La hojas cayeron de aquel árbol que llamamos alma.
No volvieron a crecer.
Y es que, el sol aquí es muy débil. Las tormentas no cesan y el agua es ácida. Intentaba volver a hacerlas crecer, cuidándolas, alejando a toda la plaga de ellas. Pero ellas volvían, un y otra vez, no importaba cuánto espermicida le pusiera.
Ellas siempre volvían.
Y es cansado.
Mantener un alma que está a punto de morir. No le quiero prender fuego, porque se quemaría por completo. Una traición más, una palabra más, y volvería a venirse abajo.
Y es jodido.
Luchar por algo que está muerte.
Y me intento convencer, de que no es imposible.
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Corazón De Papel
AcakEsto no pretende ser poesía, ni pretende ser historia. Mi corazón ha decidido escribir, así que le he prestado mis manos para hacerlo. Vamos, sin miedo, lee lo que él quiere decir y piensa lo que quieras de mí. Las noches se han convertido en su d...