CAPITULO 8: Pasión

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Sus manos recorrían desde mi cintura hasta mi cuerpo. Me besaba en el cuello de vez en cuando. De repente fue a quitarme el pantalon:

-No, no estoy preparada, lo siento...

-Tranquila mi amor, te entiendo. Ya son las dos, creo que es hora de que te marches a tu casa.

Me vestí, puesto que estaba de acuerdo con Dani, y el hizo lo mismo. Recogimos el sofá y subimos arriba, donde el dueño de la casa veía la tele.

-Que, ¿ya habéis hecho lo vuestro?

-Tio no seas gilipollas anda- le respondió Dani.

Yo me reía aunque no me hiciera mucha gracia.

-Bueno, yo creo que debería irme.-dije rompiendo el silencio.

-Te acompaño princesa.

-Hasta luego Alex -me despedí- gracias por todo.

-No hay de que guapísima, volver a visitarme algún día

Nos fuimos y el cerró la puerta de su casa.

No sabía bien donde estaba, estaba totalmente desorientada debido a que había llegado allí a ciegas. Estubimos un rato andando, y por fin llegamos a mi casa. Hora de despedirse.

-Bueno amor, será mejor que suba, gracias por esta fantástica noche a tu lado, te quiero.

Nuestros labios se fusionaron, en medio de la noche, agarrados.

Yo me solté de el, y desaparecí entre pisos de mi urbanización.

Llegué a casa, y solo tenía ganas de dormir, a si que me quité la ropa y me tumbe en la cama, a descansar.

AL DIA SIGUIENTE...

-Laura, ¡despierta! Ya son las once.

Mi madre, pesada como todas las mañanas.

-Yo voy mama -dije con una voy dormida.

Me desperecé pronto, debido a que tenía algo pendiente. Desayune arreglé la habitación un poco y cuando terminé agarré el móvil y cerré la puerta. Marqué un numero y al otro lado de la linea una dulce voz dijo:

-¿Si?

-¡Carlota! Siento no haberte llamado antes, he estado muy ocupada lo siento, tengo tanto que contarte...

-No te preocupes amor, cuantame todo lo que tu quieras.

Le conté toda mi historia con Dani, desde esa mañana de sábado hasta esa noche apasionada.

-Dios tía, es perfecto para ti, que pena que se valla...

-Ya ves cielo....¿puedes venir esta tarde a mi casa? Necesitamos una tarde de chicas.

-¡Por supuesto! Allí estaré

-Genial, aquí te espero

Carlota era mi mejor amiga desde los 5 años, y siempre la he contado todo.

Esta tarde, descubriría una parte de mi que no conocía.

Conicas de una adolescente corrienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora