sus 5 niños abrasados.
- porque compro esta casa... Dijo él mientras entraba temeroso.
- estaba a solo 3000 dólares, era una oferta. Dijo el alzando los hombros. Mi hermano me la recomendó fue una oferta del banco, no dude en comprarla.
- ¿podemos hablar afuera? Preguntó el sacerdote nervioso.
El padre asintió.
Salieron al patio justo fuera de la casa, en una pequeña terraza.
- mire...señor Davis. Dijo él. Esta casa es colonial....vivieron muchas personas aquí, La primera familia que estuvo aquí fue un hombre con su esposa y sus 3 hijas, un día y de la nada el padre le corto la garganta a su hija mayor y mató a las otras dos más pequeñas apuñalandolas hasta morir desangradas, la esposa estaba devastada, así que tomó un cuchillo y asesinó a su esposo en la cocina, luego, la mujer tomó todos los cuerpos y los enterró en el jardín, excepto su hija mayor que seguía con vida, solo que muy mal herida, ella muy asustada del futuro de su pequeña, la dejo en la entrada del hospital, la mujer volvió a la casa para terminar suicidándose en el baño mientras se cortaba con una cuchilla de afeitar antiguas, en la segunda familia, la madre se ahogo en la bañera con su pequeño bebé de 2 meses y antes había sido acusada de brujería en el pueblo, el padre se suicido el el sótano con su hijo mayor, sin ninguna razón aparente, y la tercera familia logró salir de aquí por poco después de ser atormentada por meses.

El padre por supuesto no sabía que hacer, tenía a toda su familia dentro de esa maldita casa, con actividades extrañas pasando dentro, el sacerdote entró a la casa camino entre los largos pasillos y cuando estaba mirando las cosas de la sala uno de los cuadros, y el más grande de todos, cayó a un metro del pobre sacerdote y una voz le susurró cosas inaudibles al oído. El pobre pegó un salto hacia atrás y dijo algunas citas bíblicas de protección, después de un rato de rezos y oraciones, el sacerdote y los padres bajaron al sótano, los niños se quedaron en la sala, el sacerdote con la cruz en mano bajando las largas escaleras, los dos padres, muertos de miedo por lo que pudiera pasar.
- ¿qué hay aquí abajo? Preguntó el sacerdote mientras bajaba.
- no lo sabemos, nunca hemos bajado aquí. Dijo el padre asustado. Como dije, llegamos ayer en la mañana.
- hay cosas muy viejas por aquí. Dijo el.
La madre asintió.
Al terminar de bajar, habían un montón de muebles, telarañas por doquier, un piano muy antiguo y varías tuberías.
De repente, algo como a carne podrida comenzó a oler en la habitación, el padre asustado, miró hacia todos lados para ver si encontraba el causante, la madre caminó por el sótano a ver si veía o escuchaba algo, el sacerdote decía citas bíblicas y protectoras, con cruz en mano hasta que de repente un fuerte ruido azotó la habitación, la puerta se había cerrado, había silencio, nadie hablaba.
- algo malo está pasando...dijo el padre.
- enciendan un fósforo. Dijo el sacerdote.
La madre tomó una cajita de fósforos que tenía en el bolsillo por si acaso, abrió la caja como pudo con la oscuridad, y se hizo la luz, lo puso en una vela que se encontraba por ahí y alumbró todo el sótano.
El sacerdote, muy asustado por cierto, pensó que podría ser uno de los niños, pero de repente....
El piano que se encontraba allí comenzó a tocar música sin un músico, la madre salto despavorida, subió la escalera y trató de abrir la puerta, el sacerdote y el padre por detrás de ella igual de aterrados.
- él me obligó....dijo esa voz.
Los tres se quedaron helados del miedo.
- ¡Peter! Gritó la madre. Abre la puerta hijo.
Peter con sus 4 hermanos esperaban en la sala, de repente todos oyeron el grito de la madre y abrieron la puerta.
Los tres salieron corriendo de allí, el sacerdote corrió hacia la puerta principal y salió despavorido.
- ¡espere!.Gritó el padre. ¿¡Que hacemos?!
- no puedo ayudarlos. Dijo él corriendo.
El padre entró a la casa nuevamente y trató de no asustar mucho a los niños.
- ¿que vamos a hacer? Susurró la madre al padre.
Adam la miró sin ideas, pero sabía que necesitaban ayuda.

Ed y Lorreine Warren: Expediente La muda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora