«¿Hay alguien ahí, Mcfly?»

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Revuelvo el café, servido en un vaso de cartón plastificado característico del Donkie, con la cucharita de plástico en forma de palo, intentando que el azúcar se disuelva lo antes posible.
Sigo conmocionada y aunque intento mantener la compostura frente a Aiden, tomándome con humor la situación como lo haría él, la realidad es que no puedo parar de darle vueltas al asunto.
La simpática camarera irlandesa (un raro espécimen teniendo en cuenta el mal humor usual de los irlandeses) sirve ante nosotros una bandeja de doce donuts. Me decanto por el de dulce de leche, el cual evoca recuerdos en mi de mis mañanas de estudiante en Madrid. ¡Cuán atrás han quedado esas mañanas!

-¿Hay alguien ahí, McFly?- inquiere Aiden, sacándome de mis ensoñaciones.
-En condiciones normales, tus referencias a la cultura pop me harían hasta gracia.
-¡Pero bueno! Menudos humos tienes hoy. Te sienta fatal madrugar.
-No se trata de eso Aiden. Más allá del hecho de que mañana tengo una presentación en la que me juego mi puesto y estoy aquí desayunando contigo...
-Rectifica. Nadie te ha amenazado de muerte si no me llevabas a casa.
-Esta bien, eres mi mejor amigo y te llevo a casa porque el metro los fines de semana es un auténtico infierno.
-Eso está mejor, continúa.
-Antes, cuando estaba conduciendo...-hice una pausa para inhalar el aroma del café y organizar mis pensamientos- Tuve un bahio, un desvanecimiento, una visión.
-Migraña, ¿tal vez?- se atusó el pelo castaño y revuelto de una noche de sueño en mi sofá.
-Si hubiese sido eso, ni tú ni yo estaríamos aquí ahora. Fue algo extraño. Sentía que estaba en la piel de otra persona y no precisamente en Londres. Lo sé porque el asiento del conductor era a la derecha como en España. Llevaba puesta una ropa horrible, ese tipo de ropa de chica adinerada burguesa y conducía un Audi TT.
-O sea, que tu problema es que viviste el sueño capitalista americano y te duele en tu corazoncito marxista que te haya gustado.- Se rió entre dientes de forma forzada. Dio un largo trago a su capuchino y se atragantó, lo que hizo que empezase a toser y le saliese leche por la nariz.
-Mira que eres desastre, no puedes tomarte ni siquiera un café sin ponerte perdido.-Le tendí una servilleta y se limpió la boca y la nariz con una mueca de desagrado- ¿Cómo has podido sobrevivir casi dos años sin mi?
-No te vayas por las ramas. ¿Qué pasó a aparte del coche caro y la ropa fea?
-Hablé con un desconocido que pasaba por ahí y le pregunté la dirección. Debe de ser que no le gustó mi acento británico hispano, por hizo una mueca y se marchó. Después vi un cartel en alemán... Creo que era alemán porque había diéresis y muchas ges. Además hacía calor y la clase de sol que solo hace los días de verano en Inglaterra.
Aiden me observó en silencio. Se rascó la barba de tres días que empezaba a asomarse en su cara. Volteó la cabeza para mirar a la gente que nos rodeaba en el local, como si buscase a alguien conocido.
-Vamos a fumarnos un cigarrillo.
-¿Eso es todo lo que me piensas decir?
-No Cassie, es solo que te estás haciendo la cabeza por algo que puede tener fácil explicación. Por ejemplo, un sueño lúcido. Quizás tienes demasiado estrés y tu cerebro elige desconectar en ocasiones.
-Ahora que lo dices, no me extrañaría que fuese así. No termino de acostumbrarme a esta vida tan diurna y ajetreada.
-Es que Reino Unido no es España y aunque ya llevas un tiempo aquí, es normal que de vez en cuando te abrume. Deberías tomarte unos días libres, quizás una escapada por Europa...
-No hay tiempo ni dinero para eso. Josh acaba de recibir un puesto de becario en un importante estudio de arquitectura y yo aún estoy ahorrando para...
-¿Para?- Dejó el Donut medio mordido en la bandeja y me miró curioso con sus ojos verde oliva.
-para la boda- Susurré de forma inaudible pero a Aiden no se le escapa una.
-¡Mi hermana se va a casar!- Exclamó y sentí las miradas de todos los comensales puestas en mi.
-Aiden, ¿puedes hablar más bajo? Nos está mirando todo el mundo.-Dije ruborizada tapándome la cara con las manos.
-pero tía, es la mejor noticia desde que dieron la fecha de estreno de la nueva temporada de Juego de tronos.

Estallamos a carcajadas y Aiden se levantó torpemente de su asiento y me abrazó. Ese abrazo valía mil alegrías y toda penuria previa se disipó.
La camarera se acercó con otra bandeja de donuts.

-Enhorabuena por el compromiso. A esta invita la casa.- Se retiró con una sonrisa en la cara, sabiendo que había cumplido su buena acción del día.
-Esto hay que inmortalizarlo. Saca tu móvil y subamos una foto a Facebook.

Rebusque en mis bolsillos y saqué mi Samsung Galaxy S7 y abrí la aplicación de Facebook. Me saltaron las notificaciones, la mayoría sobre post copiados de otras cuentas. Y entonces, fue cuando vi la petición de amistad de Aria Kaufman.

En hospital Sana Heart Center, situado en la calle Leipziger str. 50, una ambulancia entraba en urgencias y se hallaba una chica de blusa rosa palo satén inconsciente en una camilla.

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⏰ Última actualización: Aug 17, 2017 ⏰

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