CAPITULO IX

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Son las seis de la mañana, los primeros rayos del sol se empiezan a filtrar por el ventanal de mi habitación. Estoy tumbado sobre mi cama, no he logrado dormir nada. Por más que he intentado descansar, mi mente no deja de reproducir lo que ha sucedido ayer en la tarde. No dejo de repetir una y otra vez el momento en que la tuve en mis brazos, que la folle, que susurro mi nombre al explotar en un intenso orgasmo. – Maldición – Luego, llega a mí la imagen de ella con los ojos inundados en lágrimas, huyendo de mí. La lastime y se siente horrible esta sensación. ¿Por qué me importa tanto? Me he pasado la vida follando con otras mujeres. Todas han querido mas de mí, me han implorado, llorado, amenazado y nada…nunca ninguna logro hacerme sentir ni una pizca de compasión. Siempre he ido directo al grano con todas, he sido sincero con respecto a lo que quiero y lo que jamás obtendrán de mi parte y aun así, lo han intentado. Sin embargo, han sido millones de intentos fallidos. Entonces ¿Por qué ahora me sucede esto? Alayna, con tan solo un gesto me hace sentir como la mierda.

Por increíble que parezca, hoy no tengo voluntad de nada; no quiero entrenar, no quiero ir a la oficina, pero debo hacerlo, debo intentar verla y hablar con ella. Giro sobre mi cama, lleno de frustración y ahogo un grito sobre la almohada. Me vuelvo y me siento en el borde con mis manos sosteniendo mi cabeza y apretando mi cabello. Me siento exhausto. Anoche no cene, más que tres vasos de whisky, no dormí y ahora el malestar me está pasando factura.  Suspiro profundamente, miro el reloj sobre mi mesa de noche; 6:22 am. Es muy temprano aun, sin embargo, necesito distraerme con algo. Me levanto y me dirijo como un zombi a mi cuarto de baño. Me miro en el espejo y el reflejo de lo que veo, me asquea. ¿En qué momento deje que todo esto me afectara tanto? ¿Por qué simplemente no puedo pasar de ella?

Con un demonio, es una mujer más Dyland… ¡Que rayos te sucede!

Suelto un profundo suspiro de frustración y un golpe seco de mi puño retumba sobre el lavabo del baño. No logro apaciguar lo que siento, Alayna se ha metido bajo mi piel y solo la he follado una jodida vez. Tengo que hacer algo al respecto, no puedo permitirme el lujo de ablandarme ahora, ni dejar de lado las cosas importantes, como la campaña de mi vino, la apertura de la nueva sede de Dupont Enterprise en Dubái y los nuevos contratos con la naviera. – Concéntrate Dyland, un paso a la vez…

Me doy una ducha, tomando un largo tiempo con la intensión de dejar que el agua recorra todo mi cuerpo y se lleve todos estos pensamientos absurdos. – Es imposible sacarla de mi cabeza - Salgo hacia el vestidor y me decido por un traje de dos piezas en negro, camisa blanca, sin corbata y zapatos de vestir. No tengo muchos ánimos de ser tan quisquilloso el día de hoy. Termino de arreglarme y busco mi celular. En la pantalla tengo 3 llamadas pérdidas de un número que no tengo almacenado. – Jamás contesto llamadas de un número desconocido. – Frunzo el ceño al darme cuenta de un mensaje de texto del mismo número.   << Debemos Hablar. R >> ¿Quién es R? - En fin, decido no darle importancia alguna, no conozco el número, no sé quien carajos sea “R” y no me interesa hablar con nadie en estos momentos ni nunca. No soy el tipo de persona que tiene tiempo de sobra y si lo tuviera, tendrías que pasar por una larga lista de espera para una cita conmigo. Así que “R” puede irse muy a la mierda.

Salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina, mientras reviso mis cuentas sociales y los mensajes de ayer de Dayan. Reviso mi agenda electrónica para saber a que me enfrento hoy y me complace saber que tengo la mañana libre de reuniones, lo que me da oportunidad para buscar a Alayna y hablar con ella. Aun me preocupa el hecho de que no use protección y debo asegurarme que al menos ella este cuidándose o mi vida se convertirá en una absoluta y jodida mierda, un caos total del que no quiero ni pensar.

- Buenos días Señor. – alzo la vista del teléfono y me encuentro con la agradable sonrisa de Rose.

- Buenos días Rose, ¿Cómo estas hoy? – Rose es una de las pocas personas en quien confió, lleva años trabajando para mí y me trata como si fuera un niño. De cierta forma me hace sentir en casa, como cuando íbamos a visitar a mi abuela y nos consentía con toda clase de comidas y dulces. Sonrió ante mis pensamientos. – Ojala pudiera volver a verte nana…

IMPLACABLE ~ Saga: The Dupont's Brothers (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora