Conicas de una adolescente corriente

CAPITULO 6: Cartas y encuentros

Querida vida mía;

Me encanta escribirte cosas, pero en este caso lo odio. Me has hecho sentir cosas muy grandes para ser tan pequeña, que digo, mi pequeña. Algún dia me recordaras como un amor pasajero, pero yo te recordaré como mi primer amor. Si cariño, tu eres mi primer amor, nunca había sentido esto por alguien. Te pienso a cada instante, quiero besarte a cada momento y pararía el tiempo para verte sonreir eternamente.

Si estas leyendo esto, es que tengo que darte una mala noticia, y pues, ahí va:

Mi padre trabaja en Valencia donde es trabajador de una empresa. El jefe se a jubilado y le a cedido las posesiones a mi padre. Lamentablemente, me tengo que ir allí, pero volveré en verano, dentro de 6 meses. Mi amor seguirá , pero a lo mejor tu encuentras a otro y lo entiendo, y lo prefiero, así seras feliz. Te quiero princesa mía, siempre te recordaré. Quedamos mañana en el sitio donde empezó todo, para despedirnos.

           Te echaré de menos princesa

¿Valencia? No mi vida no....por favor...ya había encontrado al amor de mi vida, y se va, hasta dentro de seis meses. No lo soportaré. Tenía ganas de verle a si que le llame:

-Dani-dije moqueando- necesito verte por dios.

-Has leído la carta, ¿verdad?

-Claro que si joder,¿hay posibilidad de vernos?

-Si reina mía, quedamos en la biblioteca en media hora.

-Allí estaré.

Colgamos y me arreglé un poco. Eran las doce y media de la noche, era arriesgado pero a mi me producía mas alegría, mas ganas de hacerlo.

Salí de mi casa sin hacer mucho ruido, y cuando llegué ,ahí estaba el, con una rosa roja en la mano.

Corrí hacia el, me recibió en sus brazos y nos fundimos en unos de esos besos tan románticos nuestros.

-No quiero irme princesa, no lo puedo soportar.

-Ya mi rey, haría lo fuera, daría lo que tuviera por que no te marcharas.

-Anda tonta, deja de pensar en eso, tengo una sorpresa para ti. No me a dado mucho tiempo a prepararla, pero me a ayudado un amigo.

-Tu tan impresionantemente idiota como siempre, con verte me bastaba tonto.

Se rió y me agarró de la mano.

-Siguemé

-¿A donde vamos?

-Ahora lo veras reina.