Miraba la puerta desesperada. Ya hace mucho rato que sus amigos no aparecerían, desde aquella pelea en la cafetería.
-Quieres calmarte, ellos está bien...no es como si se los hubiese llevado el diablo.- su compañera de banco rodó los ojos, estaba cansada de ver la cara de preocupación por parte de su amiga.
-Pero se fueron con el director así que...es la misma mierda.- dirigió su vista a la bajita quien reía levemente de su propio 'chiste'.
-¡Gutiérrez, cuide su boca!- grito la maestra de historia, la bajita hizo caso omiso y siguió dibujando en la mesa; unos continuos golpes interrumpieron la case de historia.
-¿Ustedes son los que estaban en dirección?- la maestra miraba de pies a cabeza a sus tres alumnos.
-¿Podemos entregar?- hablo la rubia sin aminos, la maestra se hizo a un lado dejando pasar a sus alumnos, quienes tomaron sus respectivos lugares.
-Pensé que les había pasado algo.- gruño la joven bailarina, él pelinegro sonrió mirando en dirección hacia la menor.
-Bueno, Angélica, si paso algo.- sonrió Omer. La joven bailarina lo miro confundida.
-¿A qué te refieres?- pregunto finalmente, él pelinegro apunto a la parte del fondo del salón, la joven bailarina dirigió su mirada hacia donde su amigo estaba apuntando.
-La más pequeña es Sam y la rubia es Lauren.- explicó él pelinegro. La joven bailarina miraba atenta a cada movimiento que hacia la menor, pero cuando sus miradas se encontrarlo rápidamente miro a su amigo.
-Hola Sam.- susurro el pelinegro, la menor lo miro y sonrió.
-Omer ¿Dónde está Belén? pensé que estaba contigo.- el pelinegro abrió los ojos de par en par, Angélica trajo saliva nerviosa.
-Ay no...- paso su manos por su cara.
-Nunca aprenderás Belén.- pensó la bailarina ahogando una risa.
La espalda de aquel chico choco nuevamente contra la pared, un quejido escapo de su boca.
-Si te vuelves acercar a Omer te juro que no seré tan suave contigo.- amenazo la estudiante de canto. El joven entrecerró los ojos. Si no fuese porque la joven lo tenía sujetado ya hubiese escapado.
-Déjame en paz maldita...- susurro el joven, la estudiante de canto finalmente soltó al muchacho.
-Lárgate.- ordeno, él muchacho salió a pasos torpes de aquel pasillo.
-¡Sam!- un grito provocó que la menor desviara la mirada, él pelinegro le sonreía desde su respectivo lugar.
-No tienes que gritar, no estamos tan lejos.- sonrió la rubia. Él pelinegro les hizo una señal para que se acercaran.
-Chicas, ella es Angélica, es una amiga.- presento el pelinegro una vez que las jóvenes terminaran por acercarse. La chica a su lado les sonrió amablemente.
-¿Es tu amiga o tu novia? Eh eh eh.- la rubia comenzó a codear a Omer, quien se sonrojo de inmediato.
-¡Lauren mi amorrrr!- un peso cayó sobre la rubia, quien inmediatamente se puso en posición de alerta.
-No jodas Brad, sueltameeee.- se Quejó, pero aquel joven estaba aferrado a ella.
-Que la dejes estúpido.- reclamó la menor apartando al estudiante de baile.
-¡Sam mi vidaaaaa!- cuando el joven estaba dispuesto aferrarse, la menor se apartó dejándolo caer a una de la tantas mesas.
-Brad deja de molestar.- reclamo la bailarina. No le agradaba para nada su compañero de danza. El joven rodó los ojos.
-¿Angélica, quieres dejar de ser tan entrometida?
-¿Y tú quieres dejar de ser tan estúpido?- contraataco. Los jóvenes bailarines comenzaron una discusión absurda, mientras que los demás estudiantes miraban con diversión la escena, excepto él pelinegro quien tenía la cabeza gacha, lo que no pasó desapercibido por Lauren.
