Cuando aquel chico se presentó delante de sus ojos, pudo notar dos cosas.
1._ Tenía una sonrisa de maniático
2._ Era el chico que había visto ayer cuando el otro chico de origen desconocido se accidentó.Sonrió ligeramente, algo incómodo.
—Mi nombre es Jang Dong Woo, el chico que estaba asignado para ti no pudo venir porque tenía una práctica de teatro y no podía faltar. — Al escuchar aquello, lo único que pensó fue un "que irresponsable de su parte" más no lo dijo, por mera educación. —Te vi ayer, ¿Lo recuerdas? — se sintió observado, la incomodidad nuevamente llegó. Si, lo recordaba, perfectamente, aclaró su garganta y se inclinó levemente en una reverencia, acto que Dongwoo imitó
—Mi nombre es Sungjong, Lee Sungjong — murmuró. Su contrario tenía un semblante despreocupado, con toda la confianza del mundo tomó su brazo y lo sujetó con fuerza y cariño extremo
—¡Un placer, SungJong! Seremos muy buenos amigos— y sin mirar atrás, se dio cuenta de que su primer tortura estaba por comenzar.
Myungsoo suspiró lentamente mientras se sentaba sobre la alfombra felposa de la biblioteca, el señor Lim había salido junto con la señora Park a tomar el almuerzo, la biblioteca permanecía cerrada durante una hora y él la tenía para si mismo, sola, llena de libros y sobre todo tranquilidad.
Sonrió estirando sus músculos y buscó entre sus pertenencias aquel manga que le había costado casi la vida.
Se sumergió tanto en él que no se había percatado de la presencia de aquel chico alto hasta que sintió su respiración sobre su cuello, asustado, dio un salto en su lugar y golpeó el mentón de su contrario.
—Demonios — gruñó seguido de un quejido, Myungsoo volteó a verlo y suspiró
—Fue tu culpa— aseguró mientras intentaba calmar el dolor del chico alto.
—Eres muy duro — rió
—¿Qué haces aquí?— Myungsoo le hizo un lado en la alfombra y estiró sus piernas lentamente, su cuerpo se había entumido.
—Dijiste que te encontrabas aquí durante la hora del almuerzo y realmente no tengo con quien estar, eres mi único.. conocido en este lugar — se encogió de hombros y Myung lo observó fijamente.
—¿Almorzaste? — el alto negó, Myungsoo chasqueó la lengua y dejó su manga en sus piernas. —Creí que me traerías el desayuno, ya sabes, puedes pagarme con eso por soportarte
—¿Qué te pasa?— gruñó el mayor y golpeó el hombro del de ojos felinos, Myungsoo comenzó a reír
—Es una broma, chico poste.
—Ahí vamos otra vez — murmuró
—Ya va ¿Traes comida o no?
—Si, pero es mía
Myungsoo puso los ojos en blanco y después le miró, fijamente mientras sus finos labios se curveaban en un puchero, Sungyeol que no había volteado a verlo, cuando observó su acción se sonrojó y bramó
—Hyung... — chilló el menor —¿No me darás comida?— Myungsoo revoloteó las pestañas y le miró en un gesto dulce, Sungyeol pasó saliva y se alejó lentamente, más el pelinegro se puso sobre sus rodillas mientras le seguía observando.
—¡Ya!— bufó mientras se dejaba caer, un golpe muy fuerte para su cabeza, maldijo en voz baja y Myungsoo comenzó a reír mientras picaba sus costillas ocasionando que el mayor de retorciera debajo de sí.
Dongwoo sonreía amigablemente mientras contaba con lujo y detalles la historia del instituto en el cual Sungjong era nuevo, desde su primer director hasta el actual, el número de aulas, los subordinados, profesores e inclusive mencionó los nombres de los secretarios, jefes de limpieza y mantenimiento y también la enfermería.
Sungjong estaba interesado, después de todo, el chico no era nada tonto y tenía una memoria excelente, lo único que seguía causándole temor era su sonrisa maniática y el sonido de su risa y carcajadas, un escalofrío recorría su espalda cada vez que lo escuchaba.
Su recorrido terminaba en la biblioteca, la cual en la puerta tenía un letrero con siglas y horas, Dongwoo suspiró
—Está cerrada, los encargados salen a almorzar porque no están permitidos los alimentos ahí dentro, pero te aseguro que podremos entrar
—Pero si está cerrada — Sungjong le miró sin comprender, más le siguió hasta que el chico alto abrió la puerta, parecía vacía, caminaron unos cuantos pasos más y una serie de carcajadas le hizo entender que no era verdad, habían personas ahí dentro, o tal vez espíritus, sin embargo, aquella risa la reconocía.
Miró por todos lados hasta la zona de lectura y escritura en alfombras, Dongwoo siguió caminando delante de él contándole sobre las secciones con las cuales contaba la biblioteca, desde música y arte hasta historia universal y temas de botánica y química, el ambiente era agradable, no era la típica zona cerrada llena de madera o repisas de hierro o aluminio, mantenía lo tradicional y los grandes ventanales ofrecían una vista magnífica del campus y de una fuente que sobresalía de rocas.
Entonces, las risas se volvieron carcajadas y quejidos, y lo escuchó, era Sungyeol.
—¡Ya! — exclamó el mayor mientras su contrario seguía en la misma pose, encima de él picando sus costillas y diciendo juramentos en voz baja.
Sungjong se acercó lentamente, guiándose por aquellos alaridos y desgustantes risas, no podía ser cierto.
La mera imagen le hizo hacer arcadas, ¿qué estaba mirando ahí? ¿A su hermano mayor con un hombre encima de él? Abrió los ojos de par en par
—¡Hola!— Saludó Dongwoo sonriente, ambos chicos se asustaron y Myungsoo se bajó del cuerpo del mayor al instante, revolvió su cabello y se levantó rápidamente de la alfombra, fue entonces que lo miró
Era su ángel, el chico que había salvado su vida de cierta forma, y su mirada expresaba asco, pasó saliva y observó a Sungyeol, éste tenía una mirada desaprobataria, no podía ser verdad, ahora su hermano tendría razones para pensar que era un completo homosexual, estaba metido en problemas.
El menor de los cuatro chicos carraspeó incómodo, miró mal a su hermano mayor y puso los ojos en blanco, ajustó las correas de su mochila y dio media vuelta, sin importarle los llamados de Dongwoo, sólo caminó, alejándose de su hermano mayor, la aberración.
Porqué sí, él era demasiado conservador y estaba en contra de las relaciones homosexuales y nada ni nadie podría hacerle cambiar de opinión... por ahora...
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s t a l k e r ; MyungxJong
Fanfiction-¡Basta, Kim! - Sungjong había descubierto a su vecino de enfrente con aquella cámara apuntando a él. -¡Voy a demandarte por acoso, imbécil! -¡Admite que te gusto! - gritó el mayor, el chico de cabellos claros bufó. -En tus sueños, Kim. No soy gay...