Todo parecía en su lugar, pensé. Todo estaba como me lo imaginaba, a excepción de pequeños detalles, de aquellas cosas que se usaban a diario, como algunas prendas de ropa, de algunos zapatos tirados por aquí...o por allá, de bufandas en forma de ovillo, todas enrolladas, parece que Megan no tenía muchas ganas de recoger al salir de casa. Estaba entrando en el departamento que compartía con mi compañera de piso,Megan, la había dejado sola un par de días, pues había ido a visitar a mis padres. Me daba algo de remordimiento dejarla sola en casa, después de que llegase el viernes por la tarde llorando porque su novio, Roald, hubiese roto la relación que tenía con ella , que había durado algo más de año y medio, pero al parecer, estaba todo en su sitio, tal y como había dejado. Sin darme cuenta, solté todo el aire que estaba conteniendo, no sabía por qué me había ido tan preocupada. Sabía que estaría bien, Megan nunca perdía los nervios...o tal vez estaba equivocada.
-Tú, imbécil, cómo pudiste hacerme eso, sabías que te quería por encima de todo, ahora te quiero, si, te quiero bien fuera del apartamento, mejor, bien fuera de mi vida. ¡Lárgate! -- oí como gritaba Megan.
-Megs, vamos, era una apuesta, lo sabes bien. Yo te quiero y tú a mi, ¿qué problema hay? -- dijo el chico
Decidí echarle una mano a Meg, cerré la puerta de entrada con algo más de fuerza de la que debería para que se percatasen de que ya había llegado. Me dirigí a donde provenían los gritos, y la imagen que me encontré me hirió la sangre. Roald la tenía sujeta contra la pared, inmovilizada, mientras que Meg, evitaba que él la besase. No me estaba gustando nada lo que estaba viendo.
-Roald, cariño, deja a Meg en paz, ven conmigo -- le dije guiñándole un ojo mientras soltaba a Meg.
Simplemente, es tan ingenuo, se acercó a mi, y me atrajo por la cintura, pero antes que nada, levanté la rodilla para propinarle un buen golpe en su entrepierna, dejándole retorciéndose de dolor
Me acerqué a Meg y la abracé, ella me correspondió enseguida, no estaba llorando, no merecía que llorase por ese cretino, entre las dos, sacamos a Roald del apartamento.
*****
Nos sentamos en el salón a ver Bajo la misma estrella, parece ser, que teníamos ganas de llorar, acabamos llorando a moco tendido, y al final, riendo como histéricas a las doce de la noche, no pregunten el por qué, simplemente pasó así. Me encantaba estar con Megan, era una amiga del diez, aunque juntas, nos volvíamos locas, era como mi hermana, siempre estaba ahí, en las buenas y en las malas.
-Gwen, te están llamando al teléfono, es tu madre...dice que tu móvil está apagado o fuera de cobertura, y que no lo cojes -- me tendió el teléfono no sin antes decirle a mi madre que le alegraba de hablar con ella.
-Hola mami --dije mami, sí, todavía era mi mami, teníamos muy buena relación.
-Hola cariño...hubo un pequeño accidente -- lo dijo de forma ronca, cono si hubiese estado llorando, mi madre nunca llora -- es tu hermana, ha intentado suicidarse, estamos en el hospital, el del centro de la ciudad, ¿podrías venir?
Me quedé en shock, mi hermana intentado suicidarse, no me esperaba eso, siempre decía que no merece la pena quitarse la vida, que hay que afrontar los problemas, y sin embargo, lo ha intentado. Parecía que todo se desmoronaba, que era el fin, sin mi hermana, estaba perdida, mientras que solo era el principio.
⚪⚪⚪⚪⚪
Os dejo el prólogo, espero que lo disfrutéis tanto como yo cuando lo escribí. Agradecería si me ponéis críticas constructivas para poder mejorar, ya que es el intento de comenzar a escribir. Muchas gracias, y espero que os guste.
Un saludo E.M
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Siempre creí, que serías mi hermana
Teen FictionSiempre creí, que junto a ti todo estaría bien. Siempre creí, que no te alejarías de mí. Siempre creí, que estaría unida a ti. Siempre creí, que serías mi hermana. Todos los momentos compartidos pareces no recordarlos, tampoco aquellas noches en la...