Capítulo 3

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Las calles de este lugar siempre tenían sorpresas, uno siempre veía a gente usar nuevos atuendos, unos más interesantes que otros, cuando empezaba a oscurecer era el momento en el que todas las personas aprovechaban su tiempo para salir a mirar como las típicas ferias nocturnas se empezaban a armar, en este momento de el día la gente era muy despistada, algunas personas dejaban caer palos por todos lados a causa de el apuro de armar rápido sus tiendas, así que tenían que esquivar todo tipo de cosas para no tropezar y caer. A estas alturas de el día habían tiendas que estaban totalmente desordenadas y también había otras que estaban totalmente abiertas al público por completo, y una de esas era la tienda de la persona a la cual estaban buscando, Sophie lo supo de inmediato por la manera en la cual la mujer que atendía dicha tienda los miró a todos, tan despectivamente que incluso hizo que Sophie se sintiera un poco incómoda, era una chica muy joven pero proyectaba el aire de una anciana amargada por algún motivo, su tienda estaba adornada con millones de esqueletos de animales y aves, las paredes estaban tapizadas con una tela morada, Sophie no encontraba ningún talento en eso, la mayoría de tiendas siempre hacían que la gente se impresione con algún truco o algo parecido, pero lo que esta chica hacia era espantar a la gente con cadáveres en descomposición, o por lo menos eso creía ella.
Cuando la chica se levantó y se acercó a ellos, Sophie pudo darse cuenta de que ella no era tan intimidante como pensaba, Morrigan saludó a todos normalmente ya que eran conocidos, pero cuando le extendió la mano a Sophie ella no supo si extender la suya también, tenía un poco de miedo y mala vibra, Morrigan tenía las manos llenas cicatricez y sus uñas demasiado largas. Al fin y al cabo tuvo que saludarla obligándose a si misma a hacerlo para no ser tan descortez con una persona que según Finn era realmente respetada, Sophie sabía que no era el tipo de persona que uno quisiera tener como enemiga.
-¿En que les puedo ayudar? -preguntó Morrigan.
-Ella es Sophie, la hija de el rey -dijo Finn- es nuestra aliada ahora, te dije que ella conoce todo el palacio y que vivió toda su vida allí, nos puede ayudar a entrar sin ser descubiertos. Pero nos ayudará con una sola condición.
Morrigan lanzó una gran carcajada al instante.
-Deja de decir estupideces, ¿En realidad trajiste a esta chica para lo que estoy pensando? Se claramente que es lo que quiere ella, pero solo tu y yo sabemos que es imposible hacer realidad sus peticiones.
-¿De que estas hablando? -le preguntó Finn, no era el único que estaba confundido, todos se quedaron sin palabras al escuchar lo que ella dijo, después de un instante Finn le lanzó una mirada fulminante a Morrigan, era como un código que solo los dos encendían- nosotros ya lo habíamos planeado.
Morrigan tomó aire profundamente y luego asintió con su cabeza.
-Tienes razón, lo había olvidado -ella rodó sus ojos hacia Sophie y la miró muy fijamente- está bien, voy a ayudarte a recuperar a quien perdiste, pero primero tu tienes que hacer tu parte de el trato, cuando tu padre este muerto yo te pagaré la recompensa.
-¿Como supiste que es lo que quiero?.
-Finn ya me ha hablado de ti, todos saben tu historia... así que no perdamos tiempo, ¿Te parece? ¿Vas a aceptar o no el trato?
Quizá en ese momento Sophie estuvo totalmente cegada por la ilusión de que James vuelva a la vida, no pensó en que esto podría ser una trampa, lo único que quería era tener a su novio de vuelta.
-Está bien, lo aceptó, pero espero que esto sea lo más rápido posible.
-Genial, ahora estamos completos -dijo Harriet- Sophie, te estábamos esperando desde hace mucho tiempo.
-No tengo ningún poder más de los que ustedes tienen, ¿Porque soy tan importante?.
-Al momento en el que entres nuevamente al palacio volverás a tener tus poderes -le respondió Tyler- y cada uno de nosotros tenemos un poder que nos ayudará a entrar al reino, en especial tu.
-¿Alguna vez has matado a alguién? -le preguntó Harriet saliéndose de el tema.
-¿Porque me preguntas esto? -le devolvió la pregunta Sophie.
-Necesitas por lo menos manejar una arma para mantenerte protegida de cualquier persona que quiera hacernos daños -le dijo Tyler- tu sabes que no es fácil para unas personas normales como nosotros entrar a la zona cercana en la que viven las personas importantes como el rey, hay demasiado resguardo, y sólo las personas de máxima confianza pueden entrar.
-Entonces supongo que vamos a morir en el intento.
-Claro que no -le prometió Harriet- Tyler y yo vamos a protegerlos, hemos pasado toda nuestra vida haciendo era tipo de planes, matando personas y haciendo cosas prohibidas.
-¿Acaso ese es su don?.
-Es obvio ¿No crees?, si no fuese por eso no estuviesen los dos aquí -le contestó Finn un poco irritado.
Sophie me puso los ojo en blanco a Finn, luego se cruzó de brazos he intentó no responderle con groserías, como se lo merecía.
-¿Comenzamos mañana? -preguntó Morrigan.
-Podríamos comenzar hoy mismo -propuso Finn.
-Sería demasiado apresurado, pero no hay que esperar más tiempo, mañana mismo nos encontramos en medio de las rejas.
-¿Que rejas? -preguntó Sophie, quien aún no conocía nada acerca de este lugar.
-Son las rejas que separan nuestro sitio de el sitio de la gente importante, si alguién pasa de allí tiene una muerte segura.
-¿Y como se supone que nosotros cruzaremos esas rejas sin que nadie nos descubra?.
Morrigan volvió a sonreír con un toque de maldad.
-Yo puedo hacer casi cualquier cosa.

Mi Vieja PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora