Ya no estás solo (Naruto x lectora)

Prólogo

- ¡¡Cogedla!! ¡¡No dejéis que escape!! -Oigo como grita el hombre al que se me ha encargado matar. Me escondo rápidamente, sin ser vista, en su gran armario y me tapo la boca para que no escuche mi respiración. -Tch, si alguien llega a ver este documento... Maldita cría de Konoha.

<<Recuerda el plan>> Me obligo mientras intento calmar mi corazón. <<Kakashi-sensei dijo que tenía que distraerle junto a esos tres, que él sería el que lo matase, pero eso no se lo voy a permitir. Un hombre que hiere como él a la gente... quiero asesinarlo>> Cuando veo desde una rendija que se acerca a donde estoy escondida saco mi kunai. Abre la puerta y, sin pensarlo dos veces, me tiro encima suya clavándole la kunai en el hombro. Suelta un grito increíble de dolor pero su mirada provoca que me quede estática. << ¿Qué? >>Intento moverme pero mi cuerpo no responde.

-Hmp, maldita cría. ¿Creías que te dejaría escapar fácilmente? No me tomes por idiota- Me tumbó y se puso encima mía. Miró mi cuerpo y su mirada se tornó lasciva mientras sonreía de una horrible manera; le caían babas de ésta. Lo miré temerosa e intenté moverme pero, como esperaba, no podía. -Juju tienes buen cuerpo para ser una niñata, podríamos divertirnos.

- ¡¡Suelta a Hikari-chan maldito pervertido!! -Una cabellera rubia le atravesó el pecho con la kunai que hace minutos había usado. El hombre cayó encima mía, aplastándome. El rubio sonrió orgulloso. -Hikari-chan, vámonos.

-Ugg- Me miró extrañado al ver como me movía como si fuera una tortuga. - ¿Podrías quitármelo... de encima? Pesa... demasiado- Me quitó al hombre y empiezo a respirar como una posesa. 

-Hikari- Miro a Kakashi indiferente. -Tendré que darte un castigo por lo de hoy- Suspiro y él empieza a andar.

- ¿Estás bien? -Me pregunta preocupada Sakura, asiento restándole importancia.

No me apetece hablar con ella, la odio, la odio demasiado. Lo único que quiero hacer es partirle la cara cuando se acerca a Naruto, pero no debo. Una mano se pone delante de mí. Miro al portador y me sorprendo al encontrar esos ojos azules. -Te ayudo- Cojo su mano con un ligero sonrojo y aparto la cara a otro lado.

-G-gracias- Susurro pero me escucha, una gran sonrisa aparece en su cara.