Golden Cage

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¡Muy buenas hermosuras~! 

Cap nuevo por aquí~ ¡Estoy tan emocionada con este fic! Por ahora todo va bien como lo planeo y las ideas van siendo rápidas, por ahora xD espero no estancarme en el futuro QwQ

Aquí la cosa estará un poco... ¿Sad? Para nuestro Buckaroo... Sera algo triste algunas cosas aquí pero es para darle su parte justa de angustia y drama.

Sin más que decir aquí, aparte de lo que saben, aquí el capitulo

Advertencia: Disculpen por los errores ortográficos, ya sabéis, no tengo beta y bueno...

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Capitulo III

Golden Cage


La Bestia volvió a la comodidad de su castillo dirigiéndose a los calabozos para revisar que su nuevo prisionero no intentara nada cuando a mitad de camino se encontró con uno de sus súbditos.


– ¡Amo! ¿Qué tal se encuentra?-dijo el candelabro con fingida inocencia, pero él sabía mejor, Clint tenía algo entre manos.


– ¡¿Qué quieres?! –rugió la pregunta, el candelabro ni se inmuto.


– Me preguntaba señor, si ya que el joven se quedara en el castillo por un buen tiempo, ¿Por qué no ofrecerle una habitación más cómoda?


Su amo rugió en respuesta.


– Claro si te parece –concluyo Clint con una sonrisa tensa.


– Haz lo que quieras –termino diciendo con un gruñido devolviendo sus pasos, no quería lidiar con los idiotas de su servicio, y pensándolo mejor, tampoco quería lidiar con los gritos y llanto de su nuevo prisionero ahora –Pero no dejaras que se escape y que no se dirija al ala oeste –dijo para terminar de irse del lugar.


Clint suspiro aliviado.


– Salió mejor de lo que esperaba -dijo a la nada.


– Eso fue pura suerte –dijo Steve llegando al lugar donde se encontraba su amigo.


– Bueno, gozo de ella, ahora, veamos a nuestro muchacho –dijo mientras se dirigía al calabozo donde Tony se encontraba mirando a la ventana con anhelo y tristeza.


– Ni siquiera dejo que me despidiera de mi madre –susurro al vacío mientras una pequeña lagrima recorría su mejilla.


Clint y Steve se sintieron mal por el pobre chico.


– ¡Hey! -dijo Clint llamando la atención del muchacho. 


Tony intento buscar la voz que le hablaba y solo encontró un candelabro en medio del lugar al lado de un reloj.


Perfecto Stark, ni un día aquí y ya perdiste la cabeza, se reprochó a sí mismo.


– ¿Quien anda ahí? –pregunto por mera curiosidad.


– Aquí –dijo el candelabro agitando una de sus velas –Un gusto conocerle joven.


Tony grito impresionado.


– ¿Q-Qué rayos? ¿C-como...? Imposible...


– ¿Podemos hablar? – Dijo el reloj a su lado con voz cansada –Lo sé, pero así son las cosas.


– Ok... ¿Cómo estoy seguro que no estoy enloqueciendo? –pregunto Tony.


– Eso depende de ti, pero bueno, el por qué hablamos y nos movemos es una larga historia que no vale la pena contar ahora -dijo el reloj –Te ves cansado, es mejor que te llevemos a tu habitación.

La Bella e la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora