"No te puedes forzar a amar alguien." -Anónimo
Es de las historias que me hacen sentir mal; no sé cómo explicarlo ahora, así que a medida que la historia avance entenderán el porqué.
(Como si las cosas con Noah no hubiesen sido lo suficientemente decepcionantes como para seguir usando tinder.)
Conocía Ben en Tinder, admito que en primera instancia no me pareció lo suficientemente llamativo físicamente para mis gustos estandarizados, así que me di en la tarea de examinar su perfil detenidamente, sus vibra y estilo de fotografía y moda es muy interesante y alternativo, eso y ¿cómo resistirse a un estudiante de medicina de 1,90m de estatura?
Al día siguiente, un martes común y corriente, match.
Empeñado a que las cosas fueran distintas inicié la conversación, después de los "hola", lanzo la siguiente pregunta: "¿Qué probabilidad hay de que seas un asesino en serie?" A esa altura de la vida, lo único que pensaba era que si contestaba me impresionaría, y si no, pues... No es el fin del mundo.
Me respondió, de la manera más inteligente posible, y sí que fue una grata sorpresa para mí. Hablamos toda la tarde, sobre temas al azar y no de nosotros. Ese mismo día me invitó a salir a una exposición de arte en la ciudad; algo (a mi parecer) un poco elaborado para una cita de Tinder, normalmente es un café y charlas o sexo intenso, tenía la intención de negarme, pero nunca había ido a algo así antes así que sin importar si salía bien o mal nuestra cita, seguiría empapándome de arte.
El resto de la semana hablamos por WhatsApp o él me llamaba por teléfono, trató de ir a mi casa en un par de ocasiones aprovechando el hecho de que yo estaba sólo, que al fin y al cabo fueron en vano; pensé que aceptar que viniera sería demostrarle lo fácil que soy, y posiblemente tendríamos sexo y no nos volveríamos a ver, y yo estaba empeñado en seguir con este "juego" hasta donde me durara.
Llegó el sábado, también conocido como "el día de la cita", teníamos planeado encontrarnos en su casa a eso de las 10am, pero como su humilde servidor aún no sabe medir el tiempo, salí d e mi casa a eso de las 10.40am, y una ciudad grande con mucho tráfico te complica un poco las cosas. Nos encontramos cerca a su casa más o menos a las 11.20am.
Hablamos un poco de nosotros, tomamos un bus y nos dirigimos al centro de la ciudad, fuimos a comer algo pequeño a una cafetería con un estilo vintage, no hablamos mucho, yo tenía en ese entonces un par de cosas en qué pensar y problemas por solucionar.
Un café, un té caliente y medio brownie después nos dirigimos a las exposiciones.
En el camino desde la cafetería a la exposición, una amiga de Ben dice que está en la zona, viendo las exposiciones. Él me dice que su amiga se encuentra ahí mismo y si me importa si ella nos acompaña, ok, obviamente qué me importa, que nuestra primera cita sea con tu amiga no es muy cool que digamos, pero no quería pasar por maleducado así que no me opuse en lo absoluto.
Así que ahí estábamos, Ben, su amiga y yo viendo las exposiciones. Debido a mi incomodidad tomé la (tal vez no más acertada) decisión de permanecer callado y ver las exposiciones un poco separado de ellos.
Sentados en una banca, empezamos a hablar frente a una proyección, y dos segundos después ya estaba besándome con Ben, y entre esas famosas conversaciones entre el beso:
-No soy tan fácil como para besar a alguien en la primera cita.- Digo yo apartándome un poco.
-Yo tampoco, pero no sé qué me pasa contigo.- Expresa Ben, acerándose a mí.
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Grandes Amores de Un Chico Promedio
Teen FictionSólo contaré historias de mi vida, según el título es bastante obvio sobre qué serán. No existe un orden cronológico y pueden haber saltos en el tiempo.