AAAAAAAHHHH! QUE NO LLEGO, PERDONEN, DIOS MIO QUE NO PUEDO CON MI VIDA JAJAJ VOY LLEGANDO DE TRABAJAR, NIÑAS, OJO: PUBLICACIONES DE WILLIAM SERAN LUNES, MIERCOLES Y VIERNES, NO PUEDO MAS AUNQUE QUIERA, DE VERDAD, YA SABEN QUE SON BIEN CONSENTIDORA, PERO ESTA VEZ SI QUE ME MUERO, NI SIQUIERA PUEDO CONTESTAR WHATS O WATTPAD Y ME DA TRISTEZA JAJAJAJ LAS AMO MUCHO MUCHO!
La pareja mas esperada de toda la noche había llegado por fin, y por tal motivo, su anfitriona no tardó en alzar la voz y hacer una obviedad la asistencia de los marqueses de Millentmont.
-¡Querido William! - sonrió Lady Lutsed, depositando un beso en cada mejilla del hombre -¡Me alegra tanto que vinieras! - sonrió la mujer.
-El gusto es mío, como siempre Lady Lutsed- William tomó de la cintura a su esposa y la adelantó -Supongo que habrá escuchado de mi esposa, Alice.
-¡Oh! ¡Pero si es la novedad de París! - se acercó la mujer y depositó los mismos besos sobre las mejillas de Alice, un acto que la seguía sorprendiendo. Los franceses en definitiva eran más afectos que los ingleses-Eres bella sin duda, pero no entiendo cómo has conquistado a este hombre.
-Es un placel Lady Lutsed - se inclinó la joven hablando un francés bueno, pero no excelente, debía aceptar que era fruto del esfuerzo de la señora Pakins y de sus constantes lecturas francesas, en las que se forzaba a aprender con prontitud -Ha sido un honor ser invitada.
-Oh pero que divina- sonrió la mujer -Tu acento es tan ingles... digo, se rumorea que eres de por esas tierras frías e insípidas. No es que desprecie Londres, pero...- susurró entonces -son tan secos.
-Entonces se puede dar una idea de porque soy así Lady Lutsed, puesto que tengo una mitad inglesa, al igual que mi esposa. - defendió William.
-No pretendía ofender, claro está- se excusó rápidamente al ver su error.
-Por supuesto- sonrió William -Si nos disculpa.
William tomó la cintura de su esposa y la internó en el salón de baile, donde muchos parlamentarios, amigos y conocidos de William, lo retenían con la única intención de ver de cerca a la nueva marquesa de Millentmont. Debían aceptar que era una muchacha hermosa, con unas mejillas sonrojadas de por vida, un cabello largo y café claro y unos ojos descomunales.
-William! - le gritó una voz ronca. Meramente masculina -¡Pensé que no te volvería a ver en una velada!
-Andrei- sonrió el hombre -No tienes que ser tan melodramático.
Alice se sorprendió al notar que su esposo verdaderamente sonreía. Bueno, era normal que, en la intimidad de su casa, regalara sonrisas, se mostraba despreocupado y su presencia no era tan intimidante y enigmática como de costumbre. Pero definitivamente, ella nunca lo había visto en ese estado, frente a un grupo de personas. Y eso se debía a hombre que se acercó a él. Alice lo recordaba de alguna fiesta con las Bermont, era el mejor amigo de William: Andrei Frescott, quien además venía acompañado por una hermosa mujer con una sonrisa contagiosa. A juzgar por su pancita, no hace mucho había dado a luz.
-Hola linda- saludó amablemente Andrei Frescott, mi mirando a la esposa de su amigo a os ojos.
-Hola- sonrió dulcemente la joven.
-¡Andrei me había platicado de la niña de lindos ojos! - se adelantó Amber, la esposa de Andrei -Eres muy, muy bella.
-Niña- sonrió William tomando la cintura de su esposa-Ya no es una niña Amber.
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Lo Que Oculta Un Corazón (Saga Los Bermont 6)
RomanceEl marqués que asumió sus responsabilidades antes de tiempo. Ese era William. El hombre que tuvo que perseguir a sus hermanas por cielo y tierra para que no deshonraran a la familia. Para ese momento, lo único que él quería era llevar su puesto polí...