Capítulo ; 6 Fortuito.

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Narras tú;

- ¡Ah! ¡Sophie! ¡Deja de gritar! Tampoco es que diera tanto miedo. - Mencionó Ayla cruzada de brazos, enfadada por lo mencionado.

- ¡Que te importa! Déjame tranquila. - Respondió acurrucada entre sus piernas, abrazando estas. Cubriendo su cuerpo para protegerse

Ellas seguían discutiendo, mientras por mi parte mantenía mi rostro bajo, sumergida en mis pensamientos.

- ¿Pueden.. solo ver la película? Respeten, no es horario para andar a los gritos. - Hable indiferente.

Ni de broma alguien podría oírlas, pero era fastidioso escucharlas chillar por todo. Eran las típicas "fresas" que por lo más mínimo lloraban.

~ Una hora después.

- Me retiro, ya saben que hacer. Buenas noches niñas. - Me despedí de un beso en la mejilla con cada una, ellas solo se quedaron allí, comiendo y mirando más películas.

Era realmente tarde, como las 2 Am. Horario en el que debería de haber ya estado durmiendo hace rato.

Me recosté en mi cama, escuchando las dulces canciones de twenty one pilots sumada la poca iluminación que había en el cuarto, aquellas luces de neón colgadas en mi pared hacia una atmósfera cálida y tranquila. "Please, take my hand, we're in foreign land, as we travel through snow, together we go, together we go."

~

Una réplica de mí misma que cada noche sale de mis entrañas para ser un parásito del sueño. Con la mirada vacía y movimientos espasmódicos, se relame al verme dormida y sonríe sin sonreír. Se desliza sobre mi cuerpo olisqueando cada centímetro de mi piel y restriega su cara con la mía de un modo imperceptible. Me abraza tan fuerte que a veces me cuesta respirar, hace que mi temperatura oscile en los extremos y así se alimenta de mi descanso mientras deshecha en mi mente todo aquello que se convertirá en pesadillas.

No sabía el tiempo que llevaba encerrada aquí, pero debía de ser bastante porque había olvidado la cálida sensación de los rayos del sol acariciando la piel de mi rostro. Noté algo peludo rozando mis pies descalzos. Se trataba de una rata que solía salir de su escondite para buscar comida. Gemí de dolor cuando sus dientes se enterraron en mi carne. Tenía los pies tan llenos de heridas que la sangre los había teñido de rojo. Ya no le queda ni un rastro de fuerza para enfrentarse a ella. Ayer le susurró: Asustada por tales amenazas se dice que prolongará el regreso a su casa; hablará con la vecina o comprará de nuevo el pan. Pero bien sabe que, tarde o temprano, tendrá que abrir la puerta con dedos arrugados y temblorosos y saludar como cada noche su fiel y cruel Soledad.

Aquellas pequeñas patas se acercaban con gran velocidad con rumbo a mi rostro, comenzará a dañar toda esta de seguro. Sentí su aliento golpear directamente con mi piel y en poco tiempo una corriente de frío helado correr por mi espina dorsal, sus dientes ya hacían presentes en mis mejillas, devorando y deformando toda esta.

Un peso en todo mi pecho me hizo actuar, abrir mis ojos. Mi cuerpo sudando, mi respiración agitada y entrecortada, mucha luz entrando y reinando dentro de la habitación junto a el sonido constante de los pájaros en el ventanal, donde provenía aquella iluminación.

For You.  ٠ِ٘ٓ☏᷐᪶ᮩ Libardo Izasa Y Tú.᎑ˤۣࣼ  ( remodelación ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora