Capítulo 1

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Jinet

Pasé tantos veranos aquí cuando era pequeña sin embargo hace ya tiempo que no visito este lugar, seguramente unos ocho años, aquí conocí a mi primer amor y pase momentos inolvidables, también perdí a mi padre, ahora todo ha cambiado, incluyéndome, ya no veo el mundo con inocencia como cuando era una niña.

Voy a graduarme en unos meses, estudiaré fuera del país y antes de irme decidí pasar en la casa de verano que compró papá antes de morir en un pueblo cerca de la ciudad donde vivíamos, hay una playa muy tranquila.

Me emocionaba un poco la idea de venir, adoro la playa, sus amaneres son realmente increíbles, como una nueva oportunidad para empezar, por eso me vine conduciendo toda la madrugada, para poder alcanzar a observar el amanecer desde la playa.

Mi mamá me había prometido que vendría el fin de semana ya que tenía trabajo pendiente que realizar en la ciudad.

Observe como se extendía ante mí, la casa donde pasé parte de mi infancia, tenía el mismo color beige que recordaba, el cielo estaba de un color azul agua y al final una pequeña luz surgía.

Mi corazón latió emocionado, tenía una esperanza de que algo pudiera cambiar en mí ese verano, o pudiese llenar ese vacío que mantenía hace años.

Una vez dentro era todo casi como lo recordaba, un pequeño recibidor con cuadros colgados a los lados y dos sillones cafés, camine por el pasillo, un sillón grande frente a un televisor plasma, asumí que mamá lo había renovado y del otro lado la isla de la cocina, dejé las llaves en el mesón y corrí las cortinas para abrir la puerta corrediza de atrás, toda la pared era transparente, ahí fuera estaba una pequeña mesita y dos hamacas, la sensación en mis pies de la arena era relajante, cerré los ojos un momento para disfrutar de la sensación.

Me quedé observando ahí de pie hasta que amaneció completamente, gire mi cabeza y no tan lejos de donde estaba había un hombre también observando, estaba de espaldas y tenía una cabellera muy oscura, sus manos estaban dentro de los bolsillos de su bermuda, la curiosidad se despertó en mí, no podía verle bien el rostro desde tan lejos.

Mi estómago gruñó sacándome de mi corta ensoñación por lo que tuve que dirigirme a la cocina por un bocadillo, gracias a mi mamá subsistiría esta semana sin problemas, ella viajó la semana pasada con unas amigas y dejó la nevera abastecida, a diferencia de mí, mamá venía seguido para pasar a solas o acompañada. Nunca preguntaba la razón eso para mí era un misterio.

Me recosté en la hamaca después de coger mi bolso y busque la cajetilla de cigarrillos que compré en el camino, encendí uno sintiéndome mejor cuando di la primera calada, me quedé totalmente absorta en mis reflexiones, los recuerdos de la época en que murió mi papá vinieron a mi mente, en la escuela muchos niños me trataban de huérfana y pobre.

Tuve que cambiar eso cuando llegué al colegio, rápidamente me convertí en una chica sociable y reconocida, no permitiría que nadie más me tratara de esa manera, así que yo los trataba así para hacerlos entender que las cosas habían cambiado, tenía a cualquier chico que quería e iba a todas las fiestas que se organizaban.

Cuando menos lo pensé caí en un profundo sueño donde observé a un pequeño niño de un cabello muy oscuro y brillante, unos profundos ojos azules, con una de sus manos extendidas hacia mí mientras corría por la playa, yo conocía a ese niño, mi inconsciente lo recordaba pero yo no.

Abrí mis ojos y un hermoso sol se hacía presente para aprovechar el agua salada, me animé a cambiarme con mi bikini rojo para nadar un rato.

Después de estar un rato en el mar comenzaba a sentirme aburrida, seguramente esta noche saldría a algún club para pasar el rato, sonreí para mis adentros. De pronto sentí un fuerte dolor en mi cabeza que nublo mi vista hasta que se volvió todo negro. Podía percibir unos pasos acercándose, unos fuertes bíceps cargándome, ya no hubo más movimiento.

¿A qué lugar? Ella mi enfermedad, tú mi cura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora