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Ella se había alejado de los demás para poder respirar un poco, aquélla boda era muy intensa y las personas no paraban de tomar, todos excepto los niños y ella que no era fanática del alcohol.

— Espero que el monje Miroku haga feliz a Sango, porque si no lo asesinare.. — pensó en voz alta al mismo tiempo que se sentaba en el pasto de aquel lugar.  Tenia dolor de cabeza por el ruido que había en la boda que sus mejores amigos, era un dolor punzante e insoportable que la aturdía. Al poco tiempo sintió una presencia poderosa atrás suyo, suspiro para reír suavemente.

— Hola.

—...— él solo camino unos pocos pasos para sentarse frente a ella, era una costumbre que adquirió desde hace mucho tiempo ya.

— ¿Vamos a entrenar ahora? — pregunto ella arrastrando las palabras, se sentía cansada, no tenia ganas ni de respirar. Él la miraba en silencio, estaba algo molesto y lo único que lo calmaba un poco era la compañía de ella, de la Miko, aunque esta hablara mucho lo hacia sentir tranquilo.

— No..— su voz, igual de fría y seca siempre. Kagome se sintió feliz al saber que hoy no entrenarían, se levanto un poco para acercarse más a él y apoyar su cabeza en las piernas de este. Eso era otra costumbre, ella se recostaba en las piernas de él mirando hacia arriba, a ninguno de los dos le molestaba, se sentían a gusto con eso.

— ¿Sabés? Creo que voy mejorando mucho en lucha mano a mano. ¿Verdad? — pregunto mirándolo, él solo asintió para acariciar los cabellos de Kagome, eran suaves y siempre estaban peinados, jamás ibas a encontrar algún nudo en este.

— Miko... Sobre lo que te conté la otra vez.

— ¿Lo de tu madre? — él asintió. — ¿Qué vas hacer?

— Quiero que tu seas mi futura esposa. — ella al escuchar eso se levanto de golpe al momento que su rostro enrojecía.

La madre de Sesshomaru ya esta obligada a cederle su puesto a su hijo, pero para ello él debe estar casado, no importa si su prometida es una Youkai, Hanyou, Humana, él debe casarse para tomar ese lugar.

— ¡¿Q..qué?! ¿Po..por qué yo? Digo, ha..hay muchas mujeres por ahí.

— Tu eres la única en la que confió, además ninguno de los dos tenemos sentimientos entre nosotros, seria solo un compromiso. Además vivirás como toda una reina y se te seria más fácil entrenar.

Kagome comenzó a caminar de un lado a otro, estaba nerviosa, que venga la persona más fría y temerosa del mundo a pedirte que seas su esposa por puro compromiso no es normal.
Comenzó a respirar entrecortado, se abanico con ambas manos por el calor que empezó a sentir su cuerpo, él ya cansado se paro para sujetarla de los brazos y sacudirla un poco para que se calmara.

— ¿Ya terminaste?

— S..si. — podía jurar que su corazón escaparía de su cuerpo de lo fuerte que latía. Sus manos transpiraban lo que le parecía asqueroso.

— Vendré mañana por una respuesta. — y sin decir más desapareció de su vista.

Ella se dejo caer al pasto de espaldas, seguía en shock, no podía reaccionar ante eso.
Si, lo admitía, Sesshomaru era perfectamente perfecto, pero ella no esta interesada en nadie en ese momento.

— ¿Ahora qué? ¡Tengo que hablar con las chicas! — dijo para levantase y salir corriendo en busca de Ayame, Sango y Kikyo.

(Kikyo sigue viva y es amiga de Kagome. Actualmente tiene una hija con Inuyasha)

No pos, tenia que ser buena Kikyo alguna vez. ¿Verdad?

Eres Diferente, Miko. //CANCELADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora