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Ningún golpe le dolió más que la burla,

pero había que corromperse para ser aceptado.


Al venado se le cae la sonrisa,

se le cae en pedazos.


La dibujó por primera vez cuando sus padres se separaron

la borró aquella vez que se rieron de él

se la volvió a pintar cuando se dio cuenta de que la vida se trataba de intentar y doler.


Fue en la misma época

en que su mente era caótica,

desordenadas  estaban sus ideas,

escribía una pregunta en cada afirmación

y en cada calificación buena,

había un "es lo unico que puedo hacer bien".

Su mundo se derrumbaba en silencio,

pero al menos sobre la mesa tenía un aprobado.


Mientras  oscilaba  en la vida real,

se despedía de su refugio ficcional.

En donde soñaba,

con ratas escapando del laboratorio

con auspiciantes  corriendo las maratones que promueven

con la electricidad abandonando los dispositivos.

El agua estancada

cristalizando

para todos aquellos que pasaron su vida sedientos.

La energía nuclear es prohibida 

y el insomnio arropa al sueño

sin rencores.

Ejércitos contando estrellas y no muertos.

Rinocerontes reclamando sus cuernos.

No más danzas de sangre.


El se imagino volviendo a casa

sano y salvo,

le extienden manos y no granadas

y no es torturado por el juego perverso que lo encierra.


Creció confiando en que viviría para contarla,

pero la vida era áspera.

¿Cómo esperaba salir ileso?


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⏰ Last updated: Aug 12, 2017 ⏰

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El grito del venado.Where stories live. Discover now