Cαριтυℓσ 49: Úℓtιтσ Cαριтυℓσ:

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Dos Años después • 


—No tienes que enojarte por eso... —digo mientras doy pasos apresurados y largos, intentando alcanzar al castaño enojón que va unos metros más adelante que yo.
— ¡Sí, claro, cómo no! —responde con ironía, a lo que camina aún más rápido por la fría y fúnebre calle. Dobla en la siguiente avenida y justo el semáforo para los automóviles cambia a verde. De su boca brota una maldición y yo ahogo una risa que me hace toser.
—Por favor —suplico tomándolo del brazo y volteándolo hacia a mí—. No tienes que ponerte así. Eres increíblemente terco y muy llevado a tu idea. No era lo que tú estabas pensando.
—Te juro que sí te veo de nuevo con TaeHyung...

Poso mi índice en sus labios.

—Cállate, por favor. No sabes que boberías estás diciendo.
— ¿Crees que me hace feliz que cada momento del día estés con él?

Tiene el ceño fruncido, las mejillas algo ruborizadas y sus pupilas dilatadas, escondiendo lo poco que queda de la miel que cubre su iris. Se ve tan adorable cuando se enoja.

— ¿Y tú crees que es muy agradable qué te pongas celoso por todo lo que hago?

Se toma el gorro con fuerza y lo estira hasta que le tapa las orejas. Siento sus brazos abrazándome bruscamente por la cintura y apegarme a él. Tengo que mirar hacia arriba para ver su expresión, ya que sólo le llego al hombro. Él me da una media sonrisa, la que yo tomo como seductora, la típica que hace para arreglar las cosas.

—No te sale —comento y le ruedo los ojos.
—A ti no te sale hacerte la difícil, cariño —dice en un susurro que se queda haciendo eco en mi oído, a lo que me estremezco bajo él. Se ríe.
— ¿Qué te dije? Ya estás temblando —agrega, y cuando una mano fría me recorre la espalda, haciendo contacto directo con mi cálida piel por el sweater de lana que estoy usando, un chillido resuena gracias a mis cuerdas vocales.

Jhope me calla con un beso.

Y no son de los besos normales. Puedo sentir como mi grito de sorpresa traspasa de mis labios a su cavidad bucal, a lo que él sonríe y yo abro los ojos de golpe. Su mano se mantiene en mi espalda, acariciando cada vértebra de esta. Se da cuenta que lo estoy mirando enojada, entonces abre un solo ojo, e involuntariamente su ceja izquierda se alza. Suelta una risa y los dientes de Jhope encierran mi labio inferior.

—Tú tienes eso en la cabeza que con besos yo me olvido de todo.
—Porque es la verdad, preciosa. —se encoje de hombros y entrelaza sus dedos con los míos—. Anda al auto, discutiremos en casa.

Emito un gruñido y le saco la llave del bolsillo de sus vaqueros. Mis zapatillas rechinan contra la húmeda vereda y busco el Mazda 6 plateado que le regalaron para su vigésimo cumpleaños. Abro la puerta del copiloto y echo la cabeza hacia atrás contra mi asiento. A los pocos minutos, Jhope se sube también, sumándose al tráfico mientras busca el camino para entrar en la carretera.

Mi mirada se queda pegada en la vaga nada, porque estoy sumergida en mis pensamientos. Ni siquiera sé si estoy pensando. Cuando Jhope se detiene en el semáforo, comienzo a contar los rascacielos que hay en la manzana. Uno, dos, tres...

Cuando sus dedos acarician mi muslo, con brusquedad alejo mi pierna de su alcance.

— ¿Sigues enojada? Creí que ya se te había pasado.
—Bueno, ahora te das cuenta de que estabas equivocado.

Frunce el ceño y la sombra de una sonrisa se esconde en las comisuras de su boca.

—Te gustaría que lo hiciera TaeHyung, ¿cierto?

Esa frase fue la gota que rebalsó mi paciencia. ¿Por qué siempre tiene que meter a mi compañero de universidad? Si recuerdan a TaeHyung de las juntas. Bueno él ahora es mi compañero.

『ABRAZOS GRATIS』| J-Hope BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora