Mordí mi labio inferior y me rete a mi mismo por tener esos pensamientos, en este momento. Sacudí un poco mi cabeza y logre despejarla un poco.
Regresé mi mirada hacia el probador, estaba en la punta de los pies, se giro hacia la puerta y una vez más giro dándole la espalda a la puerta. La cerradura giro y rápido desvié mi mirada hacia el techo. Estúpido, lo sé. Escuche su suave risa, volteé y vi que solo su cabeza salía del probador.
- ¿De qué te ríes?- pregunté curioso
- ¿Y tú que miras en el techo?- volvió a reír. -Ven, necesito que me ayudes- mis ojos se abrieron a tope, pero trate de disimular.
- ¿Y-Yo?- indagué y me miro con reproche.
-Si no quieres llamo a alguien más- la mire serio y deje todas las bolsas en el piso.
Me paré frente a ella, bueno frente su cabeza que era lo único que podía ver. - ¿Con qué te ayudo?- pregunté y se hiso a un lado.
-Entra- dijo pero me quede paralizado, no era buena idea que me dejara entrar. - ¡Justin me verán!- oh no, eso no. Entre al pequeño cubículo y cerró la puerta. -Súbeme el cierre- me dio la espalda, dejándome ver el cierre que venía desde la parte baja de su espalda. Subí en contra de mi voluntad lentamente el cierre. Rápido se dio media vuelta para verse en el espejo. Se veía con detenimiento, no parecía convencida. ¡Y cómo no iba a estarlo! Ella casi no usaba así
-Se te ve hermoso- di un beso en su hombro, en realidad se le veía perfecto.
- ¿De verdad?- pregunto insegura
-Si de verdad- sonrió -...Pero no lo llevaras. - su sonrisa se esfumo y una mueca de incomprensión se formo.
- ¿Por qué no?- nos mirábamos por el espejo.
-No saldrás a la calle con eso- la abrace, no quería que se enojara y empezáramos una discusión -Es muy corto- carcajeo y quito mis brazos.
-Justin no está corto- al menos no había gritado.
-¡Oh si lo está!- me cruce de brazos y ella lo hizo también. Ninguno pensaba ceder. Ella aseguraba que lo llevaría y yo aseguraba que no lo haría.
-Yo no te digo que puedes usar y que no- replico molestándose un poco, había que reconocerlo ambos estábamos haciendo un gran esfuerzo por no gritarnos.
-Perfecto- le guiñe un ojo -De todos modos no lo llevaras- me di la media vuelta y escuche como gruñía, no tardaba en explotar.
-No Justin, espera - su tono de voz cedió. La verdad yo no tenía planeado entrar y discutir. -Baja el cierre- lo baje, al parecer esta vez yo había resultado victorioso.
Me acerque para besar su cuello pero se hizo a un lado - ¡Mierda!- grite por dentro. Como si ella fuera a dejarme ganar.
-Gracias ya puedes salir- dijo cortantemente.
Salí y me senté donde estaba anteriormente, Esta mujer simplemente no sabía dar su brazo a torcer.
Salió del vestidor con una mirada seria y un montón de ropa en su brazo derecho, me puse rápido de pie y la aborde quitándole todo de las manos para que no cargara, no me convenía tenerla de enemiga.Aun cargado de bolsas y ropa quise tomar su mano pero se hizo a un lado. Bien Hecho Justin...
*
Me pare frente a la caja junto con Justin quien dejo todas las cosas en el mostrador.
- ¿Tarjeta o Efectivo?- pregunto la castaña tras el mostrador.
-Efectivo.
-Tarjeta- corregí a Justin, todas las demás compras él las había pagado en contra de mi voluntad. Era mi novio, no mi esposo. No tenia por que mantenerme ni siquiera aun que fuera mi esposo. Me miro desaprobatoriamente, lo ignoré y entregué mi tarjeta.
-Ese no lo llevaré- le dije antes de que marcara el vestido negro.
-Es muy lindo, ¿No te gusto?
-Sí, es lindo- sonreí forzadamente -Pero no me convence. - siguió marcando las cosas y guardándolas en bolsas.
-Gracias por su compra- dijo con una gran sonrisa mientras me entregaba todas las bolsas.
- ¿Te ayudo?- hablo Justin para ayudarme con las bolsas, pero me negué. -Vamos Sel- alargo -No seas chiflada- lo miré fulminantemente, estaba más que enojada. Pero estaba haciendo un enorme esfuerzo para no gritar. -Elige otro vestido, el que quieras- se acerco a mi -No estés enojada- dio un rápido beso en mis labios. Mire hacia abajo.
*
Levanto su mirada un poco mas risueña -Me vuelve loco tu sonrisa- la alagué y una pequeña sonrisa comenzaba a asomarse. Como pude la abrace ya que era algo difícil hacerlo con tantas bolsas.
Paso sus brazos por mi espalda abrazándome también antes de unir nuestros labios. Al parecer había sido más fácil de lo que pensaba.
-Y si mejor yo escojo algo para ti...- ese tono de voz, esa mirada. Mi novia era una manipuladora de primera.
-No lo creo- le dije divertido mientras trataba de besarla de nuevo pero me empujó.
-Entonces vámonos ya- nuevamente cambió su tono a uno más duro.
- ¡Selena!- la tome de la mano.
-Suéltame.
- ¿Estarás asi todo el día?- pregunté con fastidio. Sabía que quería estar con ella y utilizaba eso para aprovecharse de mí.
-A menos que me dejes comprar el vestido o algo para ti- su tono de 'convencimiento' volvió.
Pensé con detenimiento las opciones que me daba, si le compraba el vestido todos los imbéciles del campus lo disfrutarían y no sería divertido tener que golpear a cada uno de los que tuvieran la valentía de mirarla.
La segunda opción ¿Qué podría comprar para mí? ¿Una camisa? Sin duda esa era la mejor, si no me gustaba simplemente lo desaparecía. Era más fácil, ya que ella no me perdonaría que dañara algo de su armario.
-Está bien, elige algo para mí- una perversa sonrisa se apodero de su rostro.