Todo esto ocurre cuando la policía Amy Rose decide investigar un caso de robo algo peculiar que sucedió en una joyería. Y sin pensárselo dos veces, decide hacerse pasar por una chica normal para así tener las pruebas necesarias para encarcelar al so...
Narra Amy: Estaba muy nerviosa y agobiada por la fiesta, en una hora tenía que estar preparada y aún ni me he duchado. La verdad es que con esa ducha diminuta seguramente me entraría claustrofobia. Entré a la ducha y comencé a lavarme, uno de mis hobbies es cantar en la ducha a pleno pulmón, de modo que comencé a cantar una canción que me encantaba; Let it go. Lo peor de todo esto es que estaba tan metida en la canción que ni me di cuenta que Shadow entró de golpe. – ¡¿AMY ESTÁS BIEN?! TE HE OIDO PEDIR AYUDA– Asomé mi cabeza por la cortina de la ducha y vi a Shadow con una escopeta. – ESTABA CANTANDO IDIOTA– Contesté furiosa mientras le echaba agua, dejándolo todo mojado al igual que el suelo. Después de ese accidente, me puse el vestido y salí llamando a Shadow, el cual para mi sorpresa iba con un traje que le quedaba muy bien. No podía quitarle la mirada de encima, mis ojos se me iban a salir. – Estás preciosa– Me regaló una sonrisa. No sé por qué, quizás fuera por la vergüenza pero mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho. – Gracias, tú estás muy guapo también– Fuimos en su moto hacia la fiesta de Scourge, ir en la moto con un vestido es muy difícil. Había muchísimos coches en la entrada, y la casa era enorme, wow.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Allí en la puerta estaba Scourge saludando a los invitados. – Hola parejita. Váis genial– – Gracias. Por cierto, ¿quiénes han venido a la fiesta?– Preguntó. Se me hizo bastante raro que Shadow no le corrigiera. – Pues algunos amigos nuestros. Ah, y cuidado con lo que hagáis esta noche, que he invitado a un amigo mío que es poli– Decía entre risas. Mierda. Por favor que no sea Sonic. Terminamos de cenar cuando pusieron una canción de esas lentas. Hubo como una especie de conexión, Shadow y yo nos miramos a la vez. Pensé que me iba a invitar a bailar pero... – Disculpe señorita, ¿Le apetece bailar conmigo?– Me giré para ver quién era, y como no, era Sonic. Miré a Shadow el cual tenía cara de vinagre. – S-sí– Me fui hacia la pista con Sonic. El cual bailaba conmigo en círculos mientras me hablaba. – ¿Has descubierto algo, crees que él fue quién robó las joyas?– – Aún no sé nada, es tan sólo la primera semana– Mi voz sonaba quebrada. – Bueno, pues más te vale ser rápida o si no ya sabes, irás a la calle, sin dinero, sin trabajo alguno– Al oír eso me derrumbé por completo, ¿Acaso fingir ser otra persona no es ser cruel?
– Amy, lo mejor que puedes hacer es tratar de enamorarlo. Así no sospechará nada y nos dará toda la información posible para encarcelarlo– No sé por qué me sentía con la conciencia cohibida. Esto no está bien, no puedo jugar con los sentimientos de nadie...ni tampoco con los míos. Terminó el baile y me dirigí a Shadow. Me sentía fatal, tan sólo necesitaba algo que me hiciera lanzarme a sus brazos. Bebí con él, demasiado whisky para ser mi primera vez. Todo me daba vueltas. Shadow también estaba algo borracho, pero no tanto como yo. – Oye ¿qué estáshhh haciendo?– Le preguntaba a Shadow, el cual me estaba cogiendo de la mano para irnos a casa, apenas había invitados ya. – Será mejor que nos vayamos a casa– – De eshoo nada guapo– Me zafé de él y comencé a correr mientras miraba como me perseguía. Su cara pasó de ser alegre a estar asustado. Cuando miré hacia delante fue tarde, caí de lleno en la piscina. El vestido me pesaba tanto que me era imposible nadar al exterior. Mis esperanzas perdidas, pensando que la muerte iba a llegarme de esta manera tan patética. Cerré los ojos, y noté como alguien me abrazaba, abrí los ojos, y allí estaba Shadow, nadando rápido y dejándome en una hamaca. – ¿¡AMY ESTAS BIEN?!– Su mirada se clavaba en mi. Asentí con la cabeza y Shadow me abrazó besándome la frente. Cuando me di cuenta, había mucha gente mirándome, tenía unas ganas de llorar tremendas. – Vámonos a casa Shad...–
