Capítulo 5 un sueño inesperado

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"No llores, no llores, no llores..."
Pero no puedo detener el torrente cálido y húmedo de mis lágrimas desesperadas. El nudo de mi garganta se aprieta cuando hago un recuento mental de las fotografías viejas que tiene el contenido de la pequeña caja que se encuentra dentro de mi habitación.
Presiono mis palmas frías y temblorosas en  mis ojos, reprimo un sollozo. Es casi media noche y aun no llego a mi casa porque se que en realidad me voy a enfrentar al entrar en ella, un espacio vacio en la mesa, un lugar vacio que mas nunca se podrá llenar, no se cuanto mas voy a seguir así, estas terapias no me están ayudando en mucho, pero tengo que poner de mi parte, pero aquí estoy otra vez acurrucada bajo el mismo árbol donde solíamos sentarnos a ver las estrellas cuando yo estaba triste.
«Soy tan patética»
Mi corazón late con furia contra mis costillas, y casi puedo jurar que va a perforar un agujero para salir de mi cuerpo. Cierro mis ojos, tomo una inspiración profunda y tomo fuerzas de donde ya no me quedan. Limpio la humedad de mis mejillas con el dorso de mis manos y presiono mis palmas contra mis rodillas flexionadas en un débil intento de disminuir el temblor de mi cuerpo. Pero al fin me pongo de pie y empiezo a andar en dirección a mi casa.
—¡Disculpa! —una voz tranquila, ronca y arrastrada suena a mis espaldas. Pero no volteo con temor de a quien me pueda conseguir, pues creía que reconocía esa voz.
Doy un par de pasos hacia adelante, cuando siento en mi espalda algo cálido y blando. Mis ojos se cierran con fuerza y siento como la vergüenza toma posesión de mi cuerpo. Quiero cavar un poza en la tierra y arrastrarme hasta ahí para no salir nunca.
—Creo que se te cayo esto... —una mano grande aparece en mi campo de visión y soy capaz de mirar la libreta que tiene entre manos  «El diario». Las lágrimas inundaban mis ojos, mientras que un suspiro aliviado brota de mis labios. Me siento humillada, avergonzada, enojada y agradecida muy en el fondo... todo al mismo tiempo.
Doy un paso para darle espacio vital a Robert. Se que se trata de el, es la única persona que sabe del significado tan especial qué tiene este lugar para mi.
Me giro sobre mis talones y lo miro. La visión de su rostro me golpea como un látigo ¿Que mierda me esta pasando?, Pero a el también le tomo por sorpresa ya que su mandíbula se aprieta y gira su cabeza hacia un lado para no mirarme. Trata de ocultar lo que ya vi en sus ojos y yo se que también el vio lo mismo en los míos por alguna extraña razón.
—Gracias... —dije agarrando el diario
—¿porque? —Pregunta algo enojado— pensé que las terapias estaban haciendo efecto que iban a resultar y que podrías seguir con tu vida como lo hacías antes— dijo y me miro a la cara, tenia los ojos brillosos— pensé que ibas a avanzar y que por fin podría decirte lo que siempre he querido que sepas...
—Lo siento, tienes que entenderme no es fácil para mi haber perdido al único hombre que de verdad valía la pena en mi vida todos los demás son unos idiotas que solo juegan conmigo y que solo saben aprovecharse, creo que no hay justicia y, como tiene nombre de mujer a los hombres que no valen la pena les encanta violarlas, era mi papa, me entendía y  me comprendía, hacia que sonriera todos los días, era al único que tenia con quien podía compartir mis cosas, porque ni siquiera con mi mama... dije y, las lagrimas volvieron a caer por mis mejillas—
—Vaya gracias por pensar que todos los hombres somos unos idiotas... —dijo y una lagrima rodo por su mejilla— Entiéndenos tu a nosotros, queremos lo mejor para ti, que superes esta perdida, que entiendas que la vida sigue y que hay personas que todavía valemos la pena, y que te aman... —se interrumpió a mita de la frase—
