Iba a hacer una nota sobre mundo y personajes, pero entre el incidente en google y que mi pc "se puso la gorra" y no quiere encender, decidí adelantar esta entrada.
Por dónde empezar con un tema tan complejo... Ah, cierto! Debo escribir esto con lenguaje inclusivx para que la policía del pensamiento no me atrape.
Primero, hola a todxs , damxs y caballerxs, hoy hablaremos de la corrección políticx y lo nefastx que es para la sociedad. Agarren su género no binarix fuerte, porque esto se va a poner feo.
(por mi propia salud mental, imaginen ustedes que sigo escribiendo las cosas con x a lo mamertus maximus)
Para quienes no sepan, google despidió a un empleado( un supuesto machostus opresori) porque criticó las políticas de la empresa y señaló diferencias biológicas entre ambos sexos, citando estudios para sustentar su teoría.
El horror. El peor de los crímenes fue cometido por aquel monstruo: desafiar el status quo de la academia.
Si llegaron hasta acá, dejenme decirles varias cosas: yo no creo en el mágico poder de las palabras para hacer daño. No puedo, porque aspiro a formar parte de la comunidad científica en el futuro, y la realidad no se modifica por más bromas o aseveraciones crueles que yo haga. La realidad es políticamente incorrecta, y, aún así, el científico debe comunicarla, aunque contradiga sus creencias. Es, para mí, una base de toda ciencia: aceptar que uno puede estar en el lado incorrecto de la historia.
Si cuando me recibo me da el promedio, intentaré, por supuesto, descubrir verdades paleontológicas, y, como todo académico, intentaré compartir mis estudios y conclusiones en artículos de difusión. Y cualquier tipo de censura es dañina para tal fin. La corrección política es una forma de censura deshonesta, que se escuda en la falsa premisa de que la crueldad verbal es un crimen. Cuándo en realidad es parte del derecho básico de la libertad. Y, muchas veces, la verdad es cruel a cagarse.
Ahora, si se censura a los científicos, si se oculta la verdad objetiva, ¿qué le queda al arte, cuya mismísima base es subjetiva? ¿Qué le queda al humor, que toma facetas del mundo y las presenta travestidas?
Ahora, antes de que me salten al cuello: las palabras son herramientas maravillosas de comunicación, pero no lastiman a quién no las deja. Si pudiéramos elegir si los cuchillos nos cortan o no, cagarse a puñaladas sería no solo legal, sino un deporte. Podemos ignorar las palabras, o combatirlas con otras. La censura es juego sucio, además de innecesaria.
A mí no me importa si ofendo a alguien cuando escribo. De hecho, ¡cuantos más ofendidos, mejor! Significa que me burlé de una verdad extendida o que soy el equivalente actual del alemán simpaticón con problemas de contención de gas. Ambos resultados que presentan una mejoría con respecto a mi estado actual.
Y, miren, no me gusta decir que soy de derecha, porque mis visiones son más de centro que otra cosa. En la actualidad, tanto derecha como izquierda tienen incesto ideológico , y la pluralidad de ideas es importante para el arte y, sobre todo, para las ciencias. Pero, si me leen, notarán que me burlo más de la izquierda, porque, además de autoritaria, quiere pintarte como el tipo malo, en nombre de la tolerancia y qué se yo. Pueden notarlo en "La obligada felicidad del nigromante". Allí, Dosbocas, una criatura bicéfala, sostiene una posición política en cada cabeza, correspondiéndose esta con el lado del cuerpo del que surgen. Casi todas sus escenas son discusiones donde Izquierda intenta apelar a los sentimientos y los ideales de igualdad y Derecha busca una solución más racional y , si es posible, con genocidio armado incluido. Dosbocas es una parodia política andante, cuyo elemento cómico es que su burla de ambos lados del espectro. Pero, admitiendo mi ligero ( JA ) bias, suelo estar más de acuerdo con derecha. Porque puede ser un loco genocida e individualista (spoiler: el 90% de mis personajes lo son. Cuando hay magia de por medio, siempre sobra algún grupo étnico o minoritario. Como toda la humanidad, para dar un ejemplo ) , pero no se esconde en una capa de hipocresía, no se excusa con que hace lo correcto.En resumen: la corrección política es mala para la ciencia, para el arte, y no entiendo cómo mucha gente la defiende. Y más aún en grupos de escritores, que deberían temer a la censura como cachorro a los cohetes. Todos tienen derecho a expresarse, y que su idea no sea "correcta" no lo revoca, no les hace perderlo. Para algo existen las discusiones, y es para matar ideas en el libre mercado del pensamiento.
Mierda, dije libre mercado.
Corran, ¡los neoliberalistas nos venderán el alma!
ESTÁS LEYENDO
Una pluma de pato púrpura
RandomNotas, consejos, tal vez alguna reseña (si me pinta)... pero, sobre todas las cosas, charlas sobre el humor y bardo. Porque el bardo es una constante universal, y no soy nadie para desafiarla.