Continúen leyendo sus novelas de amor extorsionador,
sacúdanse en vano el polvo de la explosión.
Sus manos seguirán sin estar limpias.
Las moscas eléctricas los rodearán
para ver que opinan
de ese asunto del que no tienen nada que decir.
Le dijeron hasta en qué debía creer, y él lo hizo,
hasta que observó:
a sus héroes escondiendo oro en sus capas
a quienes admiraba , emborrachándose con petróleo
a luchadores en junglas de terciopelo
a iglesias enterrando dinero
a enamorados impregnados de exhibicionismo
y gladiadores idealistas estrechan sus patas, incentivandolo a una lucha,
en la que estará solo, sosteniéndoles su cartel.
Lo real le parece binario,
lo público y lo privado,
el dejarse pisar o pagar para que lo pisen.
Confiando en esta farsa, intenta sobrevivir.
Rara vez oye una balada genuina,
la molécula de serotonina
susurrándole que todo va a estar bien.
Pero el pantano está hambriento.
Cuando sonríe el público está desmotivado.
Y todos pagan por una cicatriz que escarbar.
Por caer
por pupilas dilatadas
por el sonido del alcohol cayendo en copas
por manipular el azar
suplir la carencia para la foto
la voz de las sirenas
eternidades fugaces
la canción con lencería
la tempestad de tabaco
Y algunos caen.
Los que siguen en pie
miran con morbo
estáticos
del ipad al espejo
estéticos
del frenesí racional al rito dionisíaco
se trata de personalizar necesidades artificiales
(el perfume ya les deja manchas negras).
De legalizar el flagelo para olvidar la manipulación
(que solo pueden tapar untando la mente con resplandor)
Cada vez que dicen
que pintar realismo los hace artistas verdaderos,
el se apura a esconder los dibujos de su realidad
porque en ellos, lo bello muere.
Cuando le insinúan
que pintando hermosos paisajes tendrá,
la aceptación de los críticos, el aplauso del salón
gustoso estaría de mojar
sus pinceles en el orinal de Duchamp.
Mozo, hay brillantina en mi sopa
acerquen las copas
el mundo se derrumba
vivamos el hoy.
Por eso el chiste es fácil
y el público, lisonjero
no deja de aplaudir.
Es la edad de la broma,
lo inesperado se hace viral.
Por eso caricaturizan tragedias,
y ciegan sus conciencias
amparándose bajo la libertad de expresión.
De venta libre es la inyección,
el preparado es de sátira mezclada con dolor
ajeno
(el propio no hace gracia).

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El grito del venado.
Non-Fiction"El grito del venado" explora temas como la discriminación,la superficialidad, la corrupción y la pérdida de la inocencia. "Y ya no les cree lo de la espuma de cotillón y los festejos, las promesas se terminarán junto con la primavera. El dueño de l...