Isabella Miller caminaba con tranquilidad por las desérticas calles de aquella nueva ciudad que la acogía. Hace apenas una hora estaba bajando de su avión correspondiente mientras que suspiraba, "una nueva ciudad, una nueva vida y nuevas oportunidades" le había dicho su madre cuando empacaba todo, la mujer se encontraba con pequeñas lágrimas surcando sus ojos, pero aún así intentaba hacerse la fuerte frente a su hija.
"Lo sé mamá, gracias por esto" respondió aparentando fortaleza mientras que retenía de igual forma unas cuantas lágrimas.
Luego de eso pasaron un par de días hasta que el día de la partida llegó, su padre le había comentado con gracia "No te metas en problemas y recuerda: Sin sombrerito no hay fiesta" dijo haciendo referencia a que si iba a tener relaciones sexuales lo hiciera con condón. Le decía eso a pesar de saber su oposición y su negatividad a las relaciones. Ella aun siendo una mujer joven no tenía la idea de juntarse con algún hombre sólo por sus hormonas, no tenía la mente centrada en sus instintos y tan sólo quería terminar la universidad, y si es posible, salir de la universidad con honores.
Su madre le dio un fuerte abrazo mientras lloraba a mares, a pesar de haber intentado prometerse no llorar "Llámame cuando llegues" se alcanzó a oír entre hipidos y ella le respondió con un: "Te llamaré todos los días" y le devolvió el abrazo. Y así fue como salió rumbo al aeropuerto para tomar su vuelo y viajar por su sueño.
Ahora estaba caminando por las calles en busca de su departamento, hace aproximadamente un mes que lo había comprado con sus ahorros de su trabajo de medio tiempo, una señora muy amable se lo vendió por un precio accesible y hasta se lo dejo en buenas condiciones. "Sin duda fue suerte de principiantes" pensaba Isabella.
Luego de unos minutos de silenciosa caminata se encontró con el edificio que buscaba. Tomó el ascensor ya que a pesar de querer subir por las escaleras llevaba muchas maletas. Presionó el piso 7, el penúltimo del edificio, y de dispuso a encontrar su huevo hogar, el cual encontró con el número 762.
Abrió la puerta y con delicadeza entró sus cosas, buscó a tientas el interruptor de la luz hasta encontrarlo.
—¡Y se hizo la luz! —Dijo la chica mientras que cerraba la puerta a su espalda— Ahora, ¿Qué debería hacer primero?—Se sentó en el sofá, gracias a su suerte había encontrado el departamento amueblado, aunque para ello pagó más.
En el avión había tomado una siesta un poco larga por lo tanto ahora no tenía mucho sueño.
Miró sus cosas y se decidió por guardarlas y empezar a ordenar todo. Primero fue a donde recordaba era su habitación y dejó las maletas ahí, con paciencia fue sacando toda su ropa, que en realidad no era más de un diez por ciento de sus maletas. Había preferido llevar lo justo de vestir para luego comprarse más ropa allí.
Terminó y procedió a lo verdaderamente importante, tomó dos maletas con sumo cuidado y las llevó donde había un escritorio y dos estantes listos para su uso. Entonces abrió las maletas y fue sacando uno por uno todos sus libros que variaban desde "La cenicienta" hasta "Química agrícola".
Por un momento sintió que alguien la observaba, más sin embargo, al girarse y ver hacia todos lados no encontró absolutamente nada.
—Ya estoy imaginando cosas —Se dijo a si misma mientras que tomaba su rubio cabello y lo transformaba en una coleta.
Pero la sensación seguía y seguía.
Continuará...
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Separadas [Chica x Chica]
Fiksi RemajaIsabella Miller es una chica quien no desea ningún tipo de romance en su vida, para ella su clase social la tiene sin preocupaciones y en lo único que desea es terminar con honores su carrera de botánica, pero para eso tiene la necesidad de irse de...