CAPÍTULO 2

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--Jimin POV. -

Habían pasado ya más de siete minutos desde que el profesor Min me había hecho acercarme hacia él, habían pasado ya más de siete minutos en los que me encontraba de pie frente a él observando como tocaba aquella melodía en aquel dichoso piano marrón. Los minutos pasaban inquietantemente lentos y comenzaba a desesperarme, no entendía porque me había hecho quedarme, pensé que me llamaría la atención o diría algo por mis tardanzas, pero solo se dedicó a tocar las teclas de aquel instrumento.

Después de lo que a mi parecer fue una eternidad, pero para mi reloj fueron quince minutos, frenó aquella triste melodía al mismo tiempo que vi como el amargado se levantaba y dirigía hacia su escritorio para recoger su maletín.

- Señorito Park, ¿Usted qué opina del fuego? Dijo justo antes de traspasar el marco de la puerta y dejarme allí solo junto al piano mientras me cuestionaba a mí mismo que narices acababa de pasar.

Mi enojo no tardó en reaparecer, aquel imbécil me había hecho quedarme para nada y encima se había ido así como si nada, odiaba a aquel hombre con toda mi alma, desde el inicio fue un arrogante, siempre me miraba fríamente, saltaba mi nombre a la hora de pasar lista y jamás respondía mis dudas.

Si bien sabía que posiblemente le enfadaría el hecho de que casi siempre llegase tarde a su clase, no era motivo suficiente para tratarme de aquella manera. Su modo de ser era algo que simplemente me ponía muy nervioso y no sabría muy bien decir el porqué en el fondo, aquella actitud hacia mí me dolía tanto.

No pude evitar alarmarme cuando noté que por mi mejilla resbalaba una pequeña lágrima, me sentía enojado, humillado, impotente, triste..., en ese momento decidí que cambiaría esta situación, no permitiría que aquel hombre siguiese alterando de esta forma mi vida.

Iba saliendo del instituto y divisé a jungkook en la entrada de este, no me lo podía creer, el muy tonto me había esperado, no pude evitar sonreír.

Jungkook era mi vecino desde hace un par de años e iba un curso menos que el mío, desde que nos conocimos siempre nos esperábamos el uno al otro a la hora de la salida para ir juntos a casa. Nuestra relación era un tanto extraña, pero él era uno de mis mejores amigos y una de las pocas personas por las que apostaría cualquier cosa en este mundo.

- Hola hyung, ¿Porqué has tardado tanto en salir?

- El profesor de música me obligó a quedarme un rato después de clase por haber llegado nuevamente tarde- dije mientras dejaba ver un puchero, sabía lo mucho que los adoraba.

- Está bien, pero la próxima vez avísame por teléfono - dijo sonriendo justo antes de dar un pequeño beso sobre mi puchero.

Comenzamos a andar hacia casa, jungkook me trasmitía tanta paz y seguridad que cada vez que estaba junto a él parecían desaparecer todos mis problemas. Nuestra relación era extraña porque no éramos ni solo amigos, ni éramos novios. Lo conocí gracias a Taehyung, otro de los hombres más importantes en mi vida, con él mantenía la misma relación que con jungkook, de hecho, los tres éramos muy cercanos.

Hace ya dos años que me había mudado a esta ciudad, vivía con mi padre y mi hermana en un piso que quedaba relativamente cerca de mi instituto. Decidimos salir de nuestro pueblo después de la muerte de mamá, ya que papá no podía evitar el recordarla en cada rincón de casa y en cada calle de nuestro pequeño pueblo.

Mi padre era un hombre de negocios y se la pasaba de viaje, por lo que su aparición por casa era casi que nula, en cuanto a mi hermana... con ella la verdad no me llevaba bien, pese a que también iba al mismo instituto que yo solo que a un grado menos al igual que jungkookie, ella llevaba su vida y yo la mía, siempre entraba y salía de casa cuando le venía en gana y rara vez dormía en casa, por lo que se podría decir que prácticamente yo vivía solo.

Antes de morir madre éramos una familia muy unida, pero desde aquel accidente en el que la perdimos, simplemente esos lazos que nos unían empezaron ser cada vez menores y hoy en día, prácticamente inexistentes.

- Hyung, ¿estás bien? - prenguntó jungkookie mientras dejábamos nuestros zapatos en la entrada de mi casa.

- ¿umm?... si...sí estoy bien- dije mientras salía de aquel trance en el que había entrado.

- Pequeño, ¿sabes que me tienes para tí verdad?- dijo mientras sostenía suavemente mis mejillas y daba un fugaz beso en la punta de mi nariz que hizo que sonriese.

- Hey! no soy pequeño, solo ligeramente bajo!

- Lo que tu digas pitufín- contestó burlandose de mí. No pude evitar hacer un puchero y luego sonreírle, realmente, le amaba mucho.

Quémame. (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora