|•CAPITULO VI•|

340 37 14
                                    

No puedo apartar la mirada de esta mujer, ni mucho menos creer todo lo que escucho, es una… una descarada, pero quiero saber hasta dónde llega, ya luego me encargare de ella.

- A mí y solo a mí se me ocurre abrir mi bocota contigo Piero, por dios. ¿Pero sabes? Tienes razón guapo y por eso te quiero tanto mi amore...- dice sonriendo, mientras escucha lo que dice la otra persona por teléfono, alcanzo oír su voz y es un poco ronca. Joder lo que me faltaba ¿será su novio? – Awww por eso te adoro, pero tienes razón, es un hombre muy varonil, muy sexy, su mirada tan misteriosa y lujuriosa me desarma, siento que me pierdo en su mirada. Pero bueno, no todo puede ser perfecto, porque lo que tiene de ardiente, lo tiene de capullo engreído y pretencioso, es un cabrón con un carácter horrible, tienes que conocerlo, estoy muy segura de que opinarías lo mismo que yo. - Dice y suspira pesadamente. Sigue escuchando y se ríe.

- En eso no te equivocas, me has instruido muy bien y es enorme el tío, enorme en todo sentido de la palabra - dice carcajeándose - Pero que sea enorme, no le quita lo idiota, egocéntrico y, engreído que es. ¿Sabes que es lo peor? me pone eufórica su paradita tan dominante creyéndose el amo del mundo. – sigue escuchando atenta pero con una sonrisa macabra en sus labios – La verdad es que debo decirte que no puedo hacer nada al respeto, ya que no puedes matar a tu jefe o ¿sí? – allí esta esa sonrisa malvada en su rostro y frunzo el ceño al percatarme de lo que acabo de oír.

¿Acaso acabo de escuchar muy bien lo que dijo, que quiere matarme? Y por si fuera poco, me llamó egocéntrico, pretencioso, engreído ¿capullo…cabron? Esto es el colmo, no pienso permitir ni un insulto más de esta bruja que me tiene al borde de un abismo. Tsss…resoplo fuertemente y se gira rápidamente encontrándose con mi mirada furiosa. La miro tensando la mandíbula y veo como su respiración se intensifica mientras traga saliva - Oh si Srta. Dávila, ahora conocerás a Dyland Dupont muy pero muy furioso - sonrió de lado, su cuerpo se tensa y provoco esa extraña sensación en ella y me excita como nunca…

Es increíble, esta mujer te insulta, te falta el respeto y tu solo te excitas Dyland. ¡Serás imbécil!

A pesar de todos sus halagos y de saber que no le soy para nada indiferente y que la provoco a rabiar, lo que no puedo permitir es que se burle de mí de esta manera, es inaceptable que se atreva a hablar esas cosas en mi propia empresa y en voz alta. Si algún otro empleado la hubiera escuchado, juro por el infierno que la habría despedido sin clemencia alguna y me importa bastante poco si se trata de poca ética o no.

- Debo colgar Piero, hablamos luego… - susurra y cuelga el teléfono, lo guarda en su bolso sin quitarme la mirada y puedo notar lo nerviosa y asustada que esta. Sus ojos están abiertos como platos, sus manos se retuercen entre ellas, su respiración es acelerada y puedo notar ese rubor en sus mejillas. – se ve preciosa… No Dyland, estas furioso ¿recuerdas? – Alejo esos pensamientos de mí y me encamino a paso decidido lo más cerca posible de ella. Cuando llego a su encuentro, levanta la cara para poder mirarme a los ojos y como si tuviera tan solo una pisca de razón, cambia su postura a una desafiante, aunque sigue nerviosa. Sí que es descarada, pero ahora es mi turno de desquitarme. Al recordar lo frustrante que han sido todos estos días trabajando con ella y el maldito deseo que siento de poseerla, una furia nace en mí y aquí se va a desatar un jodido infierno…

- ¿Cree usted que es muy profesional y ético lo que acaba de hacer? – le espeto en un tono de voz duro, directo y sé que puede darse cuenta de lo furioso que estoy por el semblante de mi cara.

IMPLACABLE ~ Saga: The Dupont's Brothers (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora