FRÍO

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Lo primero que siento al despertar es el frió tejido de mi cama desecha. Al parecer he vuelto a pasar mala noche. Últimamente, despierto y noto que las mantas que cubren el colchón de la parte superior de la litera,​ se liberan y eso me provoca malestar. Me recuerda que llevo semanas sin dormir.Y eso me recuerda las pesadillas. No logro saber qué es lo que ocurre en ellas, tan solo logro distinguir algunos colores. El verde es el que predomina en la de hoy. Verde esmeralda. Brillante.

-¿Podrías reflexionar sobre tus malditas pesadillas en voz baja?Aquí hay gente que no tiene problemas y quiere dormir bien - su voz suena tan cansada que me cuesta saber lo que dice.

-Siempre tan amable. Sabes, hoy he logrado ver otro color. Era verde.

-!Genial¡ Otro color que añadir a la gran montaña de colores que has visto en sueños.

-¡Esta vez era diferente! Relucía más que lo otros colores. Puede ser una pista.

-U otro gran fracaso. Deja tu pasado y vive en el presente,Dash.- y reina el silencio.

Puede que mi amigo tenga razón. Quizá esté demasiado obsesionado. O puede que no. Sea como sea, sé que no puedo seguir durmiendo después de esto, así que decido ir al comedor. El estómago me empieza a rugir. Bajo la pequeña escalera de la litera, intentando no despertar de nuevo a mi amigo. Los pies descalzos en contacto con el frió peldaño hace que me estremezca. Observo la colcha. Ya haré más tarde la cama. Me calzo y salgo manteniendo el mismo silencio de antes. El pasillo está vacío, lo que me indica que tendré más tostadas de almuerzo. Y no me equivoco. Cuando entro al comedor, no veo a nadie. Soy el primero, por séptima vez consecutiva esta semana. Camino hacia las Servi, así es como llamamos a estas máquinas que te entregan el almuerzo, sin necesidad de cocineras. Hoy me pido unas tostadas con mantequilla. Nada inusual. Escojo una mesa y me acomodo. La soledad es mi mejor amigo. Después de Jan,claro. Él es bueno y me ayuda con mis payasadas, aunque se muestre borde a veces. Confío en que es porque necesita dormir para estar amable.
Me paso la mano por el pelo castaño. Puedo pasar un día más sin ducha. Pero no pienso lo mismo de él.

-No te me acerques. Seguro que apestas- digo en tono medio serio medio burleta.

-Vamos, tú tampoco es que estés recién lavado,la verdad.

Nos reímos. Momentos como este,son una de las razones por las que amo el almuerzo.

-¿No estabas tan cansado?- imito a mi amigo, poniendo su voz cansada y amargada- Aquí hay gente que quiere dormir.

Volvemos a reír.

-Me has despertado.

-Vaya,y yo que pensaba que había sido silencioso. Hasta me estaba empezando a plantear dedicarme a espía o algo así.

-Pues ya puedes buscar otro trabajo.- dice mientras moja sus galletas en el vaso de leche con cacao.

No me he dado ni cuenta y ya el comedor está lleno. Todos lucen cansados y con bolsas en los ojos. Teniendo en cuenta que es lunes, y que seguramente han asistido a más fiestas que yo en toda mi vida, apuesto que no han dormido este fin de semana. Ahora me siento mejor.

Seguimos hablando sobre cuándo nos lavaremos. Hasta que un sonido ensordecedor inunda la sala. Me llevo las manos a las orejas, intentado evitar el espantoso ruido.Todos a mi alrededor me imitan. Esto solo puede significar una cosa.
Y en este preciso momento, es cuando maldigo no estar limpio.

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