Capítulo 7.

6 0 0
                                    

Entramos a clase y nos sentamos, el enseguida de mi y Gris enfrente de mí. La maestra empezó a revisar la tarea que había encargado, al principio la física era muy difícil para mí pero con el tiempo empece a entender e ir a asesorías y ahora me gusta mucho.

-Alondra tu tienes la tarea bien, pasa a la pizarra y escribe las operaciones con sus respuestas por favor- Me dijo con una sonrisa, la maestra Anna Laura es la única que sabe todo lo que esta pasando en mi casa con mi padre.

Paso al frente con mi cuaderno y empiezo a escribir en la pizarra las operaciones con sus respectivas respuestas, eran 10 operaciones y estaba muriendo de pena, no me gusta cuando las personas me ven mucho o cuando un profesor me pasa el frente, me pongo muy nerviosa y no sé que hago las mayoría del tiempo. Al terminar de escribir las operaciones me siento en mi lugar y solo veo mi cuaderno.

-A ver alumnos, las operaciones que les dejé de tarea no estaban tan difíciles como para que casi medio salón las tuviera mal- 

-Maestra, pero Alondra es perfecta y sabe todo, ella no ah de tener problemas como la mayoría de nosotros tiene- Escuché a alguien decir al otro lado del salón. ¿En serio creen que mi vida es perfecta? Empiezo a sentir una lagrima pasar por mi mejilla y la limpio rápido para que nadie se de cuenta pero parece que abrí el grifo y que salieran más, me levanté de mi lugar sin decir nada y fui a paso rápido al baño. Al entrar al baño habían unas chicas, al verme llorar salieron del baño y me quedé sola sentada, llorando. Después de unos minutos de estar así, sentí a alguien sentarse enseguida mi, era Griselda.

-¿Qué pasó bebé? Traje tu mochila- Dice poniendo un brazo al rededor de mí.

-Nada, solo que lo que dijo Cristina me puso a pensar, ¿en serio creen qué mi vida es perfecta?- Dije llorado y acercándome más a ella.

-Si, todos creen que tu vida es perfecta, porque siempre sonríes, le sonríes a personas aunque seas tímida y no hables con las personas, muchas veces una sonrisa alegra el día de una persona y tu eres ese tipo de persona que a pesar de que tu vida no sea muy bonita tu sigues adelante sonriendo sin importar nada-

-Pero...  Vivo en una casa de muñecas, donde solo ven todo por fuera pero no saben en realidad lo que pasa en mi casa o en mi vida-

-Lo sé Alondra, todos vivimos en una casa de muñecas, donde solo se ve todo por fuera. Anda sonríe, no dejes que esto arruine tu día. Vamos a levantarnos de aquí e irnos a clase- Dice ayudándome a levantarme.

-Espera, mi maquillaje ¿no se corrió?- Empecé a verme en el espejo para ver mi maquillaje

-¿Te pegó tu papá, otra vez?- 

-Si Griselda, ayer pero esta vez me dejó inconsciente en el suelo- Dije bajando mi cara y enseñándole los moretones y marcas en mis  brazos.

Al voltear a verla está roja y con lagrimas -No puede ser Alondra por favor ya deja a tu papá, un día de estos te va a venir matando de tantos golpes, puedes vivir conmigo-

-No puedo dejar a mi papá, puedo sonar tonta pero el no puede estar sin mí, solo ayúdame con el maquillaje luego hablamos lo de mi padre- Dije sacando mi maquillaje de mi mochila.

Griselda me hizo unos retoques en la cara y nos fuimos a clase. Al entrar Isaac se me quedó viendo pero yo no lo podía ver tenía mucha pena verlo a los ojos después del teatrito que hice hace unos minutos. Lo que restaba de la clase solo veía mi libro y daba vuelta a las hojas sin hacer ningún trabajo, es la clase más larga eh tenido en la vida. Cuando sonó el timbre agarré mis cosas y salí casi corriendo para que Isaac no me fuera a preguntar que me había pasado o lo que sea. No tenía ganas de ser interrogada y verme forzada a responder mal.

