Mes 2

345 56 0
                                    

Tenía trabajo que me estaba cuartando las oportunidades de seguir conquistando a Ryeonggu, pero tampoco es que pudiera salir de la oficina, mi hermano estaba sentado en un esquina en un mullido sillón mientras jugaba con su celular, mantenía la puerta cerrada que de seguro también tendría puesta doble llave, llave que de seguro mantendría muy cerca de él como en el bolsillo trasero de su pantalón gris de vestir que hoy traía puesto, planee mil formas de quitarle las llaves de mi liberación pero nada era una buena idea si tu hermano era cinturón negro en yudo, de seguro cuando intentara tomarlo me tiraría al suelo antes de que me diera cuenta. Cuando levantaba la cabeza me lanzaba alguna cosa para que volviera a concentrarme... estaba bajo trabajos forzados y sin posibilidad de acercarme a Ryeonggu y ya iba casi una semana del segundo mes y yo estaba aquí perdiendo el tiempo firmando papeles, organizando mi agenda con mi secretaria, asistiendo a reuniones, y con una carta de acoso que cada cierto tiempo mi hermano me mostraba siempre que hacia un plan para escabullirme de esta insoportable oficina, mientras que Yesung quizás estaba toqueteando a mi chico... aish mi vida iba de mal en peor.

—¡maldito Yesung te arrepentirás si lo tocas! —sentí una mano fría en mi nuca que apretaba con fuerza que me hacía temer por mi vida—

—te lo advierto, si no te sientas y te calmas, yo mismo le diré a Yesung que se lo lleve a la cama Kyuhyun.

—no serias capaz de hacerme eso hyung.

—¿quieres probarme Kyuhyun?

—está bien Leetuek, pero cálmate, eres aterrador cuando te enfadas.

—aish, bien entonces no me hagas enojar mocoso.

—hyung, lo que tú no entiendes es que estoy desesperado... mientras tu me tienes aquí trabajando como esclavo, Yesung debe estar aprovechándose del inocente Ryeonggu.

Apoyo las caderas en mi escritorio, me observaba algo confundido, mientras movía sus dedos por la superficie de mi escritorio sin quitarme la mirada de encima, es como si estuviera meditando algo en verdad complejo, quizás no creía que mis sentimientos hacia a Ryeonggu fueran cierto, quizás pensaba que solo quería sexo, y bueno en estas semanas realmente entendía en cierto modo como era mi imagen hacia los demás, pero no por eso me daría por vencido...

—¿Por qué Ryeowook?, sabes que puedes tener al que quieras para que te entretengas —acerco su rostro el mío mientras lo mantenía fijo con sus dedos— ¿es algún tipo de juego raro? ¿quieres probar que todos caen por ti o algo parecido?

—¡¿Qué?!, no hyung, yo de verdad lo amo, de verdad quiero que se case conmigo en seis meses más, yo de verdad amo a ese malvado chico.

—me estas queriendo decir que no quieres nada más que una sana relación con él.

—claro que si Hyung, y además también quiero noches salvajes con él.

No entiendo porque todos me miran como si fuera un psicópata o un depredador sexual, y me sorprende más que mi propio hermano me mire de esta forma, siempre me ha inculcado que debo ser sincero en lo que quiero y en lo que digo, pero aquí estaba demasiado cerca de mi mientras que soltaba lentamente mi mentón para volver a sentarse en la silla que había ocupado todos estos días en los que me había mantenido en esta oficina torturándome haciendo trabajo forzado. La forma de mirarme era puro reproche, confusión y no sé que más, nunca he sido bueno interpretando los sentimientos de los demás, pero de seguro debe estar pensando que soy un maldito loco que solo quiere jugar con el tierno corazón de Ryeonggu.

—amas a ese chico, de verdad amas a Kim Ryeowook, Kyuhyun.

—claro que si Leetuek, lo que siento por él, es algo así como lo que tu sientes por Kangin —paso su mano por el cabello mientras veía a algún punto de mi oficina—

6 Meses... (Kyuwook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora