Ningún golpe le dolió más que la burla,
pero había que corromperse para ser aceptado.
Al venado se le cae la sonrisa,
se le cae en pedazos.
La dibujó por primera vez cuando sus padres se separaron
la borró aquella vez que se rieron de él
se la volvió a pintar cuando se dio cuenta de que la vida se trataba de intentar y doler.
Fue en la misma época
en que su mente era caótica,
desordenadas estaban sus ideas,
escribía una pregunta en cada afirmación
y en cada calificación buena,
había un "es lo unico que puedo hacer bien".
Su mundo se derrumbaba en silencio,
pero al menos sobre la mesa tenía un aprobado.
Mientras oscilaba en la vida real,
se despedía de su refugio ficcional.
En donde soñaba,
con ratas escapando del laboratorio
con auspiciantes corriendo las maratones que promueven
con la electricidad abandonando los dispositivos.
El agua estancada
cristalizando
para todos aquellos que pasaron su vida sedientos.
La energía nuclear es prohibida
y el insomnio arropa al sueño
sin rencores.
Ejércitos contando estrellas y no muertos.
Rinocerontes reclamando sus cuernos.
No más danzas de sangre.
El se imagino volviendo a casa
sano y salvo,
le extienden manos y no granadas
y no es torturado por el juego perverso que lo encierra.
Creció confiando en que viviría para contarla,
pero la vida era áspera.
¿Cómo esperaba salir ileso?

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El grito del venado.
Não Ficção"El grito del venado" explora temas como la discriminación,la superficialidad, la corrupción y la pérdida de la inocencia. "Y ya no les cree lo de la espuma de cotillón y los festejos, las promesas se terminarán junto con la primavera. El dueño de l...