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Cinco años despues

"Sí, estoy yendo a casa, Hannah. No, no les des las galletas porque sino luego no cenan. Sí, vale, te veo en casa", entonces colgué mientras caminaba rápido por el pasillo. Era mi niñera, en realidad Hannah vivía justo enfrente de nuestra casa y su mamá, Lisa era muy cercana a mí y permitió que Hannah fuese mi niñera.

Era muy buena chica. Se aseguró de hacer el trabajo bien, de vez en cuando traia algunas de las cookies de chocolate de su mamá para las niñas- y cómo no, a las niñas les encantó. A veces le daba una paga extra para que ella ahorrara para pagar su universidad en el futuro.

"Ten un buen fin de semana, Kenny," Uno de mis compañeros de trabajo se despidió mientras pasaba por mi oficina.

"Sí, tú también"respondí mientras metia mis cosas sin cuidado en mi bolsa.

Desde que di a luz a las niñas, había estado trabajando aquí en una oficina de redacción. El sueldo era suficiente para alimentar a mis bebés y a mí, los compañeros de trabajo y el ambiente de trabajo era bueno y por no mencionar al jefe, el señor Lee era un hombre muy generoso que nos daba a los empleados, un bono cada mes. Ah, y tampoco me ocupaba mucho tiempo el trabajo, asíque tenía tiempo para jugar y ver a mis bebés con bastante frecuencia.

"¡Estoy en casa!" Grité mientras cerraba la puerta detrás de mi y luego tiraba mis llaves en la mesita del recibidor.

"¡Mamá!" Una de mis hijas chilló desde la sala de estar y corrió inmediatamente a la puerta principal.

"Hola cariño", Amara me abrazó las piernas con fuerza y no me soltó. "¿Que tal tu día?" Entonces levantó la vista con sus bellos y brillantes ojos de color avellana, igual que los de su padre, a veces esos ojos me entristecían aún alimentando mi anhelo por él.

"¡Mamá!" Ah, aquí viene la otra. Yaz golpeó el piso con sus diminutos pies e inmediatamente atacó mi otra pierna. "Hannah trajo más galletas, mamá". Levantó la vista, Yaz tenía mis ojos marrones oscuros a diferencia de su hermana. "¡Y son deliciosas!" Exclamó.

"Oh," ensanché mis ojos, un poco sorprendida de que ella haya comido su galleta antes de la cena. "Pero ¿has comido tu cena, cielo?"

Entonces ambas se miraron la una a la otra y empezaron a reír sin control. "Shh, mamá, no podemos decirle a Hannah que comimos la galleta, ¿de acuerdo?" Amara puso una linda voz de picara que me hizo sonreír en lugar de estar molesta.

"Está bien, pero ustedes todavía tienen que cenar, ¿de acuerdo?"

Asíque, estos últimos años sólo habíamos sido las niñas y yo. Amara y Yazzy se convirtieron en unas niñas muy alegres y risueñas. Ambas casi nunca tuvieron una rabieta, incluso cuando tenian tres años, que la mayoria de los padres dirian: los temidos tres años. Tal vez a veces lo hacían cuando estaban de mal humor porque no tomaban una siesta o no conseguían su bibi lo suficientemente rápido, pero sería sólo unos breves gritos.

De todos modos, además de alegres y risueñas, eran unas parlanchinas, Yazzy especialmente. Podía hablar interminablemente sobre cualquier cosa, como sus amigos imaginarios, sus colores favoritos, su princesa favorita de Disney, a veces sobre cómo amaba mi pelo, su hermana y más. También habían comenzado el preescolar y ambas me dijeron que aman ir a la escuela porque había muchos juguetes y también un foso de arena. Bueno, quiero decir, ¿a quién no le gustan los fosos de arena, verdad?

Y por supuesto, como otros niños, ambas no podían dormir sin una historia o quizás tres historias de dormir. A diferencia de los demas padres, disfruto de nuestro cuento antes de acostarse. A veces nos sentábamos allí en la silla grande junto con los libros o a veces nosotras escuchabamos las historias sin fin de Yazzy hasta que finalmente se dormian o incluso dormiamos juntas en su cama compartida conmigo en el medio de ellas y abrazandolas a ambas.

Toxic |Spanish Version|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora