En lo profundo del bosque

Killiam

Aun ante aquella cueva me decidía entre intrigar mas allá o no, sin embargo cuando mis acompañantes desaparecieron sin mas, decidí entrar. Habia un olor nauseabundo y el aire frió que esta tenia me congelaba poco a poco, me encontraba pisando cosas blandas de nuevo, tome algunas fotos mas y me limite a seguir al escuchar otro gruñido. Salí de allí rápidamente siguiendo las marcas que había dejado, alumbraba cada segundo hacia atrás cuando en uno de esos momentos me tropecé con algo, el me tapo la boca con sus manos, apago mi linterna y nos mantuvimos así por algunos minutos, ahogue un grito en cuanto escuche que se rompian algunas ramas, la criatura habia salido de su cueva y si no hubiera sido por el seguramente estaria muerta. Pasado un tiempo cesaron los ruidos, Killiam encendio la linterna y nos dirigimos hacia la cabaña, noté que las marcas ya no estaban.

Killiam como sabia donde me encontraba ?, el habia borrado las marcas por que queria proteger a las personas?

Llegamos mas rapido de lo pensado, mas bien en cuestion de segundos, mas preguntas surgian, sin embargo estaba muy agradecida con el en ese momento para ostigarlo con mis preguntas, el viento estaba mas frio que antes, Killiam se acostó a mi lado para brindarme algo de calor, por lo menos hasta que ese helado glacial acabase.
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Desperté con una extraña sensación todo me daba vueltas y recordaba muy poco, el Sr. Roberto y Killiam no estaban por ninguna parte, al observar por la ventana contemple una espesa niebla, cubría todo el campamento. Necesitaba sólo una foto de aquel animal, solo una para comprobar su existencia y no perder mi empleo, recordé de pronto lo que susurraron las almas en el bosque

Aquel guerrero sólo come la especie humana, si llegase a consumir otro tipo de especie lo acabaría completamente, pero no una especie animal, sino aquella criatura que puede pasar como humano sin que noten algún cambio en él. Un vampiro.

Un vampiro me repetí mentalmente, me senté en la cama esperando respuesta de algo o de alguien, pero pasaban las horas y nadie aparecía y por mas que mi angustia me estuviera matando no era suficiente para salir y perderme entre aquella niebla.