Estoy estancada en el pasado, te recuerdo como recordaba mi primera borrachera. Eres ese mareo de locura que se siente cuando has tomado copas de más, eres esos ojos del color del hachís que me fumé hace meses, y eres la razón por la que mis ojos y mi sangre se sienten rojos.
Mi vida es un caos desde que apareciste en forma de revolución gritando que saliese de la jaula, pero cómo salir de una cárcel la cual formamos todos nosotros, bueno tú pudiste...una prisión de la que me sacaste para meterme en otra, otra llena de más complejos.
Me hiciste sentir miserable, cogiste mi nueva autoestima y la asfixiaste hasta que se volvió morada de los golpes que nunca llegaste a pegarla.
En todo ese tiempo llegué a confundir lo bonito con lo miserable, me di cuenta de que no estoy hecha a imagen y semejanza, sino a críticas e ideales, y perdí toda esperanza que tiene aquella persona la cual viste con un mono naranja.
Intenté acostumbrarme a la nueva cárcel, intento acostumbrarme a la nueva cárcel, pues eres tú quien tiene la llave.