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Por la gloria, la risa se les congela.

Se los ve sellando tratos con saliva y sangre.

Es la costumbre,

saludar al verdugo       y         sonreír a la víctima.

No los culpen,

de verdad

es la costumbre,

saquear a otras patrias para sentirse heroicos,

plantar una bandera

entre la cuota  alimentaria y el hambre crónico.

Y sacarse la foto

abrazando al venado antes de matarlo

no, eso les parece ilógico.


No intenten                  Como planean revoluciones,

persuadirlo,                 que solo  quedan en pintar la pared de un bar.

el  ya vio                          Como confunden el rebelarse ,

                                            con serles aún más funcional.

¡Que insistentes!

El spot publicitario con políticos  sonrientes.

La multinacional llena de globos de colores.

El videoclip avispero de lujos.

Esa melodía escrita con misoginia en almíbar.

La penumbra que evidencia

todas las heridas que condensa

y que se venden al mercado de noticia$,

comerciante de problemas.


¡Cuantas miserias edulcoradas!

Todo acontecimiento  con filtro pastel

y banda sonora original.


El escupe su bronca,

pero le dicen que  debe amar y no sentir odio.

¿Y como puede amar al problema?

Mil tropas se despliegan

y el traje de diplomacia está para planchar.

Esa luz no se cansa de parpadear,

alumbrando solo a medias

y el megáfono sigue anunciando estupideces que todos quieren comprar.


El grito del venado.Where stories live. Discover now