CNSI-Peligro

Cap. 2: La verdad

"¿Cómo sobreviven, es decir, de dónde sacan sus provisiones?"- Pregunté, ya que me di cuenta de que no había cajas con alimentos, tan solo siquiera algunas botellas de agua.

"Sacamos las provisiones de la cantina, pero se nos agotan, el agua la tomamos de calentar nieve en el fuego"- Contestó Camila.

"Eso es muy peligroso, tienen suerte de no haberse contaminado con ADN mutado, radiación u demás agentes tóxicos presentes en la nieve"- Sentencié.

"Es eso o morirnos"- Contestó secamente la joven.

"Necesitamos conseguir alimentos pronto, se nos acabaron las raciones hace unos días y estamos empezando a sufrir las consecuencias de la falta de nutrientes"- Comentó Carlos intentando cortar la tensión que se había formado entre Camila y yo.

"Ustedes pueden ir en busca de comida y yo me quedaré cuidando de mamá"-le sugirió Camila a su hermano.

"No es mala idea, ¿qué te parece?"- Me preguntó Carlos.

"No sé qué estamos esperando"- Tomé la pala, la linterna y me dirigí a la puerta por la que entré.

Carlos tomó la madera, un cuchillo y me siguió. Bajamos las escaleras y entramos en un laboratorio que tenía la puerta entreabierta. Dentro había un mutante, nos acercamos lentamente por detrás y cortamos su garganta dejándolo desangrarse.

Otro saltó desde dentro del armario sobre Carlos y yo lo golpeé en su cabeza hasta matarlo. Ayudé a Carlos a levantarse y este se me acercó demasiado, se disculpó y se alejó un poco. Me acerqué al armario buscando algunas provisiones u aunque sea algo que pudiera servirnos como arma, pero nada. Carlos se me acerca por detrás y golpea mi cabeza contra la puerta del armario que estaba cerrada. Me sostuvo contra ella con la fuerza suficiente para tenerme inmovilizado, saca su cuchillo y lo apoya contra la parte trasera de mi cuello. En eso puedo divisar, lejos, un cuerpo caído sobre el suelo, no un mutante, sino una persona. Esto me hizo entender lo que estaba pasando.

Pude sentir que estaba sonriendo cuando empezó a hablar- "¿En serio creíste que era seguro?, caíste en nuestra trampa por completo"

"¿Qué quieres decir, nada de lo que me contaron era verdad?"- Pregunté terriblemente enojado, no con ellos, sino conmigo mismo de haber caído en su juego letal.

"No, eso era cierto, la mentira era que conseguíamos nuestras provisiones desde la cantina. La verdad es que no se puede atravesar la planta baja, la nieve y los Emes nos lo hicieron imposible"- Contestó divertido.

"Entonces, ¿cómo sobrevivieron?"- Pregunté temiendo que mis suposiciones fueran correctas.

"Por favor, ya debes saberlo, no pareces alguien tonto, además, has visto el cadáver. Ese era el último sobreviviente que quedó tras nuestra llegada... otro imbécil lleno de esperanzas por la compañía humana, pobre iluso"- Miró el cuerpo del suelo con desprecio.

"Por lo que son caníbales"- Afirmé

"Bingo, tenemos un ganador"- Rio mientras me presionaba más fuerte sobre el cuello.

Sentí como un poco de sangre se escurría en mi espalda, me decidí a actuar y golpeé sus rodillas con todas mis fuerzas. Carlos se desestabilizó y cayó al suelo. Aproveché la oportunidad para escapar, pero dónde iría, un reino de nieve regía escaleras abajo y una habitación caníbales se encontraba sobre mi cabeza. Cuando Carlos se levantó decidí correr hacia arriba y acabar con esto de una vez por todas.

Dentro de la habitación me esperaba Camila con su madre, al ver mi expresión de odio y asco entendió que ya estaba enterado de la verdad. Saltó encima de mí pero la golpeé con la pala en el pecho y corrí hacia el fuego. Saqué el alcohol etílico que tenía en la mochila y la rocié sobre la chica, también sobre Carlos al momento que entró en la habitación. Luego prendí fuego unos trapos que había y se los arrojé. Ellos ardieron en llamas, el fuego se esparció por todo el edificio, escapé por la ventana por la cual entré y observé como el antiguo, y antes prestigioso colegio ardía en llamas, junto con caníbales y mutantes.

Otra vez me encontraba en la calle sin refugio y objetos que me dieran calor. Libros, necesito libros...