#18

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Un olor, es un olor de perfume.
Él se encontraba distraído en la entrada de una tienda que en no más de media hora iba a cerrar.
No sabía que hacía en ese lugar ni cómo llegó, pero entró de todas formas, era una floristería y en ella habían cerca de dos personas más que él. Habían muchas flores que daban aromas exquisitos a su nariz, pero había uno en particular que no lo asociaba a ninguno de ellos, pero estaba cerca del lugar.
Su talento era su sentido agudo del olfato y en este momento lo agradecía. 
La cajera había llegado de algún lado, nunca la había visto, pero ese perfume era de ella y no sabía si era ahora su perfume o su belleza la razón por la que seguía embobado en su lugar.
Fingió observar las flores y le dedicó su vista a una rosa blanca, esta tenía un olor especial, uno que combinaba con la chica de la caja.
Tomó la flor con cuidado de no romperla y la llevó a la caja.
La cajera le sonrió mientras le daba el cambio de la rosa, pero él le extendió la rosa con decisión.
Un sonrojo se presentó en las mejillas de la chica mientras tomaba dudosa la rosa, era su flor favorita y su color favorito, él no lo sabía.
"De mí, para ti."
Y con esas palabras la cajera salió de su puesto hasta una rosa roja y se la entregó al joven se veía claramente sorprendido, no sólo por el gesto, sino porque era su flor y color preferido, ¿será posible que...?
"Encaja con tu olor natural, espero vuelvas pronto y gracias por la rosa".
La sonrisa no salía de su rostro, eran parecidos y con esa idea se despidió de ella prometiendo volver en pocos minutos para invitarle un café.

Notas de un Alguien para NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora