Seguramente mañana cuando lea de nuevo este capítulo le voy a encontrar faltas de ortografía tontas y palabras repetidas, pero es que ahora tengo sueño como para corregir o buscar sinónimos. Así que no se fijen mucho y si ven algo obvio, me dicen xDDD En cuanto a lo demás, pues gracias por la buena onda y los ánimos a estudiar. Sirvió para decirle a mi profesor que desilusionaría a muchas personas si no me aprobaba xDD En fin, disfruten del cap.
Capítulo XXV: No esta noche.
Dejé a Lucas en mi habitación/recibidor/living/comedor—como me gustaba llamarlo en broma—, para robarme un segundo y tomar un respiro en el baño. La única parte privada que quedaba en mi casa, al menos que me metiera en el ropero pero eso ya era desesperado incluso para mí. Necesitaba un momento para asimilar todo lo que acababa de pasar, si bien parecía que Lucas y yo éramos amigos otra vez (no estoy segura si alguna vez realmente lo fuimos, pero en fin…). Todavía tenía todas estas dudas, todas estas preguntas no respondidas, todas estas ganas de besarlo y… bueno, olviden eso último. De momento debía concentrarme en las dudas y las preguntas, una vez que eso estuviese resuelto sería capaz de saltar a la tercera necesidad con más calma.
Dios, quería sentirme cómoda con él pero había tantos peros… Y sí, todo el tema de querer hacerme su prioridad había sido jodidamente dulce, estaba tentada a dejarlo hacer sin más. Pero fiarme de Lucas y su volátil personalidad, no parecía ser la decisión más inteligente, ¿cierto?
Abrí la puerta un resquicio para verlo aún sentado en el borde de la cama, mirando el piso con tal concentración que parecía contar las manchas de mi alfombra.
—Eh…—me aclaré la garganta y él alzó la cabeza al instante—. Si quieres pon algo de música. —Le apunté con un dedo el reproductor sobre la cómoda—. No tengo televisión, pero la música aquí nunca falta.
—De acuerdo.
En cuanto lo vi incorporarse para ir hasta el mueble, volví a cerrar la puerta y me apresuré a salir de mi ropa de pintora en busca de vender algo. Me había excusado hacia el cuarto de baño, alegando necesitar ponerme más cómoda. Claro, la idea era cambiarme a mi ropa de dormir y pensar qué hacer con Lucas, el cual estaba en mi pequeña casa, manipulando mi reproductor y queriendo hacerme su prioridad. Sí, ningún problema a la vista.
Luego de meterme en mis pantalones de franela y mi camiseta negra de Led Zeppelin—lo sé es una banda de los 60, pero su música influenció al rock hasta nuestros tiempos—me sentí más acorde conmigo misma. Aunque no tenía un plan para proceder, suponía que si saltaba directamente a la cuestión que me molestaba, obtendría algún resultado. Siempre y cuando Lucas continuara con el humor declarativo que había tenido hasta el momento.
Un zumbido bajo reverberó a través de la madera de la puerta y cerré los ojos para determinar la melodía demasiado sutil que llegaba desde el otro cuarto. Vagamente me pregunté qué canción habría colocado, pero al segundo en que escuché la voz característica de Dido, sonreí. Una elección que no podía pasar desapercibida, era una canción cargada de intenciones y significado. Lo extraño es que no podía precisar si me estaba queriendo advertir algo o contarme algo.
Salí del cuarto de baño mientras Dido reclamaba ser lo que era, hacer lo que quería pero no poder esconderse. Lucas se volteó al escucharme o presentirme, porque estaba segura de no haber hecho ningún sonido delator, y me extendió una mano para que me acercara. La tomé mientras me tiraba suavemente hacia sus brazos, adquiriendo una posición que parecía un abrazo y quizá también una invitación a bailar. Así que lo hice, bailé con él en un vaivén lento y silencioso, interrumpido sólo por la voz de la cantante en las notas más altas. “No me iré” decía ella, “no dormiré” y Lucas me estrechaba aún con más fuerza, “no podré respirar”. Y entendí que me estaba contando una historia con su elección de música, eso que no me decía con palabras estaba allí ante mí. Aunque aún no podía comprenderlo en su totalidad. Entonces ella decía: “no podré ser, hasta que estés descansando aquí conmigo”.
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Lista de la Novia Perfecta. (Libro 2)
RomanceCuando mi mejor amiga tuvo la idea de hacer una "colecta", supe desde el inicio que sería un pésimo plan. Lo que no sabía en verdad, era lo mucho que quería esa ayuda. Lo mucho que deseaba reconocimiento y lo mucho que estaba dispuesta a hacer por é...