Capítulo 5: Absorción

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14/07/17 - 20:36 p.m.

Levi y Stella entraron al faro con Heidi y Trev a cuestas, que una vez a cubierto dejaron cuidadosamente en el suelo. Yadhira salió del ratoncillo apesar de que sus amigos no pudieran verla. Al cabo de una media hora, el shuzur de Heidi comenzó a brillar de una forma más intensa que esa misma mañana.

- Stella...Heidi, ¿Está brillando? - Habló Levi mientras Stella se giró para ver que era lo que pasaba, y ambos se acercaron cautelosamente, como moscas atraídas por la luz. El colgante cesó de brillar de repente, y Heidi abrió los ojos.

- Heidi! ¿Estás bien? - Habló esta vez Stella.

- ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos?- Dijo incorporándose.

- Estamos en un faro. Trev y tú os desmayásteis al destruir al bicho negro, y como empezó a diluviar seguimos el camino con esperanzas de encontrar un sitio cubierto.- Dijo Stella.

- Y porque nos lo dijo Yadhira.- Concretó Levi.

- ¿Cuánto tiempo llevamos inconscientes?

- Sobre treinta o cuarenta minutos posiblemente...No es que aquí haya cobertura para poder pedir ayuda, así que nos limitamos a esperar.- Dijo Stella, sintiéndose algo inútil por no haber hecho más.

- Heidi.- Habló ahora Yadhira.- Quítale la camiseta.

- ¿A Trev?- Preguntó. El shuzu asintió. Heidi se arrodilló al lado de su amigo y empezó a remangarle la camisa poco a poco, por si tenía heridas. En lugar de eso, se encontró con una infección negra que salía de un arañazo en el bajo abdomen. Se estaba propagando lentamente por la piel, y quien sabe si algo más...Heidi se tapó la boca, frenando un chillido que pedía permiso para salir, por la expectación de lo que tenía enfrente a sus ojos.

- Trev!- Gritó Levi. Le quitó del todo la camiseta y lo arrecostó cuidadosamente en una de las paredes del gran faro.- Tio...¡Heidi! ¿Sabes qué le pasa?- Heidi miró a Yadhira, ahora paralizada al ver que sus pensamientos estaban en lo correcto.

- Está infectado...- Fueron las únicas palabras que consiguió soltar de sus pequeños y grisáceos labios.

- Yadhira. ¿Qué debemos hacer?- Dijo Heidi, cada vez más asustada por lo que le podría pasar a Trev.

- En tu caso el colgante ha ido frenando y purificando la infección, pero él es un simple humano...no tiene la maldición, ni un shuzur que lo proteja. No tengo ni idea de que podéis hacer, pero...lo que si tengo claro es que como siga expandiéndose...llegará a su alma. En otras palabras, ya no podréis estar más con el...- Al acabar de contar todo eso, Heidi se quedó ojiplática ¡No podía perder uno de los pilares más importantes de su vida! ¡No a él! Y menos ahora...

- Ey, Heidi,¿qué te pasa?- Preguntó Stella poniendo la mano en su hombro. heidi no decía ni palabra. Tampoco podía encontrar unas adecuadas que no paralizaran su mente, o al contrario, que la llenaran de pensamientos que ella no quería imaginar.

- Sin embargo, noto algo en este faro. Una especie de fuente mágica que no aparenta ser maligna. Buscar que puede ser, quizás os ayude. Yo me quedaré con Trev y te avisaré si algo pasa. 

En ese momento, un pequeño brillo apareció en los ojos de Heidi. Tenían posibilidades de salvar a su amigo...¡No estaba todo perdido!

- Chicos, ¡Buscar cualquier cosa que os parezca sospechosa o con un cierto aspecto mágico!- Gritó Heidi mientras subía corriendo las escaleras qu ellevaban a la luz del faro.

Una vez arriba podía ver todo el mar cubierto de niebla, que en ciertos momentos parecía disiparse por la ferocidad de las gotas de aquella gran tormenta, que parecía nocesar ni un  instante. A pesar de todo lo que estaba pasando en el exterior, Heidi se quedó absorta en la luz, que ahora delante suya, resplandecía de una forma sin igual. Acercándose poco a poco  a aquilla vitrina enorme que retenía a ese cuerpo brillante, se podían distinguir miles y millones de símbolos volando por ese pequeño espacio de aire.

