Capitulo 2: Sonrisas perfectas

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El agua caía por a espalda de aquella chica sentada en el piso de la ducha con la frente recostada es sus huesudas rodillas mientras que con las manos abrazaba sus piernas como si se fueran a escapar. Mil pensamientos pasaron por su cabeza en esos momentos, no podía moverse, se sentía mal, dolida, vulnerable, odiaba sentirse así, lo peor era que no había razón para estar de esa manera, simplemente aveces se sentía de esa forma y no le gustaba en lo absoluto.
-JANE!! ¿PUEDES SALIR DE UNA BUENA VEZ?,LLEVAS MEDIA HORA METIDA EN LA DUCHA- grito un poco molesta Jessica, la hermana menor de Jane.
La mayor bufo y después de secarse y cambiarse salio de aquel frío lugar que aveces era el mejor compañero y otras veces un infierno.
Si había algo que Jane Park odiaba más que la vulnerabilidad y el color verde, era que la obligarán a hacer cosas que no quería como: comer sin hambre, asistir a clases de piano, salidas familiares, etc.
Su familia creía que un psicólogo le haría bien para desahogarse y tener alguien a quien contar sus problemas ya que la confianza Madre-hija no era muy buena, su padre apenas estaba en la casa y las hermanas no se llevaban muy bien, y aunque Jane no estaba de acuerdo en contar sus problemas y desahogarse con un extraño, no tenía otra opción.

-YA DESPERTE, YA DESPERTE- grito una muy exaltada Luaxana sentándose en su cama, una pesadilla fue solo eso penso buscando su telefono, 16:33hs- Genial -Dijo sarcasticamente, se quedó dormida y dejo plantado a Russian, otra vez.
Penso en levantarse y buscar algo para comer, pues su estomago ya le reclamaba.
Al bajar las escaleras pudo observar una nota sobre la mesa:

Luaxana:
Ya me fui, hay comida en la heladera y la lacena. Los números de emergencia están sobre el microondas y tienes dinero en tu escritorio. Volveré el lunes, te llamaré cada noche.
Te quiero, Mamá.

Termino de leer y dejo la nota en donde estaba, almenos ahora sabía donde había comida, se sacudió le cabello y se dirigio a la cocina sin muchos ánimos.
Saco dos porciones de pizza de la heladera y las recalento para luego recostarse en el sillón a mirar televisión. Tomo su telefono para mandar un mensaje a Russian y así pedirle perdón por dejarlo plantado, se llevó una sorpresa cuando vio un mensaje de el diciendo que no podría ir debido a un problema familiar, bien almenos no lo dejo plantado otra vez.
-No vallas allí qu...te lo dije, no no ella no... Si serás idiota Evan. -Se quejaba la castaña mientras miraba una película, pero su tranquilidad fue interrumpida por el sonido de una llamada entrante en su telefono, la chica bufo por la interrupción y atendió sin ver de quien se trataba.
-Hola
-Hola Lua -Dijo la conocida voz de su mejor amiga.
-Hola Jane ¿Que ocurre?.
-Nada, te quería preguntar si ¿Querrías venir a dormir a mi casa?-Pregunto una emocionada Jane.
-De hecho ¿Que tal si vienes tu?, es que mi madre salió de viaje y no puedo dejar la casa.
-Perfecto, estaré allí en una hora, bye lua.
-Bye- contesto cortando el teléfono, para luego continuar viendo su película.

No le gustó, una hora y media desperdiciada para nada, la película sobrepasó lo cliché y cursi (y Luaxana le gustaban ese tipo de películas, pero esta fue demasiado). A Jane no le gustaría esa película, ella prefería las terror, suspenso y drama. Penso que en realidad eran bastantes distintas, a Luaxana le gustaban los colores claros y las faldas de seda, mientras que Jane prefería los pantalones de Jean y los colores oscuros, cuando iban a tomar helados Luaxana pedía de fresa mientras que Jane pedia de limón. Pero eran precisamente esas diferencias las que las hacían tan unidas, penso en su sonrisa y en sus hermosos ojos que al mirarlos sentía que podía encontrar todos las respuestas de mundo en ellos, en como se movían sus deformes manos (aunque para Luaxana eran las manos más perfectas y dedicadas del mundo) cuando hablaba, en su malhumor, en su manera de enfadarse, en como veía el mundo, y en su sinceridad, en su lado frío y su lado tierno, en su manera de llorar, Luaxana podría derramar un mar por sus ojos si es que veía a la pelirroja soltar una lágrima. Jane era la más perfecta imperfección que Luaxana había visto, malhumorada, enojana, fría, y una demente increíble, pero la quería tanto. Tanto así que últimamente comenzó a sospechar si lo que sentía por aquella pelirroja era solo cariño... El sonido de la puerta la saco de sus pensamientos. Solo habían pasado 15 minutos desde que corto con Jane por telefono y ella le dijo que estaría allí en una hora, asi que dudaba mucho que fuera ella. Se encaminó hacia la puerta y la abrió
Luaxana se quedó paralizada al ver quien era la persona que estaba tras la puerta, los mismos ojos, la misma sonrisa...
-Hola Luaxana. -Saludo sonriendo.

Al escuchar su voz de nuevo sintió que le temblaban las piernas.

Aviones de papel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora