Day 2

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Sungjin

- Sungjin, ¿me estás escuchando? Sungjin, Sungjin- Wonpil mueve la mano por sobre mi visión y decido prestarle atención.

- Perdón, ¿qué decías?- le pregunto, la verdad es que no sé de qué está hablando.

- Mira, al menos ve a hablarle o algo- suspira.

- ¿A quién?

- A Bora- dice cansado.

- ¿Soy tan obvio?- pensaba que podía disimular mis sentimientos, parece que no.

- Ni te imaginas. Mira, soy tu amigo, por eso me doy cuenta de lo que sientes por ella, pero veo que ella ni sabe de tu existencia más que saber que eres de su mismo curso- siento un deje de frustración en su voz, Wonpil debe estar cansado de que no haga el primer movimiento con ella, yo también.

- Lo entiendo- suspiro y vuelvo a mirar hacia donde está ella, hablando con Jae. Si no supiera tan bien que solo son mejores amigos, estaría celoso de él, el poder estar junto a ella siempre y disfrutar de una cómoda compañía. Estamos en la hora del almuerzo, así que yo estoy en mi mesa con Wonpil y los veo a ellos a tres metros de distancia hablando con una normalidad envidiable. Jae toma su jugo, se da cuenta que lo acaba de terminar y lo lanza, envocando perfectamente en el tacho de basura a cuatro metros de él. El chico es bueno en baloncesto, creo que nuestras habilidades se igualan aunque yo soy mejor. De repente, se me ocurre una gran idea.

- Sungjin, ¿a dónde vas?-oigo la voz de Wonpil a mis espaldas pero en realidad no lo escucho. Me dirijo hacia la mesa de Bora, pero no voy a hablar con ella.

- Jae, ¿todo bien?-le digo y me mira asombrado. Su rostro se relaja y choca mi mano.

- Sungjin, sí, genial, ¿qué pasa?

- Viernes, cinco de la tarde, partido de baloncesto, al menos dos contra dos ¿estás dentro?

Si algo sé de Jae por las clases de educación física que hemos tenido juntos, es que es muy competitivo. Cuando digo muy, es un muy importante. Logro captar una mirada de Bora hacia su amigo, un "no lo hagas" implícito en su mirada. Jae la mira y le guiña un ojo, cómo me gustaría a mí hacer eso.

- Genial, el viernes entonces- chocamos las manos de vuelta y vuelvo a mi lugar. Oigo un pequeño murmullo en la cafetería, creo que he llamado un poco la atención. Wonpil me mira incrédulo.

- ¿Qué has hecho exactamente?-me pregunta, ya ha dejado su comida a un lado.

- Es hora de hacerme notar-le hago una seña para que se acerque y bajo el volumen de mi voz mientras me acomodo en mi asiento-. Bora me verá jugar contra Jae, se dará cuenta de mi existencia, caerá por mis talentos para el baloncesto, empezaremos a hablar y después el resto de la historia que todavía no puedo imaginar pero que quiero-estoy emocionado. La cara de Wonpil está pálida como el arroz sin comer en su plato, entiendo el sentimiento-. Tú tampoco lo puedes creer, ¿verdad?

Wonpil agita la cabeza, suspira y comienza a levantarse de la mesa.

- ¿A dónde vas?

- Ya no tengo hambre, nos vemos en clase- veo cómo se aleja de la cafetería y deja su comida en la mesa. Debe estar estresado por los estudios o poco apetito, luego le preguntaré. Pero ahora, me siento feliz.

Bora

- Borita, no te preocupes, si igual voy a ganar- me dice Jae por el teléfono. Es de noche así que salí a caminar por el parque, pero no puedo dejar de recriminarle lo que ha aceptado hacer hoy.

- A ver Jae, no me importa si ganas o pierdes contra Sungjin, pero ya habíamos dicho que basta de aceptar cualquier apuesta que se te presentara. Esto de la competitividad no te hará nada bien en el futuro- realmente, encima que me preocupo por él y su estabilidad mental él sigue haciendo lo que se le da la gana.

- No te preocupes, es solo un juego de baloncesto, ni siquiera voy a tener que moverme para ganar, nadie saldrá lastimado.

Otro en estos momentos podría pensar que el no querer que compita es algo infantil, pero no es algo infantil cuando la última vez la lastimada fuiste tú.

- ¿Recuerdas la última vez que hiciste una apuesta conmigo? ¿Te acuerdas que fue jugando al baloncesto?

- Claro que me acuerdo, Bora. Eso no volverá a pasar, lo juro-escucho esos ruidos molestos de aegyo que me hace cuando estoy molesta. Me dan náuseas, así que lo dejo pasar.

- Bueno, más vale que no pase nada, ¿ya sabes con quien vas a jugar? Por lo menos que tengas un compañero que te prohíba hacer estupideces-hay un silencio del otro lado de la línea- ¿Y?

- Ya encontraré alguien con quien jugar...o puedo hacerlo solo...

- No, solo no- espeto.

- Pero Borita...

- Nada de Borita-le corto.

Suspiro y miro el panorama nocturno. Este parque está junto al río así que el viento está bastante fresco. Sigo caminando, tengo los auriculares puestos así que solo oigo la voz de Lee Hongki que me acompaña en la noche. Empiezo a escuchar ruido de zapatillas cerca y una pelota rebotando. Sigo caminando y me encuentro con la vieja cancha de baloncesto a la que solía venir hace un tiempo. Me sorprendo al ver a Brian, el chico del pasillo, jugando allí, dando vueltas, encestando. Piso sobre el asfalto, mis zapatillas hacen ruido, Brian justo está por tirar, la pelota no emboca en el aro, choca contra él. Rebota hasta mis pies y la alzo del suelo. Levanto la mirada y me topo con la de Brian. Entre nosotros desde un lado solo hay silencio y desde el otro la voz de Hongki.

Me saco los auriculares, me adentro en la cancha. Hago como que se la voy a pasar a Brian, él levanta los brazos, pero en vez de tirársela, la tiro al aro y emboco desde una gran distancia. Él mira, trata de hacerse el desinteresado, pero ve cómo rebota por el rabillo del ojo la pelota hacia él.

- Vas a tener que pagarme el libro de la biblioteca. Está arruinado-tengo que conseguir al menos algo del dinero para devolver el manual a la escuela.

- Tú te pusiste en mi camino, no tengo por qué devolverte el dinero- toma la pelota y empieza a jugar nuevamente. Trata de ignorarme, no voy a dejar las cosas así. Me acerco y me pongo en su camino para que no pueda jugar. Luego de unos segundos se rinde, molesto-. No tengo dinero para devolverte. Ahora vete.

- Está bien, se me ocurre otra cosa- tomo la pelota de sus manos y empiezo a picarla con facilidad sobre el pavimento.- El viernes mi amigo Jae tiene que jugar un partido de baloncesto en la escuela.

- ¿Quieres que vaya y le diga que me meta en su equipo?- su cara de incredulidad es muy graciosa.

- No, él vendrá a ti y te dirá si quieres jugar con él. Tú le dirás que sí- tiro la pelota y entra otra vez más en el aro, como siempre.

- ¿Y por qué no juegas tú con él?- atrapa la pelota y empieza a picarla. Rápidamente se la robo y comienzo a picarla nuevamente en mi lugar frente a él. No se anima a sacármela.

- La última vez que jugué con él al baloncesto fue realmente mi última vez. Me tiró al suelo y al resbalar me rompí el tobillo izquierdo- dejo de picar la pelota, miro hacia arriba, hacia las estrellas en el cielo-. Todavía recuerdo el dolor de ese día y hasta hoy no puedo correr ni hacer ningún deporte que lo implique, con suerte puedo caminar- empiezo a rebotar la pelota nuevamente, pero Brian me la saca de las manos y empieza a trotar y picarla.

- Está bien- dice sin verme y emboca en el aro.

- ¿Está bien qué?- pregunto.

- Le diré que sí a Jae, jugaré con él si me lo pide, si eso salda la deuda del libro.

- Hecho- sonrío desde mi posición ganadora y empiezo a ponerme los auriculares mientras camino para irme de allí.

- Espera-la voz de Brian me llama desde atrás. Miro nuevamente, no sé si es la misma mirada de desafío de ayer, pero es algo parecido- ¿Cómo te llamas?

Me encantan los dramas, vamos a hacer de esto uno.

- Pregúntaselo a Jae cuando le digas que sí mañana-me pongo mis auriculares y sigo mi camino satisfecha, ya no escucho el rebote de la pelota detrás de mí.

Pero sí siento una mirada.

6 DaysWhere stories live. Discover now