- Levi! Stella! Lo he encontrado, subid!- Gritó Heidi desde las escaleras. Una vez que sus compañeros estaban con ella se acercó con cuidado al cristal. Estaba asustada, ya que no sabía que podía ser, y, a la vez, maravillada por aquer resplendor. Toda esa admiración  hizo querer tocar aquellos símbolos y descubrir que significaban. Al tocarlo, poco a poco iban traspasando la vitrina y colándose a través de su cuerpo, exparciéndose por cada extremidad de pies a cabeza hasta que solamente quedó uno. El último símbolo era más grande y brillante, además de que no había ningún otro con la misma forma. Este no fue a ninguna extremidad, sino que al llegar al colgante, hizo que todos los símbolos se teletransportasen de golpe a dentro de la piedra. Cuando el brillo cesó y el último símbolo desapareció, se formó una especie de marca o runa en el lateral de su cuello que pronto descubriría su utilidad.

- ¿Qué acaba de pasar?- Dijo Levi extrañado.

- ¡Heidi! ¡Trev necesita ayuda! ¡Bajad ya!- Dijo de golpe Yadhira, sacándola de sus pensamientos. Heidi bajó corriendo, seguida de Stella y Levi, los cuales aún estaban confundidos.

- ¿Sigue igual que antes?- Le pregunta Heidi a su shuzu.

- Se ha puesto más pálido además de parecer que sueña. Creo que serán los efectos del veneno que tiene en la herida.

- Joder, Trev aguanta.- Dijo Heidi tocando un poco la herida.- ¡Ah! Quema...- Y la parte del dedo con la que tocó la infección empezó a brillar ligeramente, expulsando lo corrupto. Sentía pulsaciones en la marca del cuello. Colocó sus manos en contacto con su piel contagiada, y aguantó el escozor de aquel veneno oscuro.

- Heidi, ¿Qué haces? Te vas a contagiar.- Dijo Stella, preocupada por Heidi y asustada por Trev. Heidi necesitaba concentrarse. Cerró los ojos, repiró hondo y se relajó todo lo que pudo, sin pensar en el dolor de sus  manos. Poco a poco, la marca empezó a resplandecer, y con ello, la herida se fue absorbiendo al cuerpo de Heidi. Cada vez la quemazón era mayor, casi insoportable, pero tenía que  aguantarla para salvar a su compañero. Al cabo de unos minutos, la herida de Trev se cerró, dejando unicamente una cicatriz que comenzaba a curarse en su abdomen. No obstante, en ese momento Heidi cayó agotada por haber usado la marca sin saber para que servía. Lo hizo todo por mera intuinción que, gracias  a Dios, fue acertada. Pasado un rato, el veneno en los brazos de Heidi se desintegró, y poco a poco recobró el conocimiento.

- Bella durmiente, ¿estás mejor?- Dijo Levi en cuanto Heidi se incorporó.

- Si, aunque me pesa todo...¿Y Trev?- Contestó preocupada.

- Aquí.- Dijo apareciendo detrás suya, dándole un abrazo.- Y no me pegues esos sustos, se supone que debería de protegerte yo a ti, ¿no?- Dijo sonriendo.

- En susto me lo pegaste tú a mi...pensé que iba a perderte...- Dijo, sonrojándose a la par que Trev.

- Tortolitos...¿Volvemos a casa?- Preguntó Stella agitando el móvil en su mano.


-+[N.A]+-

Huolaaap, pues nada aquí otro capítulo que por  los pelos no se salvan. Os voy a revelar dos cosas, la primera es que no va a ser la única runa que haya, aunque todas ellas se encuentran en lugares protegidos para que los shuzus no entren, por lo que serán sitios de peligro. Y la segunda es la foto de principio de capítulo. Ahí teneís como se vería Heidi Klein  en la historia.

Nada más, nos vemos en el próximo. No olvidéis votar y compartir si os está gustando <3

Besoooos :*

~ Meowy.

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