—Que todavía hay personas que ¿me aman? —Dije un poco sarcástica— ¿y? ¿Acaso tú me amas? —pregunte, solo para asegurarme de que lo que había visto en sus ojos era cierto.
Pero su respuesta no fue la que yo hubiera esperado. Me beso. Pero en realidad si era la respuesta que mas quería de su parte era lo que necesitaba, estaba segura de que no lo amaba pero si me aferraba a algo quizás y si pudiera seguir con vida como todos quieren que hiciera, así que le correspondí el beso, fue un beso en el que el se estaba expresando y me estaba declarando su amor y yo por mi parte carecía de sentimiento si había un poco de cariño pero era el mismo de amigos que le tenia quizás un poco mas... Así que me separe un poco lento de el con los ojos aun cerrados, al abrirlos el me estaba viendo.
        —Si yo te amo —dijo sin parpadear...
Aunque Amy no respondió una sola palabra, su corazón latía y, latía sin parar pues ella no sentía lo mismo.
        —¿Por qué te quedas callada? Ya creo que sabes lo que siento con esto que acaba de pasar —en ese mismo instante Robert frunce los labios y con la cabeza a bajo se marcha sin mirar atrás —lo  entiendo, se que  no sientes los mismo. —dijo el con un tono entristecido
         —Robert espera, no es eso…
Pero Robert, no se detuvo si no que siguió la misma senda de concreto por donde vino.
                   🌐🌐🌐
¡Amy, Amy! Grita Amelia desde el comedor, Ni caso… ella no quería salir de su habitación, no era el mejor momento de hablar con nadie se sentía muy mal por lo que había pasado con Robert en plena avenida a dos cuadras de su casa.
La puerta suena con algunos golpes de Emer, su hermano mayor. —Hermana, nuestra mama lleva rato llamándote.       —¿Qué quiere? —responde en el suelo con los pies montado en la pared —pregunta que si quieres cenar —no, ahora luego me preparo algo, no tengo hambre. —esta bien le diré que no cenaras.
No pasaron ni diez segundo cuando de repente la puerta se vuelve abrir, Amy no escuchó  el chillar de la puerta, tenias los auriculares a todo volumen, pero en ese momento ella sintió los pasos que pisaban la madera que estaba cubierta con una alfombra beige. Ella tenia los ojos entrecerrados pero pudo ver una sombra tras suyo donde su estatura no era la de su hermano ni mucho menos la de su madre pues, era una figura masculina pero ella estaba segura que no era la de su padre, si no la de un chico que al parecer había visto en algún lado. Amy susurraba aquella música que sonaba sin parar, pero hubo un momento donde solo abarco el silencio, la música había dejado de sonar, al instante ella siente una mano en su cabeza y abre los ojos sobresaltados.
       —Eh soy yo de nuevo —¡MIERDA! Emer que susto me has dado —responde Amy con una voz temblorosa
     —Si ya vi que estabas entre dormida —responde Emer con una sonrisa animada
     —Si eso creo… —Bueno te vine a recordar que, mañana es el concierto mío de música
     —¿Qué? No me acordaba, espera un momento pero, no era el saba… —responde Amy con un salto desde el suelo —si, si era el sábado, pero el director lo adelanto para mañana, así que ve buscando que ponerte
     —Me imagino que va la odiosa de tu novia. —dice Amy con una mirada caída
     —Eh pues si. —Lo dice con una sonrisa de oreja a oreja —¡Claro! Ahora todas las chicas en la preparatoria mueren por ti "como te has vuelto atlético" pues no se que te ven, sigues feo —dice Amy muerta de risa  —¿eso crees? —responde Emer también entre risas.
La noche había sido un poco agradable Amy se sentía muy feliz por su hermano por ese logro en la música y en el beisbol, aunque estaba un poco triste por lo que había pasado entre ella y Robert…
Miraba su teléfono celular sin parar mientras se preparaba un cereal, pero lo único que hacia su celular era cambiar de minuto y ni un solo mensaje de texto.

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⏰ Última actualización: Aug 17, 2017 ⏰

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