-¿En dónde te habías metido?- reclamo al ver a su amiga a perecer. La joven sonrió tiernamente.
-Cállate estúpida.- respondió con voz tierna. La bailarina rodó los ojos, pero luego recordó lo que había sucedido en clases, aquellas chicas que le había llamado la atención.
-Belén ¿Conoces a Lauren y a Sam?- pregunto al fin, él pelinegro entrecerró los ojos.
-Conozco a Lauren.- un leve sonrojo se apodero de sus mejillas, provocando que sus amigos abrieran los ojos de par en par.
-No me digas que.- él pelinegro fue interrumpido por un grito improvisado de la estudiante de canto.
-Oye Omer...- entones comprendió, la nombrada estaba detrás de su espalda. Se giró lentamente.
-¿Que ocurre Lauren?
-Has visto a Sam, creo que- la joven poeta dirigió su vista hacia el patio de la universidad, allí estaba su amiga...peleándose con un chico. Los tres amigos desviaron su mirada hasta aquel lugar. La rubia sin pensarlo dos veces salto el enorme muro que dividía el campus con el pasillo de la universidad.
-¿Cómo hiso eso?- pregunto el pelinegro anonadado. Sus amigas negaron levemente.
El fuerte golpe que le dio a aquel joven provoco que se alejara de la menor. La rubia lo miro con odio. Lo único que odiaba la rubia era que lastimaran a su prima.
-Ella ya está bastante lastimada para que un estúpido quiera lastimarla.- pensó la rubia mientras miraba como el joven intentaba levantarse.
-¿Estas bien?- pregunto la mayor, Sam asintió apenada. Odiaba que su prima siempre la salvara. La mayor tomo la pequeña mano de su prima volviendo a ponerla de pie.
-Maldita sean estúpidas.- dicho esto el joven se fue caminando tranquilamente, Lauren tras escucharlo quiso ir y darle una buena paliza pero su prima la tomo del brazo.
-¡Hey ¿Se encuentran bien?!- ambas jóvenes le sonrieron en dirección del pelinegro quien se sonrojo de inmediato.
-¡No puedo creer que saltaras el muro!- grito por quinta vez la castaña provocando que la rubia sonriera nerviosa. Los tres amigos se empeñaron a acompañar a las primas por lo que quedaba de clases poniendo como excusa "No queremos que nada les pase". Ahora los cinco estudiantes se encontraban en el campus disfrutando del receso.
-Ya supéralo Belén.- se quejó la bailarina ganándose una mirada asesina por parte de la castaña. Omer y Sam solo reían de la escena, la mayor se percató de que su prima estaba riendo y le dedico una mirada tierna.
-Hace mucho que no te veo reír Sam...- pensó el voz alta, la menor se sonrojo de inmediato mientras los tres amigos observaban curiosos la escena. El pelinegro se levantó de golpe con una sonrisa en el rostro, las jóvenes lo miraron atentas.
-Está decidido, a partir de hoy siempre sonrieras pase lo que pase, sin importar nada y si no tienes motivos para hacerlo...hare el ridículo para verte sonreír, es una promesa.- sonrió el pelinegro estirando su puño en dirección a Sam quien pestaño rápidamente para no llorar, con una sonrisa choco su pequeño puño con el de Omer.
-Tú también Lauren.- la nombrada giro a ver como la castaña estiraba su puño en su dirección, la miro un momento y sin dudarlo choco su puño con el de ella.
-Bienvenidas al loquero.- la bailarina estiro sus brazos abrazando a ambas chicas.
-Aunque Angélica lo niegue...Brad también es del grupo.- rio la castaña.
-Acabas de cagar el momento, Belén muchas gracias.- se quejó, separándose de sus nuevas amigas. Los cuatro jóvenes soltaron una fuerte carcajada al ver la cara de indignación por parte de la bailarina.
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Serendipia
Novela Juvenil"No puedo creer que seamos amigas"- grito alegremente. "Amigas..."- suspiro tristemente.