CAPITULO 50
Llegué a mi casa, aún no había llegado mi madre. Seguramente otra de sus 'cenas importantes'.
Me quité las zapatillas de deporte y las puse en el primer escalón para poder ir a la cocina, cogí un vaso y lo puse sobre la mesa para sacar zumo de la nevera.
Ya servido agarré el vaso y regresé a las escaleras para coger las zapatillas y ahora si subir a mi habitación pero el sonido del timbre me detuvo, me giré hacia la puerta y una vez más sonó el timbre. Dejé de nuevo ambas cosas en las escaleras y caminé hacia la puerta.
- ¿Qué quieres? - pregunté abriéndola. Si no hablaba ahora mismo cerraría y subiría a mi habitación. Levantó la mirada y la conectó con la mía. Pero lejos de emitir palabra alguna me cogió del brazo y me atrajo a él y con un veloz giro me acorraló contra la pared. Era Zayn.
- Me encantas, me vuelves loco, me mata de celos que los chicos te miren cuando llegas a algún lugar, odio que el estúpido de Harry se te acerque, me gusta tu caracter, excepto el de la ___ engreída que sé que no es tu verdadera forma de ser, me gustan tus faldas - inhalo profundamente ya que hablar tanto y tan rápido lo había dejado sin oxígeno en los pulmones - Te quiero ___
No lo deje pronunciar una palabra más, ni siquiera lo deje respirar cuando ya estaba colgada de su cuello besándolo.
- Cu...Cuando quieras te presto mis faldas - dije entre besos riendo ya que había dicho que le gustaban - Creo que te quedaran algo cortas... - regresé a sus labios.
- Las prefiero en ti.
**
- Yo lo dije primero - reprochó despeinándome.
- No - dije riendo intentando acomodar mi cabello nuevamente - Anda - supliqué.
- No creo que a tu madre le guste - se puso de pie.
- No llegará, aún es temprano - me levanté de la cama quedandome sentada en esta - Además nunca tiene hambre - dije imitando el estirado tono de voz de mi madre - Y no quiero cenar sola - se acercó a mi mirando hacia abajo debido a la altura a la que yo estaba.
- Ya te he dicho, vamos a cenar y te traigo - insistió.
- Zayn... - alargué.
- Está bien ¡Ya! - se rindió y sonreí victoriosa. Cogí su mano y salimos de mi habitación.
Zayn bajaba con pesadez las escaleras mientras que yo al contrario saltaba como una niña pequeña. A mitad de las escaleras se escuchó la puerta de la entrada cerrarse y me detuve en seco. El sonido de unos tacones en el suelo me indicó que era mi madre. Inhalé y exhalé profundamente suplicando por dentro que no se comportara grosera con él.
- Creo que será mejor que me vaya - susurró Zayn en mi oído.
- No - le contesté seria - Yo te he invitado a cenar - le sonreí.
- Puede ser otro día si quieres - se acercó a mi y beso mis labios.
- No - fruncí el ceño dejándole claro que no se hablaría más del tema.
Llegamos al último escalón y pude ver a mi madre viendo cartas y recibos que estaban en la pequeña mesa del salón. Se giró cuando sintió nuestra presencia.
- Vaya... - dijo examinándolo de pies a cabeza.
- Buenas noches - saludó Zayn cortésmente.
- Buenas noches - dijo con mirada de desaprobación.
- ___ - susurró una vez más - No quiero incomodarte ni mucho menos causarte problemas.
- He invitado a Zayn a cenar - dije ignorándolo - Estaremos en el comedor - sin soltar su mano lo guié hacia el comedor donde muestros platos ya estaban servidos.
- ¿Pongo un plato para usted? - preguntó una de las trabajadoras a mi madre 'di que no, di que no, di que no' suplicaba por dentro.
- Si por favor - mierda, nunca cenábamos juntas y cuando realmente deseaba que no lo hiciera...lo hacía.
- Y... ¿trabajas? o ¿estudiar? - preguntó mi madre sin siquiera mirarlo.
- Trabajo y estudio - sonrió.
- En...
- Un tienda de discos - completó.
- Trabaja en una tienda de discos - dijo mi madre en un 'disimulado' tono de reproche girandose para mirarme ¿que esperaba?¿que liderara una empresa internacional?
- Que eres ¿cajero? - contuvo la risa.
- En realidad no - dejo los cubiertos sobre el plato - La administro - se giró hacia mi y me giñó un ojo como asegurándome que todo estaba bien - Era de mi padre, era como un pasatiempo y bueno pues ahora ha quedado en mis manos.
- ¿Era de tu padre?
- Así es - ¿no podía dejar de preguntar? - Falleció hace algunos años - bajo la mirada.
- Lo siento - claro que no lo sentía a ella le daba lo mismo - Es bueno que ayudes a tu madre - esta cena no podía ser más incómoda, ni aunque los cojines de las sillas fueran de clavos.
- Ella también...
- Vaya - hizo una mueca torcida - Debe ser duro.
- Lo es.
***
- Gracias por invitarme - dijo con una hermosa sonrisa.
- Seguro debes odiarme, debí haberte dejado ir - mire hacia abajo - No esperaba que mi madre te hiciera un interrogatorio.
- Fue divertido - dio un fugaz beso en mis labios - Entra ya o te resfriaras - me ordenó ya que llovía realmente fuerte.