El día se fue lento y yo quería que ya se acabara pero todavía ni llegaba la hora del almuerzo, quiero estar sola lo que resta del día pero se que Gris no me va a dejar estar sola, porque sabe como me pongo al estar sola. Después de tres largas clases llegó la hora del almuerzo, fui a dejar mis cosas a mi casillero y fui caminando a donde normalmente se sienta mi amiga con su novio y yo me senté del otro lado de la mesa para estar enfrente de ellos. Griselda levanta la mirada y ve atrás de mí ¿a quién estará viendo? Al voltear veo a Isaac caminando a nuestra dirección.

-¡¿Lo invitaste a sentarse con nosotros?!- Grité

-Lo siento bebé pero estaba preocupado por ti y me preguntaba por ti, así que le dije que se sentará con nosotros- 

-Increíble Griselda, lo ultimo que quiero es que me pregunte por qué me puse así- Dije fastidiada.

-Hola Isaac, puedes sentarte aquí enseguida de Alondra si quieres- Apuntó enseguida de mi, mientras yo la mataba con la mirada.

-Hola, gracias por invitarme a sentarme con ustedes todavía no hago amigos- Empezó a sacar su almuerzo de la mochila.

-¿Y nosotros que somos?- Dice Gris mientras hace un pose indignada y dramática. 

-Bueno en eso tienes razón- Dice riendo mientras me voltea a ver, palabras no podían salir de mi así que solo le di una sonrisa.

Estuvimos platicando entre todos sobre diferentes cosas, riendo, compartiendo nuestra comida, hablando sobre que haríamos saliendo de la preparatoria y cosas que hablan los jóvenes de nuestra edad.

Al terminar las clases empecé a caminar al lugar donde siempre veo a Griselda con unos libros en las manos, se acercaba el tiempo de los exámenes así que tenía que empezar a hacer mis apuntes y escribir lo más importante en ellos. Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta que Isaac me estaba hablando hasta que me tocó el hombro.

-Hola, perdón si no te hice caso estaba pensando sobre los exámenes y como pondría mis apuntes- Dije sonriendo con pena y poniendo mi cabello atrás de mis orejas.

-No te preocupes yo entiendo, de hecho también estaba pensando sobre los exámenes y como le iba a hacer para estudiar- Dice sonriendo

-O... si quieres nos podemos ayudar- Dije tímida.

-Si, me parece bien, ¿quieres en tu casa o en la mía?- Dice sonriendo.

-En mi casa estaría bien, porque tengo que irme directo de salir de la escuela- Dije con una mueca.

-Bueno, ¿qué día se te hace bien?-

Me puse a pensar en los días que mi padre sale tarde del trabajo y a veces no vuelve hasta el día siguiente, mañana es uno de esos días, prefiero que mi padre no este en la casa y puedo estudiar sin preocupación de que llegue mi padre.

-¿Mañana se te hace bien?- Dije pensativa.

-Claro que si, mañana esta excelente- Dijo con una sonrisa.

-Muy bien, entonces mañana saliendo de la escuela nos vamos a mi casa a estudiar y no te preocupes porque vayamos a comer, ahí puedo hacer algo rápido- Dije sonriendo.

-Esta bien que así sea, ya me tengo que ir, me toca cuidar a mi hermanito hoy- Dice haciendo una mueca.

-Ay, no creo que sea tan difícil- 

-Créeme si lo es- Suelta una risa exhausta.

-Si tu lo dices- Dije haciendo los hombros para arriba.

-Bueno... ya me voy, mañana nos vemos-

-Está bien, suerte con tu hermano- Dije haciendo los pulgares para arriba.

-Muchas gracias, la voy a necesitar- Me da un abrazo rápido y se va.


  Hola a todos, se que eh estado muy ausente pero prometo escribir y publicar más rápido. Que tengan una excelente mañana/tarde/ noche.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 12, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Escapar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora