Hay millones de personas en el mundo y es casi imposible no encontrarte con caras nuevas todos los días. Por lo que también es raro que no conozcas a una persona que lleva la misma cantidad de tiempo laborando en el mismo lugar que tú.
Estaba en la biblioteca de la universidad, tenía que investigar algo para una tesis, y la vi de nuevo. No sé qué me paso pero me quede observándola un buen rato, hasta que se dio cuenta de lo que hacía y se acercó a mi mesa. La biblioteca estaba casi vacía por lo que mi mesa estaba vacía. Se sentó, me sonrió y siguió leyendo su libro, me pareció raro, así que la observe un rato y luego volví a lo mío.
-Hola, vi que me observabas, me llamo Sandra – dijo en tono muy amistoso. Su comentario fue tan directo que me incomodé y me quedé helado, no sabía que decir o hacer.
Movió su mano enfrente de mi cara, como para ver si aún estaba ahí, así que reaccione. –Hola –dije casi tartamudeando-, solo me pareció interesante el tatuaje que tienes en el cuello.
-Pues gracias, ¿Cómo te llamas?
-De nada, me llamo Christopher.
-Pues mucho gusto en conocerte Christopher, pero me tengo que ir, adiós.
-Adiós –respondí, cuando ella ya estaba por la puerta.
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Sentimientos Inertes
Short StoryTodo ocurre tan de pronto, sin darnos cuenta, sin ser conscientes de lo que empezamos a hacer o sentir. Esta es la historia de Christopher, un chico ensimismado, y como conoce a Sandra, una chica con una actitud muy opuesta a la de él. Y de como ini...