solo será una noche (Tomco)

Capítulo 2

—¡AHÍ! ¡AHÍ TOM!

Las manos del nombrado aprietan las nalgas ayudando al menor a seguir con las embestidas, cada vez más rápidas y duras

—¡Sii ahí síii! OH! ¡Si! ¡Si! ¡Si!

Los bombeos siguen y Marco no sabe callar sus chillidos agudos y largos.

                          
Él dueño de esos perversos sueños. Estaba ahí afuera, Marco corría sin importar con quién se topará, si Tom estaba ahí esas no eran buenas señales.
Al fin llegó, los dos cruzaron miradas, pero, ¿Donde se había ido todo el valor de antes? Ahora Marco tambaleaba, ¿Había sido una buena idea ir donde Tom? No lo sabía. Ni quería saberlo

—Hola Marco—Se acercó más a él y sonrió

—Hola Tom—Esbozó una mueca similar a una sonrisa

—¿Cómo has—Interrumpido por el castaño

—¿A qué has venido?

Tom sonrió, sabía perfectamente que Marcó tenía aquellos sueños y, ¿Cómo lo sabía? Sencillo, no había podido olvidar a Marco en el baile de la luna roja y luego habían sucedido otros eventos que le hicieron interesarse más en el menor.

—A vos no se te escapa nada Marco—Entrelazó sus manos— Tranquilo, simplemente quería volver a jugar contigo—Recordando la primera vez que jugaron pin pon, y como le había encantado pasar el tiempo con él menor

—Solo lo diré una vez más. ¿A qué has venido?—Tom no podía engañarlo, de que hayan tenido algunas pláticas y buenos momentos. No significaba que ahora eran buenos amigos— Si vienes por Star ya te lo dije a ella ya no le interesas.

—No, no vengo por ella—jugó con sus dedos—sino por ti— se acercó mas a él, casi cortando la toda distancia entre ellos

El menor trato de apartarse, pero Tom era más fuerte que él

—Deja tus juegos para otro momento y dime que es lo que quieres— molestó por las acciones de Tom, intentando de nuevo soltarse del agarre del mayor

—Está bien— sonrió y solto a Marco—has estado soñando conmigo no?—pregunto, mirando fijamente para ver cuál sería la próxima reacción del menor

—¡¿Qué?! ¡¿lo sabías?! ¡¿Qué hiciste Tom?!—Desafío a Tom con la mirada, quería respuestas y Tom se las daría quiera o no

—No hay porque perder los estribos cariño, te lo diré, pero primero dame una noche

—¿Una noche? ¿Cómo?
—Venga, que el papel de idiota ya lo tiene Ludo— se acercó más Marco y lo tomó del mentón—ahora dime. ¿Aceptas o no?

—Y-yo... No,no p— lo pensó un momento antes de mirar nuevamente a Tom

Acepto...