Te encontré

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Narra~ Murdoc

Salir de prisión para algunas personas es como librarse de la muerte, claro que a comparación de las demás personas; yo parezco un gato, con múltiples vidas por desperdiciar en este patético pedazo de tierra.
Después de salir, en esta ocasión en específico hice lo necesario para regresar a Londres, pues había recibido una muy amable donación anónima para pagar mi fianza y quería saber más sobre esta persona. Tenía mis teorías, pero la que más me convencía era la que decía que esta era la señal que necesitaba para hacer que la banda volviera.

En cuanto llegué a los Kong, pude notar principalmente que lugar entero estaba hecho un asco, tal como lo dejé, pero sin zombis; alguien había liquidado a todos los muertos vivientes.

M- ¿Hola?... - atravesé la puerta principal del edificio - hay alguien aquí? - se podía oír música, principalmente acordes de guitarra, eso era lo que predominaba.
De la nada toda música se había detenido y lo siguiente que escuché fueron pasos que se hacían más fuertes hasta llegar a donde yo estaba.

M- Pero mira nada más, veo que creciste bastante

N- Y tú te hiciste más viejo, ¿cómo puede ser eso posible? -

M- Es bueno verte otra vez Niña

N- Igual Murdoc

Me sorprendió ver como aquella niña rara que alguna vez no pudo siquiera entablar una conversación normal con ninguno de nosotros antes, ahora se veía como un pequeño adulto.
Ninguno de los dos éramos de los lloran por un reencuentro, no, ambos fuimos directos y lo primero que hicimos fue hablar sobre lo que queríamos para el nuevo álbum.

M- ¿Entonces todo esto lo hiciste tú?

N- si, es fácil escribir canciones en tu idioma una vez que lo entiendes -

M- impresionante, ¿y fuiste tu quien pago mi fianza en Tijuana?

N- sí de hecho, quería reunirme contigo primero para me ayudarás a buscar a los demás

M- ¿yo?

N- sí, unos contactos lograron conectarme con Russel, él vendrá aquí en la mañana

M- ¿y el otro?

N- la verdad no tengo ni idea, la última vez que nos vimos ni siquiera pude despedirme y no he hablado con él en mucho tiempo, además fue antes de que siquiera pudiera hablar su mismo idioma

M- yo tampoco quedé en buenos términos con él

N- ¿alguna vez estuvieron en buenos términos?

M- Touché, aunque tal vez tenga una idea 

N- ¿en serio? ¿Sabes dónde podría estar?

M- tal vez, hay una feria cerca de aquí, ¿cierto?

N- sí, se instaló hace unos días a las afueras del pueblo, ¿por?

M- necesito distraerme, iré y regresaré en la mañana

N- si eso quieres, por mi está bien yo me quedo aún tengo que terminar algunas cosas aquí

M- bien y no te preocupes Niña, algo en mí dice que podría regresar aquí mañana con ese fenómeno listo para cantar

N- si eso crees

M- no me esperes

N- no pensaba hacerlo

Tomé mi abrigo y me dirigí a la ciudad.
Mientras caminaban por mi mente no dejaban de girar aquéllas últimas palabras que escuché de parte de ese fenómeno de pelo azul
" sí para ti es más fácil creer que te mentí hazlo si quieres" "fue la misma sensación que tuve la primera vez que lo hicimos" "no tienes el derecho de decir que todo lo que yo hice fue una mentira"
Esas palabras me siguieron durante todo el tiempo que estuvimos separados, hubo veces que intente silenciar las y al final eso fue lo que me llevó a terminar en esa cárcel de Tijuana.
Estar encerrado en una celda me permitió analizar con calma esas palabras; tal vez eran verdad, en realidad ni siquiera quería involucrarme con ese fenómeno desde el inicio. Solo fue un impulso, un capricho insignificante que al final se convirtió en algo más y perderlo me hizo creer en las mentiras que había creado.

Al final solo me quedó superarlo y olvidarlo, he imaginar que él también ya lo había superado.

Llegue a aquella feria y lo único que veía era a un montón de familias con mocosos corriendo y jugando por todos lados, también había una que otra pareja besándose en algún rincón o atracción. Yo era quien más resaltaba de entre toda la gente. Yo, un demonio verde, con una pupila roja, de más de 40, vagando solo en una feria, sólo me quedó sentarme en una banca cercana para fumar. En ese momento todo me pareció tan aburrido a pesar de estar en lugar lleno de euforia.

Terminado mi cigarro, me levante para seguir caminando, buscaba entre los puestos de comida, las atracciones; como un completo idiota y seguía sin toparme con él.
Es increíble, como pude siquiera creer que lo encontraría aquí, debo estar desesperado.
Seguí caminando hasta llegar al típico juego de los carros chocones, recuperé la confianza al momento de ver al encargado de la atracción.























¡¡Ya volví!!
Perdón si me tarde un poco, pero he estado muy ocupado y por eso no pude seguir publicando. Pero volví y eso es lo único que quiero decir, ok.
Espero que les guste la historia y no olviden votar y comentar.
-Ilse Sutcliff

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