Mi cabeza se empezó a llenar de recuerdos que yo no quería recordar, porque dolían. Dolían como si te pegaran puñetazos al alma, sin descanso. Lo único que tenía claro es que era una situación difícil y que aunque lo estuviera pasando mal, tarde o temprano, las cosas volverían a establecerse de nuevo. Pero en ese instante no podía más, y comencé a llorar, cada vez de una manera más intensa. Recordando todo lo que había vivido desde verano hasta ahora.
***
¡Por fin era verano! La temporada más deseada del año, por lo menos para mí, y lo mejor, es que todos los veranos comenzaban con las fiestas de mi pueblo, a las que llevaba asistiendo años. Como de costumbre, los días de fiesta, solía quedar más tarde con mis amigos, debido a que tardaba algo más en prepararme.
Una de todas las noches de fiesta, decidí ponerme un vestido blanco precioso, que me había comprado anteriormente para la ocasión. Yo no era una chica que llevara habitualmente vestidos, ya que nunca me he terminado de sentir cómoda con ninguno, pero se podría decir que de ese vestido me enamoré. Era un vestido bastante sencillo pero a su vez elegante; llevaba un pequeño encaje de flores en la espalda y en el costado, y tenía además un poco de vuelo. Me puse unos tacones a juego, que estilizaban mis piernas. Me rizé el pelo con espuma y me maquillé ligeramente.
Esa noche todo el mundo me decía que estaba guapísima, y la verdad es que sí, que estaba realmente guapa. Después de que Irene y Belén terminaran de prepararse, fuimos a la discoteca, dónde habíamos quedado con los chicos. Allí nos juntámos con otras dos chicas más, Marta y Sandra, que también eran amigas nuestras, aunque a una de ellas, Sandra, la conocía de bastante menos tiempo.
De repente le ví. Vestía unos pantalones cortos rojos y una camiseta azul oscura, la cual tenía un dibujo, que ya no consigo recordar. Me pareció un chico realmente guapo. Su cara era alargada, pero no demasiado. Sus labios eran finos, sus ojos verdes y su mirada era tan sensual, que conseguía que me volviera completamente loca. Medía aproximadamente 1'80, por lo que me sacaba casi dos cabezas. Sin conocerle de nada, no me parecía tan desconocido.
Belén se me quedó mirando fijamente y logró darse cuenta de que me había quedado anonadada con ese chico, así que no tuve más remedio que contarle que me resultaba bastante atractivo. A medida que pasaba la noche no era capaz de quitarle el ojo de encima, por lo que Sandra también se dio cuenta, y me comentó que era su amigo, y que me le iba a presentar. Yo no daba crédito de aquello, pero la idea me entusiasmó bastante.
Jorge. Ese era su nombre. Cuando Sandra nos presentó, él no paraba de mirarme, por lo que consiguió ruborizarme, cosa que en mí no era muy difícil. Sin embargo, yo pensaba que iba a ser el típico chico que te parece guapo, le conoces y al día siguiente no volverías a saber de él. Al poco rato de conocerle, me llamó mi madre comunicándome que ya era tarde y tenía que regresar a casa. No me quería ir, pero no me quedó otro remedio.
La tarde siguiente, antes de irme a la piscina con mis amigos, me sonó el móvil, pero no le dí la más mínima importancia, ya que supuse que era un mensaje diciéndome que llegaba tarde y que como no me diera prisa se irían sin mí. Sin embargo, estaba totalmente confundida. Era de un número que ni siquiera conocía. En él ponía: "Espero verte esta noche igual de guapa" . No me lo podía creer.. ¡Era de él! ¡De Jorge! No sé cómo tendría mi número, pero tampoco me resultaba importante saberlo.
Lo primero que hice fue contárselo a Belén. Pero ésta no se sorprendió ni lo más mínimo. Esto se debía a que había hecho todo lo posible para que pudiera tener la oportunidad de conocerle. Gracias a ella estuve hablando unos días con él por WhatsApp antes de quedar. Yo no era de esas que eran capaces de besar a un chico el mismo día que se le presentan o al día siguiente sin conocerle de nada. A mí me costaba algo más; por lo menos saber grandes rasgos de él.
Cuando pasó una semana aproximadamente, me sentí lo suficientemente segura para quedar una noche con él. Recuerdo que me llevó a un mirador, dónde se podía observar todo el pueblo y a su vez, se veía el cielo completamente lleno de estrellas; ese sitio era un tanto solitario, pero sin duda alguna, era precioso.
-¿Qué piensas?- Me preguntó con una voz firme, ya que yo estaba bastante callada.
-En nada. Y tú, ¿En qué piensas?- Mentí. Esto no era propio de mí. Pero no le iba a decir que me moría de ganas por besarle y que a su vez podía notar como un suave sentimiento de vergënza me invadía todo el cuerpo.
-Yo pienso en tí. Pienso que lo que más deseo ahora mismo es darte un beso, pero no sé como hacerlo, ya que un beso es algo que no se pide, sino que surge.- Me respondió.
No me lo podía creer. ¿En serio había dicho eso? ¿Había oído bien? ¿Estaba pensando en qué hacer para darme un beso? Me moría de la vergüenza, sin embargo, no podía ser más feliz en ese momento.
ESTÁS LEYENDO
Ariadna.
Fiksi RemajaEsta novela está basada en "September" de @ForeverSeptember2 ya que narraré su novela desde un personaje principal, Ariadna, la mejor amiga de Naiara. Es recomendable que leáis primero "September" porque hay muchas cosas que en mi novela no narro de...