Karú Velasquez
Al salir del metro fui directamente al McDonald's que estaba subiendo a San Bernardino. Amaba Venezuela, amaba venir a Caracas por mas que extrañara Madrid, Caracas era mi segundo hogar.
Me encontré con mi hermano quien me dio mi almuerzo y me dijo que esperara allí a Fernando, joder! Con lo que odiaba a ese tío, era lo único que no me gustaba de venir a visitar a mi hermano, siempre estaba encima de mi recordandome lo sexy que soy, como si no lo supiera.
-- Mira Karú yo se que no te gusta pero Fernando no solo te llevara a la universidad, también irá a recogerte al salir--
--¿Qué? ¿Estás de coña no?--
--No, yo estaré ocupado y...
--Venga Miguel no soy una cría, no le necesito y lo sabes--
--Esto no es España, si lo necesitas. Al menos por esta semana--
--Joder Miguel no...
--Basta, no voy a discutir. Nos vemos en la noche hermanita-- dijo esto ultimo dándome un beso y alejándose.
Al irse mi hermano me quedé pensando en la chica que vi en el tren, muy mona la verdad, me fuese encantado saber su nombre aunque sea.
--Hola Karú-- dijo Fernando sacándome de mis pensamientos.
--Asgh, hola. Vamos rápido por favor, no quiero llegar tarde--
--Espera, comeré algo antes de salir-- dijo con una estúpida sonrisa que parecía mas una mueca.
Se acerco a Gabriela, una chica morena y esbelta de cabellos Risos y le pidió dos hamburguesas. Ella le dio lo que pidió y luego miró en mi dirección, me dedico una sonrisa y siguió en lo suyo. No se porque pero tenia la sensación de que yo le atraía y ella no me era indiferente.
Mientras esperaba a Francisco me colgué los cascos y coloque un poco de rock psicodélico para relajarme. No se cuanto tiempo estuve allí imaginando una y otra vez la mirada de la chica del tren, solo se que cuando Fernando me tocó el hombro ya se había repetido mi lista de reproducción.
--¿Nos vamos preciosa?-- me preguntó en un tono seductor. La verdad es que si él no fuera molesto y gilipollas se vería mas mono, era alto y tenia los brazos y espalda bien marcados, además se vestía muy bien, pero era un total rompe pelotas, además a mi no me gustan los hombres.
--Si, vamos-- dije casi sin ganas.
Fuimos hasta su moto la cual el montó primero y le daba palmaditas al asiento en énfasis de que me sentara. Fui rodeando los ojos y me abracé de él ya que yo odiaba las motos y el lo sabía "llegaremos en 10 minutos" fue lo ultimo que alcance a escucharle después de ponerme el casco y enterrarme en su espalda.
Al llegar bajé torpemente de la motocicleta aun turbada por el viaje, le di las gracias y le pedí que fuera puntual y con la misma me fui al salón donde vería mi primer día de curso de lengua y literatura. Fui la primera así que volví a colgarme los cascos y a escuchar nuevamente mi lista de reproducción y a los diez minutos de estar allí la vi otra vez, la misma chica del tren. Nuestras miradas se cruzaron y volví a sonreirle, ella me devolvió la sonrisa y fue a sentarse a unos tres asientos de donde yo estaba. Luego de que el salón se "llenara" por así decirlo comenzó la clase, en toda la tarde solo me vio una vez mas y luego no volvió a mirarme.
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Ella
Novela JuvenilUna liceísta que nunca había sentido nada por una mujer termina gustándole una española con un pasado extraño y un secreto de su salud que deberá esperar para descubrir