Comienzo de un destino

El Nuevo Comienzo

Este es mi primer día estando recostada en una cama, pues antes de ello me encontraba encerrada, había sido secuestrada de pequeña alrededor de la edad de 10 años, me había convertido en un objeto de pruebas, ya que aquello que me había tenido cautiva, debido a que descubrieron que mis genes son capaces de recibir cualquier material genético sin cambiar mis genes y así recibir todo lo bueno que estos traigan, ya sean de alienígenas o de meta humanos.

El dia anterior había sido salvada o rescatada como se les haga más fácil de recordar, por un grupo de personas que nunca creí que lo harían, menos si hubieran sabido desde el principio cual sería mi verdadera identidad, por cierto mi nombre es Elizabeth Joke, es el nombre que los científicos me colocaron somos mi nuevo nombre, pero comenzare mi historia desde que Salí desde ese lugar de esta manera.

Al abrir los ojos, delante de mí, un joven que me observaba de pie cerca de una ventana que daba luz a la habitación donde me encontraba. Esté se acercó a mí, me revisa primero con la mirada, para luego llevar su mano sobre mi frente y tocarla para ver si tenía algo de fiebre o si mi repentino despertar fue causado por algo similar.

En ese momento se produjo un silencio incómodo, por lo que me atreví a decir –Disculpa me encuentro bien, pero ¿Quién eres? ¿Dónde estoy?- al oír lo que había salido de mis labios, él solo sonríe, alejándose un poco para así sentarse sobre la cama donde yo me encantaba.

Me alegro saber que no estas muda-comenta mientras sonríe- mi nombre es Richard Grayson, en este momento estas en una habitación de un hospital privado, propiedad del señor Bruce Wayne, de la ciudad de Gotham, no tienes fiebre y despertaste sola, por lo que concluyo que debes estar bien- comento con un leve tono irónico.

Una sutil sonrisa se colocó en mis labios ante el tono final de sus palabras, ya que me pareció bastante graciosa.

Tome algo de aire antes de exclamar – Déjame Adivinar, ¿tú debes ser uno de mis salvadores?- el asiente de manera suave, dándome la razón de mi pregunta, había adivinado – Gracias, supongo –le comenta en un leve suspiro, para luego mirarle – tengo solo un par dudas, ¿Cómo supieron de mi existencia? ¿Por qué me sacaron de ese lugar?

Antes de que este pudiera contestar, alguien abre la puerta del dormitorio, era ella, ingresa apresurada directo a abrazarme, Esmeralda, no le había visto desde el momento que la ayude a escapar, ya había pasado alrededor de un año desde aquella vez. Ella era una de mis clones, si una clon, la única de todas las que existen hasta ahora solo son 10, pero de las cuales solo 5 están con vida racional, las otras solo eran frascos de vidrio y líquidos.

Rayos eres tú, aún viva, me haces tan feliz verte de nuevo- no evite el abrazarla fuerte, realmente desde que ella fue creada la sentía como la hermana que nunca tuve, ella me mira a los ojos para así estudiar mi rostro, como si se fijara si era realmente yo, la que estaba frente a ella que la había reconocido justo al verla, pero era inevitable no ser como verme al espejo, aunque solo a través de ella podía reconocer mi verdadera identidad, pues en mis otras clones solo veía en lo que querían que llegara a ser.

Ella se acercó a mi colocándose mejilla con mejilla con la mía antes de hacerme mirar las dos al chico que se reía al vernos actuar de esa manera – si nadie conociera tu rostro a través de mi ¿no crees que seríamos gemelas idénticas? – el chico se coloca a vernos con detenimiento y niega.

La verdad es que si ella cambia los ojos de café a rojo no creo que puedan pasar desapercibida – comenta mientras ella me suelta para mirar mi rostro y agregar – tus ojos han cambiado, en realidad cambiaron- ella saca un móvil de su bolsillo para tomarme una fotografía, luego de ello me la muestra, en ese momento mi rostro cambio, en aquella retrato mi rostro se veía frívolo, casi como el de un demonio, aquellos ojos era de un tono carmesí que en mi vida había visto – ¿Esa soy yo? – no podía creer lo cambiada que me veía, ahora si el ver a esmeralda me recordaba el como es mi rostro real antes de la cantidad de experimentos que habían realizado antes de que ellos me liberan.

Di un suave suspiro para luego mirar y devolver el móvil a Esmeralda – Realmente me convirtieron en un ser irreconocible- ambos me vieron con algo de tristeza – Solo son leves cambios físicos, si no te conociera realmente no lo notaria es más creo que nadie te tomaría como un experimento- dice suave el joven Dick.

Las palabras del chico se sentían sinceras en mis oídos, más cuando leí mente de este, pues si puedo leer mentes, una de las habilidades que adquirí en los primeros experimentos que resultaron bien, volviendo a lo anterior, el haber podido analizar los pensamientos de este me quede más tranquila, ya que supe que las intenciones del joven eran sincera.

Estuvimos hablando al menos por una hora antes que un hombre mayor, se veía que era alguien de mucho poder y dinero entrara al cuarto, casi de sobresalto, trayendo unos papeles, aun respiraba agitadamente. – Tu eres la hija de ellos- me apunto de pie a cabeza- es imposible, de ser es, hasta donde sabía no pasabas los 10 años, y mira ahora que te vez, esto es completamente imposible, pareces de la misma edad de Damián.

Me mantuve en silencio pues tome algo de aire para luego mirar a ese que personaje que había llegado a la habitación...

Continuará....